Alfons Martinell, Premio Javier Brun 2025: "A pesar de las amenazas de lo digital y los riesgos de la inteligencia artificial, siempre nos quedará la cultura en vivo"

El homenaje al destacado gestor cultural ha sido el momento destacado de la inauguración de la 38 edición

23 de Septiembre de 2024
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Alfons Martinell, entre la alcaldesa, Lorena Orduna, y Begoña Puértolas. Foto Myriam Martínez  2
Alfons Martinell, entre la alcaldesa, Lorena Orduna, y Begoña Puértolas. Foto Myriam Martínez 2

Alfons Martinell Sempere ha recogido este lunes el Premio Javier Brun de la Feria Internacional de Teatro y Danza de Huesca, acto con el que se ha inaugurado la 38 edición de esta gran fiesta de las artes escénicas. En una ceremonia celebrada en el Auditorio Carlos Saura del Palacio de Congresos, Martinell ha sido homenajeado por su extraordinaria trayectoria en el campo de las políticas culturales y su incansable labor en favor del desarrollo sostenible a través de la cultura.

Alfons Martinell Sempere ha destacado que la cultura es esencial para el desarrollo sostenible y que eventos como la Feria e Huesca son inversiones económicas y sociales, no gastos superfluos. Además, ha remarcado la importancia del contacto humano en la cultura en vivo, especialmente tras la pandemia, donde ha aumentado el deseo de eventos presenciales. Finalmente, ha apuntado cómo la vida cultural genera autoestima en las comunidades y aseguró que, a pesar de las amenazas digitales, "siempre nos quedará la cultura en vivo".

Alfons Martinell, profesor emérito de la Universidad de Girona y coordinador de la Comunidad de Conocimiento de Cultura y Desarrollo de REDS, se ha convertido en una referencia internacional en la gestión cultural y la cooperación. A lo largo de su carrera, ha impartido clases en universidades de todo el mundo, desde Europa hasta América Latina y África, y ha dejado una huella profunda en la formación de cientos de gestores y técnicos culturales. Su visión sobre la conexión entre la cultura y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ha sido clave en la creación de nuevas formas de abordar los desafíos globales, y recientemente fue reconocido con el VI Premio Internacional CGLU – Ciudad de México – Cultura 21 en la categoría de ‘Personalidad’, destacando su contribución a los derechos culturales y al desarrollo sostenible.

Alfons Martinell Sempere ha comenzado su discurso agradeciendo el galardón, señalando que para él es "un premio especial" por su relación personal con Javier Brun, con quien mantuvo una amistad y numerosas colaboraciones. Ha recordado las largas conversaciones que compartían en Barcelona y ha destacado que era un gestor cultural profundamente comprometido con su territorio, convencido de que las urbes medianas y pequeñas de España tenían un papel fundamental en un contexto de migración del campo a las grandes ciudades.

Martinell ha subrayado la importancia de que las pequeñas comunidades, pueblos y comarcas sigan contribuyendo a la cultura y ha vinculado este esfuerzo con la lucha contra lo que se ha denominado "la España vaciada". Para él, es crucial que estas localidades mantengan su vida cultural y ofrezcan su propia centralidad en este ámbito, algo que contribuye al desarrollo equilibrado del país.

Alfons Martinell Sempere ha resaltado que "la dimensión cultural es imprescindible para el desarrollo" y ha afirmado que no puede haber desarrollo sostenible sin la cultura, refiriéndose a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030. Aunque no existe un objetivo específico sobre cultura en estos programas, ha señalado que se sigue reclamando su inclusión. Para él, el papel de ferias como la de Huesca es esencial, ya que representan importantes inversiones que ayudan a posicionar a la ciudad tanto a nivel global como en temas que solía discutir con Javier Brun, como el de las fronteras.

Martinell ha reflexionado sobre el concepto de frontera en la cultura, que abarca tanto la frontera territorial, al trabajar con proyectos europeos transfronterizos, como las fronteras entre disciplinas artísticas, que cada vez son "más difusas". Ha enfatizado que los creadores han entendido que pueden colaborar entre disciplinas, como el teatro, la danza, el audiovisual y el cine, las cuales cada vez cooperan más.

También ha destacado que la pandemia obligó a cambiar la forma en que interactuamos con la cultura. Aunque muchos pudieron acceder a contenidos culturales a través de Internet, no toda la población tuvo ese privilegio. Martinell ha subrayado cómo, a pesar de la tecnología, la gente sigue valorando la cultura en vivo, ya que "el contacto" es fundamental. Ha mencionado que, tras la pandemia, se ha generado un deseo de volver a los eventos presenciales, destacando que el último año ha sido récord en la venta de entradas de teatro en Barcelona. Según sus palabras, "la gente quiere volver a una cosa básica en la vida cultural, que es el contacto", y esto es lo que ferias como la de Huesca buscan poner en valor.

