El público, atento, ríe, se inquieta, se preocupa y celebra el final feliz. El Teatro Salesiano ha sido el escenario de la representación de "Belén, Campanas de Belén", el auto creado en 1982 por el sacerdote navarro Jesús Lacuey con la pretensión de que sean los propios estudiantes los que interpreten este duelo entre el bien y el mal en una comedia pastoril que desemboca como debe: en el Portal de Belén con la adoración al niño.
Los alumnos de 3º y 4º de Primaria se han ocupado de sus papeles de diablillos y los de 5º a 4º de Secundaria se han hecho cargo de los personajes, todo un catálogo de los oficios de los tiempos de Cristo. Hora y tres cuartos de diversión con su moraleja propia, con esos dos pastores tan ingenuos e ingeniosos como Josuel y Patatán capaces de imponer las herramientas del bien frente a las tropelías de Botero y Cuernitos, empecinados en su misión de evitar que los primeros alcancen Belén para empadronarse.
Los actores venían ya rodados de la representación al colegio de este pasado jueves, que ha servido de preparación para perfilar toda su habilidad interpretativa de este auto que ha tenido ya cuatro directores. Jesús Lacuey cedió el testigo a Manolo Martínez, éste a Josan Montull y en 2004 Josan entregó el relevo a Jesús Botaya, que este año ya cumple veinte ediciones en la dirección. Más allá de la inspiración, ha habido mucho trabajo y es que, desde finales de septiembre, los muchachos ensayan dos o tres horas semanales, básicamente lunes y martes, aleccionados y acompañados por voluntarios. Todo para convertir la candidez alegre de los pequeños en la meta, y es que adorar al niño en su mismo portal es un premio extraordinario. El gordo de la Navidad en Salesianos.