Carlos Garcés no cree que vaya a encontrar nunca historias tan impresionantes como las recopiladas en Las brujas y la condesa (Prames), la publicación que ha firmado este martes en la 39ª Feria del Libro de Huesca y que tiene su antecedente en La mala semilla.
Las brujas y la condesa narra una historia tejida a partir de los documentos que han aparecido en distintos archivos y bibliotecas. Algunos de los procesos que se analizan están en la biblioteca de Burdeos y se refieren "a unas mujeres que fueron juzgadas y en algunos casos ajusticiadas, acusadas de brujería en Épila y Almonacid de la Sierra por la justicia del del Conde de Aranda", ha explicado el autor.
Esos sucesos tuvieron lugar entre 1629 y 1651 y se asocian a las últimas mujeres que fueron ajusticiadas tras ser juzgadas por brujas, no solo en Aragón, sino en el conjunto de España, porque en Navarra y en Cataluña, donde hubo casos parecidos, habían cesado ya con anterioridad las persecuciones".
El libro recoge también quién se encontraba al frente del condado, Luisa de Padilla, una de las escritoras españolas más importantes del siglo XVII, una mujer culta y de gran interés.
Carlos Garcés ha indicado que la persecución de la brujería se está mostrando como uno de los rasgos más importantes de Aragón de los siglos XV al XVII. Según ha anunciado, se encuentra preparando un artículo para documentarlo con Sergio Domper, a partir de nuevos casos datados en 1601, en pueblos del entorno de Barbastro, como Castillazuelo, Azlor, Salas Altas, Salas Bajas y, sobre todo, Pozán de Vero.