"Bordado sobre lienzo" constituye una muestra realmente especial y preciosa, en la que la sensibilidad y el entusiasmo de 23 artistas de la Fundación Valentia encuentran su máxima expresión. Organizada con mimo en la sala de exposiciones de la librería Anónima de Huesca, invita al espectador a sumergirse en el mundo íntimo y detallado del bordado, una técnica que aquí trasciende lo artesanal para convertirse en arte pleno.
Las artistas, en sus procesos creativos pausados y llenos de intención, comparten sus creaciones, donde el primer paso, el dibujo, deja aflorar el estilo y la impronta personal de cada una. Este proceso es fundamental para mantener la frescura y autenticidad en las obras, logrando que cada puntada conserve su naturalidad hasta el último hilo.
Las piezas que forman parte de la exposición son una selección que han realizado las propias autoras, integrantes del colectivo artístico Zhebra, a partir de 152 creaciones. Cada pieza habla de la manera de ser y estar de cada una de ellas, de lo que aman o les preocupa, de lo que sienten, de cualquier motivo en el que encuentran belleza.
El acto inaugural, que tuvo lugar el viernes 18 de octubre, contó con la presencia de un nutrido grupo de las artistas protagonistas, así como de sus allegados y público amante del arte. Eduardo Cajal, responsable del taller de arte de Valentia y creador del grupo Zhebra, y Ana Mora, organizadora de la exposición, compartieron sus impresiones sobre el trabajo desarrollado por las artistas -en el grupo también hay un integrante masculino-.
La clave de esta muestra, en opinión de Cajal, radica en la sensibilidad que ponen en cada puntada, en cada decisión creativa. No se trata solo de bordar, sino de un proceso profundo que refleja la pasión y dedicación que cada una de ellas imprime en su arte.
Eduardo Cajal reflexionó sobre el mercado del arte, que, en su opinión, opera en dos niveles: uno, donde permite socializar y compartir con el entorno cercano, generando lo que él describe como "colecciones de sentimientos"; y otro, marcado por la gran especulación, que no les interesa en absoluto. Según sostiene, el valor del arte no reside en promesas vacías ni en grandes despliegues, sino en crear desde la sinceridad y el vínculo humano, lejos de las conjeturas.
Ana Mora, por su parte, resaltó el valor artístico del bordado como una forma de lenguaje en sí misma, comparando esta técnica con el arte de los libros que se exponen en la Anónima. Además, invitó a los coleccionistas de arte a iniciar o enriquecer sus colecciones con estas piezas llenas de alma y belleza.
Mora recordó cómo, al visitar el taller, quedó fascinada por el silencio, la concentración, el interés y el sentimiento con la que estas mujeres trabajaban en sus bordados; y en el turno de agradecimientos citó a Virginia Unzué y Fernando Laviña.
Esta exposición es, como la definió Ana Mora, "un banquete para los ojos", donde cada obra invita a detenerse y observar, a sentir la dedicación y el esfuerzo que hay detrás de cada puntada. Hasta el 18 de noviembre, en la librería Anónima, será posible disfrutar de estas creaciones.