"¡Hay cantera!" Ésta ha sido la frase más repetidas este sábado en Huesca, con motivo de la octava edición del Encuentro de Escuelas Folclóricas José Rodrigo que organiza la Agrupación Santa Cecilia.
Los grupos invitados este año han sido la Ortzadar Euskal Folklore Elkartea, de Pamplona, el Grupo de Coros y Danzas Virgen del Egido, de La Puebla de Almoradiel en Toledo, y el Grupo Infantil de la Asociación de Coros y Danzas de Huéscar, de Granada.
Los niños y niñas de las distintas secciones de canto y baile que han tenido la oportunidad de convivir esta jornada en la capital altoaragonesa han disfrutado y han hecho disfrutar a un público entusiasta que esta tarde ha llenado la plaza López Allué.
Antes, por la mañana, ha arrancado la jornada con una recepción de las autoridades en la Sala del Justicia del Ayuntamiento, a lo que le ha seguido una serie de actuaciones ante la casa consistorial, foto de familia en la puerta de la Catedral oscense y un pasacalles por el Coso hasta las cuatro esquinas, donde cada grupo ha realizado una breve exhibición ante un público ya bastante numeroso.
Después, se ha celebrado una comida de hermandad en la Asociación Vecinal del Barrio de San Lorenzo, a la que han asistido en torno a 220 personas.
A la plaza López Allué se ha llegado en pasacalles y allí se han desatado todas las emociones que la jota y el folclore sabe despertar en Aragón. Los primeros en actuar han sido la Ortzadar Euskal Folklore Elkartea, que han interpretado tres danzas de Vera de Bidasoa, el Paloteado de Murchante y Zagi-danztza, entre otros.
Irati Arguiñariz, monitora del Grupo de Txikis, ha explicado que este colectivo se caracteríza porque los mayores se dedican mucho a la investigación y la difusión de las danzas navarras, aunque en general suelen hacer folclore vasco. Y ha asegurado que "hay cantera", como lo demuestran los 70 niños y niñas incorporados a su asociación.
El Grupo de Coros y Danzas Virgen del Egido, de La Puebla de Almoradiel en Toledo, ha participado con una representación de sus grupos infantil y juvenil y han llenado un autobús de 55 personas. Han interpretado una mezcla de piezas típicas de su pueblo y otras de las regiones de Albacete y Ciudad Real.
Asun Nieto, presidenta del Grupo, considera que a su formación le caracteriza la alegría de las jotas, "que son de muchos saltos, muy movidas, con muchos cambios. Por su parte, las Seguidillas y los Fandangos son más serenos, marcan mucho los ritmos y los pasos". Encuentros como el de este sábado "aportan mucha ilusión y motivación a los niños para seguir ensayando".
El Grupo Infantil de la Asociación de Coros y Danzas de Huéscar ha participado con 20 niños y niñas del cuerpo de baile y 16 músicos. En total, la comitiva que se ha desplazado desde la localidad granadina estaba integrada por 60 personas. Han interpretado la Jotilla de Huesca, unas Seguidillas de Huéscar típicas de Murcia, unos Verdiales y el Fandango de Huéscar, que constituye su verdadero himno y ha sido muy aplaudido.
"Somos oscenses como vosotros", ha comentado a este Diario la directora de esta formación, Ana María Valero, quien ha recordado que su indumentaria y sus bailes tienen origen aragonés. También ha añadido que estaban "encantados" de haber podido participar en este encuentro y viajar a la ciudad de Huesca, "sus raíces".
Valero ha explicado que la Asociación de Coros y Danzas nació en los años 50, pero más tarde desapareció. Hace ocho años lo han recuperado y ahora es una formación "muy joven pero con muchas ganas".
"Hemos traído un folclore parecido al vuestro, pero también hacemos los bailes típicos de Granada, Córdoba y Tanguillos de Cádiz", ha indicado.
La Agrupación Folklórica Santa Cecilia ha sido la última en actuar. La sección de canto ha interpretado La Rosca, La Mazurca de Sinués, con una letra alusiva a este grupo oscense, y el pasodoble El guitarrista. La de baile, la Polca de Bibí, la Jota infantil y el Bolero de Caspe.
Gerardo Lanau, profesor de la sección infantil, ha destacado la importancia que esta iniciativa tiene para los niños, ya que les permite convivir con otros, aprender
Lanau ha destacado que en la Agrupación Santa Cecilia se comienza con tres años a cantar, bailar y tocar, y que han observado que no es habitual que las formaciones folclóricas lleven a niños tan pequeños. "Hay algunos que no dejan de venir ni un día y a otros hay que animarles y convencerles para que vengan, pero es muy importante que lo hagan. Me gustaría que mis hijos siguieran mis pasos, proque a mi la jota me ha permitido crear vínculos con la gente, amistades para siempre y conocer otros países, cuando no era tan fácil viajar como ahora".