Alfons Martinell Sempere ha destacado que, aunque sea por unos días, la ciudad pequeña como Huesca contará con numerosos espectáculos, lo que permite "entrar en contacto", cumpliendo así una de las funciones sociales de la cultura. Ha subrayado que la cultura no solo conecta a las personas, sino que también contribuye al desarrollo y a la proyección de la ciudad.

En su cierre, Martinell ha recordado una idea que solía discutir con Javier Brun, sobre cómo la vida cultural puede generar "una cierta autoestima" tanto en las personas como en las comunidades. Ha mencionado que festivales, fiestas y la recuperación de tradiciones ayudan a fortalecer ese sentido de pertenencia y la autoestima cultural. Finalmente, ha advertido que, "a pesar de las amenazas de lo digital y los riesgos de la inteligencia artificial, siempre nos quedará la cultura en vivo".

El Premio Javier Brun, que se ha entregado por cuarta vez, fue instituido en 2020 en honor al anterior director de la feria y jefe del Servicio de Cultura del Ayuntamiento de Huesca, quien falleció ese mismo año. El consistorio decidió rendir homenaje a su memoria creando este galardón anual para reconocer a personas o instituciones que, como él, han impulsado proyectos y programas culturales en el ámbito de las artes escénicas. 

Lorena Orduna, que le ha entregado el premio a Martinell junto con Begoña Puértolas, víuda de Javier Brun, ha subrayado la importancia de la feria como un evento consolidado y una seña de identidad de la ciudad.

Ha apuntado que se trata de una plataforma que proyecta a Huesca al mundo a través de las artes escénicas y una expresión cultural local. También ha resaltado el compromiso del Ayuntamiento y de diversas entidades para incluir las artes escénicas en la política cultural, mencionando la reciente ampliación del presupuesto para la feria y la programación de un nuevo festival.

Por su parte, Carlos Sampériz, diputado de Cultura de la DPH, quien ha expresado la importancia de este evento para esta institución y ha agregado que marca un "punto de inflexión" en el calendario, simbolizando el cierre de los festivales de verano en el Alto Aragón y el inicio de un nuevo curso.

Para la Diputación, ha asegurado, esta cita supone comenzar con ilusión y energía, como el inicio de un ciclo lleno de expectativas. Ha finalizado su intervención deseando que "el amor, el alma y el teatro" sigan siendo el motor que impulse la Feria en el futuro.

RESILIENCIA, ROCE Y RASMIA

Pilar Barrio, coordinadora de la Feria, ha resaltado la importancia de este evento, que "trasciende la ciudad" y se convierte en un punto de referencia cultural.

Según Barrio, la cita ha mantenido su dualidad entre ser un mercado donde se establecen acuerdos entre los agentes de las artes escénicas y su faceta más espectacular, gracias al trabajo de las compañías programadas.

Además, ha enfatizado que el proyecto de la feria ha buscado trascender esta dicotomía, añadiendo nuevas perspectivas, como el fomento de la formación profesional, la participación cultural, la reflexión y el debate.

La responsable de este evento también ha subrayado que la feria ha "vuelto la mirada al territorio", destacando la colaboración con la comarca de Hoya de Huesca y las iniciativas dirigidas a pequeños pueblos aragoneses. Estos lugares, a pesar de contar con menos recursos, también merecen una programación cultural de calidad, ha dicho.

Asimismo, ha mencionado que la feria ha trabajado en atraer a los jóvenes mediante actividades que los acercan a las artes escénicas, tanto desde la perspectiva del espectador como desde la práctica artística. La complicidad con otros proyectos, como el Urban Circus, promovido por el colectivo Circo Zaragoza, y la colaboración con la Escuela de Teatro de Zaragoza también han sido aspectos clave de esta edición.

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En cuanto al plano profesional, ha señalado que la Feria ha mantenido la actividad con casi 450 participantes que han asistido a mesas redondas, talleres y reuniones sectoriales. Pilar Barrio ha manifestado su deseo de que esta edición sea útil para los todos ellos y un motivo de orgullo para Huesca.

También ha querido agradecer a todo el equipo que ha hecho posible este evento -Anabel, Cristina, Sandra, Aimé, Yeimi, Marina, Pepa, Eva, Javi, Isabel, blanca, Manu y Sara- a los equipos de producción y técnicos, y a los patrocinadores y colaboradores.

Para cerrar su intervención, ha recordado las tres palabras que, en su opinión, definen esta Feria: resiliencia, roce y rasmia. Ha explicado que la resiliencia se refiere a la capacidad de adaptación de un proyecto que ha sobrevivido 38 años, la rasmia alude al empuje necesario para sacar adelante el evento, y el roce destaca la importancia del contacto cercano, del "piel con piel" entre los asistentes.

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