Hace un tiempo, el director de cine, músico, performer y artista holandés Dick Verdult siguiendo la estela del cineasta aragonés Segundo de Chomón, llego a estos montes tratando de descubrir las arideces y la sequedad para alguna película post nuclear; y descubrió la caseta de un lugareño.
Se llama caseta a un pequeño refugio enclavado en la naturaleza y que con restos de esta (cañas, barro, algo que han tirado los humanos…) hacen un parapeto que ayuda con el sol, o con el cierzo, con la lluvia. El lugareño se paseaba por monte y allí se acurrucaba mirando al sol, a lo Krahe, sin hacer nada, solo mirando. A veces bebía un poco de vino. Pero esa es otra historia.
A eso yo lo llamaría refugios nucleares.
Igual si cae algo seguro que te mata, pero ahí estás bien, como esperando, como ajeno a las guerras insulsas.
Esta mañana hemos descubierto otro refugio nuclear. Os adjunto la foto. Lo ha hecho un señor búlgaro que tiene dos huerticos. Creo que se sientan la familia a hablar de sus cosas y de Bulgaria que está lejos.
Cuando se venga el estallido yo estaré ahí. Mirando, en silencio.
David Musgo