Alberto Escartín Bardají nació el 21 de noviembre de 1944 en el núcleo ainsetano de Arro. La vida y la búsqueda de oportunidades le hicieron descender al llano, donde desarrolló su vida profesional hasta su jubilación.
En ese momento en el que muchos sienten un cierto vacío ocupacional, Alberto encontró un sentido en el arte por el que siempre había demostrado curiosidad. En el centro del Castillo Montearagón en el que concurrían tantos jubilados, se acabó de manifestar su vocación al observar a algunos de sus coetáneos cómo tallaban la madera.
Hace ocho años, bajo la dirección del profesor Fernando (que además es mentor, como reconoce Alberto), inició el primer curso de talla y empezó a experimentar la seducción de la madera y el atractivo de la experimentación para acrecentar sus habilidades que trascienden la mera manualidad. Lógicamente fue de menos a más en nivel de complejidad, desde la sencillez del principio a proyectos más completos, más expresivos.
Alberto Escartín, que dos días antes había pasado de septuagenario a octogenario, ha inaugurado este sábado la exposición "Todo sobre talla en madera" en el Museo La Laguna de Sariñena, que permanecerá abierta hasta el 31 de diciembre. Talla para sí mismo y para sus familiares y amigos, no le mueve el lucro sino su realización personal y la amabilidad de agasajar a los más próximos.
Las decenas de asistentes al estreno gozaban de la expresión de las tallas de Alberto, ora de una extraordinaria realidad como la moza con el botijo, ora de la rotundidad del cuerpo de las mujeres y los hombres, en combinación de volúmenes y oquedades armónicamente manifestados.
Reconoce que la inspiración le llega espontáneamente en la apreciación de modelos que puede afrontar. "Lo que más trabajo es con nogal bajado del pueblo. El olmo también lo bajo de allí. El profesor me ha proporcionado de cerezo y algunas amistades madera de olivo. Las manos están hechas de cedro cortado en Ramón y Cajal de Huesca, que fueron cortados hace años".
Sigue bajo el "techo de Ibercaja", antes en Montearagón y ahora en Villahermosa, "está muy bien el espacio también". Un joven tallador, un experimentado en el arte de vivir.