Alberto Aguilera y Quinto Sertorio, el prócer que quiso proyectar una Huesca grande

El historiador y arqueólogo participó en el ciclo de Studiosi pro Universitate Sertoriana e incidió en la escuela y la numismática del político y militar

22 de Noviembre de 2024
Colegio Imperial de Santiago con Pablo Cuevas y Alberto Aguilera

Alberto Aguilera Hernández, zaragozano de 1983 de ascendencia borjana, pronunció este jueves en el Colegio Imperial de Santiago de Huesca una conferencia en la que reveló sus investigaciones en torno a la figura de Quinto Sertorio, de cuya dimensión no dudó y sobre cuya época en Bolskan aportó interesantes conclusiones.

Dentro del ciclo de actividades, este licenciado en historia y diplomado en Arqueología, especializado en numismática hasta el punto de que explica a través de las monedas los avatares de las distintas épocas (su tesis fue "Imágenes para una nueva Roma: Iconografía monetal de la colonia Caesar Augusta en el periodo julio-claudio"), trufó el comienzo de su charla de citas de la antigüedad y el contexto de la Huesca de Sertorio, que fue un personaje de extraordinaria trascendencia para la ciudad y también para el propio imperio en la península ibérica.

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Alberto Aguilera aludió a la animosidad manifiesta que sostuvieron en dura pugna con Sila, la brillantez como estratega en las batallas de Quinto Sertorio y la escuela o academia con la que pretendió afianzar una élite ilustrada y preparada para el momento en el que se produjera una independencia de Roma.

El doctor, que recordaba también la admiración que por Sertorio profesaban grandes historiadores coetáneos como Plutarco (también la aversión de otros), se adentró en la importancia de la ceca de Bolskan, cuyas moneadas se extendieron por distintos puntos de España, algunas de las que mostró la cara y la cruz de plata para las clases más pudientes y de bronce para los más humildes.

Pablo Cuevas y Alberto Aguilera

Aguilera Hernández concluyó manifestando la trascendencia del arraigo de Quinto Sertorio a Huesca, donde murió asesinado, y el legado de la memoria de una academia que dejó la raíz de la vocación educativa de alta calidad que enlazó con la Universidad de Huesca.