Álex Rodrigo (Zaragoza, 1988), director de series como La Casa de Papel, Vis a Vis y Veneno, considera que la industria tanto del cine como de las series es "cada vez más flexible" y eso está permitiendo "que entren las mujeres a dirigir y que se puedan hacer películas desde ciudades pequeñas que tengan una gran repercusión fuera".
El zaragozano, que ha impartido este sábado en Huesca un taller en el que ha analizado la revolución de la ficción española y la evolución artística y técnica que han experimentado las series en los últimos 15 años, ha precisado que otra cosa es conseguir "los grandes taquillazos comerciales, que se configuran ya desde los grandes grupos de comunicación, véase Atresmedia o Mediaset".
En esos casos, ha indicado, "hay como unos parámetros que se escapan a la la producción independiente, donde sí que artesanalmente puedes ir eligiendo, según qué cosas. Esas 'pelis' grandes que ya salen como con vocación de 'taquillazo' se configuran las grandes ciudades, porque es donde están los grandes inversores, básicamente. Luego hay todo un circuito de cine, que es el que tiene más prestigio intelectual, generalmente, y el que tiene más recorrido en festivales, que se está haciendo en ciudades pequeñas".
El realizador ha puesto como ejemplos recientes y "poderosos", Alcarrás, El agua y Las niñas. Esta última, rodada en Aragón, fue la gran triunfadora de los premios Goya.
Si tuviera que dar algún consejo a la gente joven que empieza, Álex Rodrigo ha tirado de su propia experiencia. "Me he ido dando cuenta de que casi todas las personas que, sobre todo, escribimos tenemos una especie de demonio pequeñito en el hombro", que te dice que no es bueno lo que haces y que no vas a llegar a nada. "Mi recomendación es apagarlo o matar directamente a ese 'demoniete', que cuando tienes una idea te dice: seguro que se te ocurre algo mejor, no es suficientemente bueno, no llegues a rodarlo o no llegues a escribirlo".
Ha agregado que en esos momentos se produce una especie de bloqueo, sobre todo en la gente que no ha ido a las grandes escuelas de cine, donde se palpa un ambiente de elitismo cultural, y ha cursado Formación Profesional, ha estudiado en universidades públicas o ha realizado los cursos que "ha ido pillando" por ahí.
El realizador ha asegurado que él mismo ha rodado cortometrajes y webseries "malísimas", de las cuales ha aprendido mucho y le han servido para mejorar.
En el taller, organizado por el Art Lab del Ayuntamiento de Huesca, Álex Rodrigo se ha referido a la ficción internacional, pero sobre todo ha profundizado en la ficción española de los últimos 15 años, en la que se ha producido "una revolución tanto en lo narrativo, como en las propias historias que se cuentan en los guiones, como en lo técnico". En su opinión, existe un antes y un después en la calidad audiovisual de las serie de finales de los 90 o principios del 2000, a las actuales, que tienen mayor calidad y profundidad en los guiones.
La llegada de las plataformas ha supuesto, sobre todo, "la posibilidad de internacionalizar de una forma más sencilla las series que hacemos". Antes, según ha explicado, se pensaba exclusivamente en el público español "y a partir de ahí se podía meter el gol por la escuadra" si se compraba en otros lugares, pero generalmente compraban el concepto, "la volvían a rodar y la adaptaban con los actores y técnicos de otros países".
Ahora, "se internacionaliza desde España", porque se puede llegar de una forma directa desde el día uno a todo el público internacional. "Eso es algo que nosotros experimentamos, de una forma muy revolucionaria, con La casa de papel, algo que no esperábamos porque estaba concebida como una serie de Antena 3 y que ahora ya se nota en la línea editorial de las plataformas que también están buscando productos que viajen más fácil al otro lado del charco, tanto a Latinoamérica como incluso a Estados Unidos".
Advierte que hay un futuro incierto para determinadas plataformas, aunque su percepción es que en los últimos diez años han empezado a surgir cada vez más y cree que será un mercado que se tiene como que asentar, porque "está todo como demasiado tierno, demasiado verde, demasiado incipiente".
Por el camino, está convencido de que alguna desaparecerá, porque "quizás hay más plataformas que las posibilidades que tiene un espectador medio de contratarlas" y, al mismo tiempo, persiste "la eterna y latente crisis del cine en las salas".
Las ideas también se encuentran en constante ebullición, como la de realizar un estreno simultáneo tanto en salas como en plataformas. "Si ese modelo de convivencia se asienta, yo creo que es una fórmula bastante óptima".
Por su edad y por ser un director de series, se ha confesado "más proclive a los beneficios que nos han dado las plataformas", porque en su caso le han permitido dirigir una serie que se ha visto internacionalmente y le ha abierto muchas puertas en la industria.