El oficio de la Inmaculada Concepción de María, el Tota Pulchra, ha llenado este miércoles 7 de diciembre la catedral de Huesca de oscenses que demuestran de esta forma desde hace tiempo el arraigo a este acto cultural y religioso, declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial por el Gobierno de Aragón en 2014.
En esta liturgia participa la institución académica, heredera de la Universidad Sertoriana y representada por el claustro de profesores del Instituto Ramón y Cajal; la municipal, por el Ayuntamiento de Huesca, y la eclesiástica, a través del Cabildo Catedralicio, que desde el siglo XV mantienen el voto a la Inmaculada Concepción.
Los representantes del Instituto Ramón y Cajal han abierto la comitiva hasta la catedral, para dar paso a la corporación municipal que abría el alcalde de Huesca, Luis Felipe. Tras ser recibidos por el cabildo catedralicio, han realizado la procesión en el interior del templo, a la que se ha sumado el obispo de Huesca, Julián Ruiz Martorell.
En su alocución, el obispo se ha referido a la colaboración de estas tres instituciones en esta iniciativa que hace “posible y real el diálogo entre fe y cultura, expresión de una armoniosa síntesis entre la adhesión a Jesucristo y la vida”.
Ha expuesto que el Tota Pulchra expresa el “reconocimiento y gratitud a la virgen Inmaculada; a ella se aplican las palabras del Cantar de los Cantares que nos permiten reconocer con devoción: toda hermosa eres María y no hay mancha en ti”.
Ruiz Martorell ha expuesto que este himno refleja en forma de música y texto “gratitud, admiración reconocimiento y conmoción interior” y que manifiesta “lo que llevamos en el corazón y lo que queremos encomendar a su intercesión. Son sencillas invocaciones de agradecimiento y de súplica, agradecimiento por el don de la fe y por todo el bien que diariamente recibimos de Dios y súplica por los diferentes problemas que nos agobian, las dificultades que encontramos en la vida cotidiana”.
Ha deseado que la participación en esta “histórica y gozosa celebración litúrgica en honor de la virgen Inmaculada sea intensa y fecunda”.
Ha dado así paso a la interpretación del Tota Pulchra por el coro de la capilla de música de la catedral de Huesca y la soprano oscense Marina Lansac, y los miembros de la orquesta formada por músicos de Huesca unidos para esta celebración, bajo la dirección de José Vicente Pardo Bellido, profesor de Orquesta y Coro del Conservatorio de Huesca, que toma el relevo de otros directores como Juan José de Mur y José María Aso.
La liturgia ha incluido también el ‘Ave Maris Stella’, 'Salve Regina' de Hilarión Eslava a cuatro voces y orquesta y 'Gaudeamus igitur'.
Sobre este oficio, en la víspera de la Inmaculada, se conserva el documento del voto realizado por las instituciones oscenses a la Inmaculada Concepción en el año 1450, con motivo de una epidemia de peste que asoló la ciudad. Como explica el Museo de Huesca. Sin embargo -añade-, será otro brote virulento de esta enfermedad, en el año 1651, el que lleve a la ciudad y a sus instituciones a renovarlo el 4 de octubre, día de San Francisco de Asís.
En el año 1652 se cumple por primera vez con el voto tras su renovación, y se celebra con una procesión desde la catedral de Huesca hasta el convento de San Francisco portando la imagen de la Virgen de la Concepción, llamada también Virgen del Voto. Tras la desaparición del convento franciscano en el siglo XVII, la vigilia de la Inmaculada se ha celebrado en la catedral consolidándose de este modo la fiesta del Voto en la capital oscense.