Ayre Giménez, un "góspel flamenco" llena de duende la Casa de Andalucía

El Vermú Flamenco rebosa de público el salón seducido por el color de la joven cantaora oscense y su padre Teto a la guitarra

25 de Febrero de 2024
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Ayre Giménez y Teto Giménez en el Vermú Flamenco en la Casa de Andalucía

La joven Ayre Giménez, recién alcanzados los veinte añitos, se ha embebido del embrujo flamenco de tal manera que lo ha interiorizado en espiritualidad que trasciende a través de su voz a los auditorios a los que con su serenidad contagia de un aspecto entre lírico, místico y gitano. Lo hizo en la pasada Semana Santa en la Catedral, lo ha cumplido esta velada del Vermú Flamenco en la Casa de Andalucía.

Los amantes de la buena música, y particularmente los del flamenco, tienen una intuición de la avenida de momentos, de voces y de artistas importantes. Es lo que ha sucedido este mediodía en la Casa de Andalucía. A la par que la alegría por el encuentro, cuando han sonado los primeros acordes, el silencio cargado de curiosidad y de esperanza se ha apoderado del salón.

Ayre, hija de Teto Giménez, se ha acoplado a la guitarra de su padre, Teto, sin dejarse impresionar por un auditorio no sólo completo sino rebosante de deseos de escuchar a esta joven más que prometedoras. Y ha comenzando con cierto tono cuaresmal cantando al "Señor de los espacios infinitos que tienes la paz entre las manos" en un canto contra el sufrimiento de las injusticias. "Derrámala señor, te lo suplico, y enséñanos a amar a mí y a mis hermanos".

Se había creado ya en esa interpretación una atmósfera íntima. "Enséñale los pechos de la vida y haz el consuelo en todas las heridas", y la paz frente a la guerra. "De lo que pasa en el mundo, por Dios, que ya no entiendo nada", continúa Ayre el alegato.

Junto al escenario, ese icono del flamenco que es Arjona jalea y aplaude, concentrado, cada una de las tonalidades del color de la voz de Ayre. "Todo es de color, todo es de color". Y el entusiasmo se apodera con la sensación, como explica Juan Carrero, que esta mañana se ha producido la consagración de una vocación. Si concebimos el góspel en su acepción más amplia, la música de la espiritualidad, el góspel flamenco se ha apoderado con la firma de Ayre Giménez este mediodía en Huesca.

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