La labor de Ángel Santos Garcés Constante por el Festival Internacional de Cine de Huesca ha sido siempre tan importante como discreta. Allí estuvo, desde el minuto uno de su puesta en marcha, un paso por detrás de Pepe Escriche cuando enfocaban las cámaras, pero codo con codo con su gran amigo y con el resto de "padres" del certamen, cuando se trataba de tomar decisiones.
Por eso, seguramente pocas personas podrían haber escrito mejor el libro Huesca de cine, donde se citan a todas las personas homenajeadas, los cortos premiados y los jurados por categorías de cada edición, en sus cincuenta años de andadura. Muy arropado por sus seres queridos, en una inusual rueda de prensa en la que había más público que periodistas, se ha presentado este miércoles la publicación, editada por el Instituto de Estudios Altoaragoneses de la Diputación de Huesca. Entre el público se encontraban otros dos históricos del festival, Domingo Malo y Luis Artero.
Ángel Garcés no ha podido evitar emocionarse al principio de su intervención, al recordar a Marisa, su mujer, "que se marchó seis meses antes" de que comenzara a escribir el libro. "Porque en esos años de festival estuvo junto a mí siempre, acompañándome, ayudándome, empujándome a que trabajara por el festival y para el festival, y sé que le hubiera gustado mucho ver el libro", ha señalado.
También se ha referido a otras personas que también han fallecido y que tuvieron un gran peso en el certamen, como Pepe Escriche, Alberto Sánchez, Fernando Moreno y Paco García de Paso. "Gracias a ellos se ha llegado a esto, porque, no nos olvidemos, si ahora celebramos el 50 aniversario es gracias a toda esta gente que se nos ha marchado y que tanto colaboraron para hacer el festival como está ahora".
Garcés ha recordado que él programaba el Cineclub de la Zoiti cuando a Pepe Escriche se le ocurrió hacer "algo más" y, "qué locura visto ahora", se atrevieron con un festival de cortometrajes. Bilbao era su referencia y en 1973, como por razones políticas la ciudad vasca no pudo celebrar el suyo, decidieron aprovechar la ocasión y poner en marcha el de Huesca.
El libro, además de recoger los homenajes, jurados y palmarés, reproduce los carteles que han anunciado cada edición, con un pequeño comentario de los autores. Aunque no forme parte de la publicación, Garcés ha recordado como uno de los momentos más importantes que personalmente vivió en el festival cuando consiguió que se pudiera proyectar en Huesca el cine anarquista que se encontraba almacenado en la Filmoteca y desde la Guerra Civil no se había vuelto a ver. A raíz de aquello, se llevó después a Latinoamérica, donde recorrió filmotecas y universidades durante dos años. Cada sesión comenzaba con una referencia al Festival de Cine de Huesca.
La diputada de Cultura, Maribel de Pablo, le ha acompañado en la rueda de prensa junto al director del Instituto de Estudio Altoaragoneses, Alberto Sabio. También han asistido el concejal de Cultura del Ayuntamiento, Ramón Lasaosa, y el presidente de la Fundación Festival de Cine, Manuel Avellanas. De Pablo se ha referido al de Huesca como "el festival de cine con mayúsculas de Aragón por su trayectoria y su excelencia", un certamen que "significa mucho" para el territorio y que "se merecía un libro".
"Un libro espectacular -ha añadido la diputada- y creo que se va a convertir en un imprescindible en las estanterías de los cinéfilos altoaragoneses".
Por su parte, Alberto Sabio, que ha asegurado que el IEA "ha echado el resto" en la edición del libro, ha valorado que una de las virtudes del festival oscense es que "se ha ido profesionalizando sin perder la frescura inicial, que inyectaba en grandes dosis Pepe". También ha comentado que el festival refleja muy bien cómo ha cambiado la ciudad, el país e incluso el mundo. "El país pasó de la dictadura a la democracia. Internacionalmente, en 1976 se quemaron banderas de la Unión Soviética y hubo pintadas de los grupos de ultraderecha en la sede del festival, entonces en Salesianos. En 1980, hubo problemas con Checoslovaquia, porque no quería que se proyectara un documental sobre la Primavera de Praga. En 1981, el Gobierno polaco censuró un documental sobre el campo de exterminio de Auschwitz. Cuando España recuperó relaciones con China, llegó alguna película de aquel país".
Por otro lado, ha indicado que el cine ha contribuido a que esta ciudad de Huesca tengo un punto de vanguardia que no ha perdido. "Ha tenido capacidad de arrastre sobre la ciudad, la provincia y la Comunidad Autónoma. Creo que las ha hecho mejores, porque nos ha abierto fronteras, ha tenido una sensibilidad especial hacia los temas de Europa y América Latina y también ha valorado lo que tenía en casa, como a Daniel Montorio, uno de los primeros especialistas en música de cine, y el guionista Julio Alejandro", ha añadido Sabio.
El director del IEA ha finalizado indicando que en el libro "se desgranan los pasos que ha dado el festival para llegar a hoy con buena salud y con voluntad de cumplir más años, de hacerse centenario". Un deseo, que el propio autor, que tras el fallecimiento de Escriche llegó a dirigir también el certamen, expresa en las últimas líneas de la publicación y al que también se ha sumado Maribel de Pablo.