Con 22 años, la oscense Araceli Carrera ha encontrado en el diseño de interiores una profesión que le permite equilibrar su amor por el dibujo y la creatividad con su interés por la precisión técnica, algo que descubrió durante su Bachillerato en la Escuela de Arte de Huesca.
A estas instalaciones ha regresado ahora, para exponer su Trabajo de Fin de Grado, donde ha desarrollado un proyecto de Diseño de Interiores centrado en la emblemática Casa Ponz.
La muestra estará abierta al público hasta el 27 de septiembre, de lunes a viernes en horario de 08:30 a 21:00 horas. Los sábados y domingos permanecerá cerrada. Además, se ofrecerán visitas guiadas los este jueves 12 y el viernes 13 de septiembre a las 18:00 horas, donde los asistentes podrán conocer de cerca los detalles de su propuesta.
Araceli Carrera, que ha estudiado el Grado Oficial en Diseño de Interiores en Creanavarra, un centro de Pamplona, fue una de las 10 finalistas en la IV Edición del concurso Antalia Decora y destacó en el certamen al obtener la mención a la Mejor Domótica y Tecnología por su proyecto Lazy Kitchen.
Este trabajo, elegido entre más de 140 propuestas a nivel nacional, planteaba un diseño innovador que combinaba las necesidades de la vida y el trabajo contemporáneo en un solo espacio.
Ahora, culmina su formación con el TFG, en el que también aporta soluciones muy creativas y personales. Fue ella quien eligió para desarrollar este proyecto la Casa Ponz, una construcción que siempre le ha atraído por su estado semiabandonado, en la calle del Parque y en las inmediaciones de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación, antigua escuela de Magisterio.
"Es inevitable pasar por delante de esa casa y no imaginarte todo lo que se puede hacer con ella", comenta la joven oscense, que solicitó los planos del edificio y los utilizó como base para su proyecto, aunque recalca que no se trata de un trabajo de investigación sobre la casa en sí, sino de una propuesta de diseño que ella misma haría para el edificio.
La propuesta de Araceli Carrera consiste en la hibridación del espacio, una tendencia que está ganando popularidad en la actualidad. La diseñadora explica que, dado que ya se han explorado ampliamente las posibilidades tradicionales de espacios como viviendas o cafeterías, ahora se busca combinarlos para multiplicar las opciones.
En este caso, la oscense mezcla el uso de un local público, una floristería que ocupa las dos primeras plantas, con el de una vivienda, a la que se reservan las dos superiores. Así explora cómo se realiza la transición entre lo público y lo privado y cómo se distribuye el espacio.
En la floristería, ha aplicado enseñanzas de la carrera. Reconoce que hoy en día no basta con vender productos, sino que es necesario ofrecer experiencias que distingan un espacio del resto.
En cuanto a la vivienda, Araceli ha introducido pequeños cambios para evitar caer en el diseño tradicional, desafiando la idea de que, por ejemplo, la cocina debe estar necesariamente junto al salón.
Araceli Carrera plantea su proyecto de vivienda de una manera innovadora, buscando un equilibrio entre lo tradicional y lo experimental. No pretende hacer cambios radicales, porque reconoce que hay límites en la funcionalidad cotidiana. "Por ejemplo, no vas a poner la cocina en un dormitorio, pero podría haber un lavabo fuera del baño y dejar el inodoro aislado".
La vivienda está diseñada pensando en una pareja adulta, en torno a los 40 años, que tendría suficiente experiencia y capital para establecer su propia floristería, pero la vivienda también está preparada para adaptarse a futuras necesidades, como la posibilidad de tener hijos.
Araceli Carrera desarrolló su proyecto de fin de grado como si fuera a realizarse en la vida real, incluyendo un presupuesto detallado y planos técnicos de fontanería, electricidad y otros elementos. Aunque en la exposición se presenta principalmente la parte visual, también se dispone de la memoria técnica, que justifica aspectos normativos y financieros, para que los visitantes puedan consultarla.
Optó por utilizar materiales neutros para el interior, creando una base sencilla con suelos de hormigón o madera y paredes y techos blancos. Esto permite que el protagonismo recaiga en el mobiliario y la vegetación, que tiene un papel central en toda la casa, no solo en la floristería.
Además, al investigar sobre la casa, la oscense descubrió una baldosa hidráulica original muy atractiva. Decidió preservar este elemento, contemplando en su proyecto el cuidadoso retiro y reutilización del suelo en ciertas áreas específicas, las cuales están detalladas en la memoria y el presupuesto del proyecto.
Araceli Carrera expresa su entusiasmo por haber realizado su Trabajo de Fin de Grado en Huesca, su ciudad natal, a pesar de haber estudiado fuera.
Aunque aún no tiene una dirección profesional clara, está interesada en explorar las diferentes áreas que abarca también la creación de decorados para teatro o cine, y el diseño de exposiciones, que permiten más creatividad y experimentación.
En estos primeros años, espera ganar experiencia práctica, ya que considera que la verdadera comprensión del trabajo se adquiere en el terreno, más allá de la teoría aprendida en las aulas.
Ahora, con su proyecto expuesto y nuevas oportunidades por delante, Araceli Carrera está decidida a seguir experimentando y aprendiendo en el campo que ha elegido.