Un jardín seco es un espacio diseñado para minimizar el consumo de agua, utilizando especies vegetales autóctonas o adaptadas a climas áridos y técnicas que favorecen la conservación de la humedad del suelo. Este enfoque promueve la sostenibilidad al respetar los ciclos naturales de las plantas, reducir los insumos como el riego y fomentar la biodiversidad.
En esta línea, el Centro de Arte y Naturaleza (CDAN) de Huesca ha presentado este lunes la implantación de este proyecto en el acceso principal del museo, con un acto en el que han intervenido el paisajista y agrobiólogo Gabino Carballo, y la responsable técnica de la exposiciones en este centro, Obarra Nagore. También estaban presentes alumnado y profesorado del CPIFP Montearagón, quienes han participado en la ejecución de esta transformación bajo la dirección de Carballo y de la bióloga y divulgadora oscense Lorena Escuer.
El diseño original del jardín que rodea el CDAN fue obra del arquitecto Rafael Moneo, quien creó un espacio que conecta el museo con la naturaleza, incorporando encinas, tilos y hasta un viñedo. Sin embargo, en los últimos dos años, el equipo de este centro, liderado por José Ramón Hernández, ha trabajado en redirigir la gestión de este entorno hacia un modelo más ecológico. Según Nagore, este proyecto refleja un cambio en el tratamiento del jardín, que busca reducir el uso del agua, promover la biodiversidad y mostrar a los visitantes que la sostenibilidad también puede ser estética.
La nueva área del jardín seco, situada en el acceso peatonal al CDAN, conecta directamente con el camino de la Cruz del Palmo, una ruta que une el centro de arte con la ciudad de Huesca en un paseo de 25 minutos. Este espacio ha sido intervenido utilizando técnicas avanzadas, como una capa de grava que actúa como barrera para las malas hierbas y retiene la humedad del suelo. Según Carballo, se han seleccionado especies vegetales resistentes a condiciones áridas, temperaturas extremas y suelos pobres, lo que representa un enfoque experimental que esperan expandir en el futuro.
El jardín seco no solo refleja un cambio estético, sino también un esfuerzo por educar en la importancia de la sostenibilidad y la adaptación climática. Además, este proyecto ha contado con la colaboración práctica y educativa de los estudiantes del CPIFP Montearagón, quienes han aportado el trabajo manual y aprendido sobre las complejidades de transformar un espacio verde.
Gabino Carballo ha explicado cómo, desde hace años, se trabaja en redirigir la gestión del jardín del CDAN hacia un modelo más sostenible y naturalizado. Este proceso ha estado impulsado por la intención de promover la presencia de polinizadores y de integrar prácticas que favorezcan una naturalización visible, pero siempre con un enfoque de cuidado.
La idea del jardín seco ya se ha explorado en el norte de Europa y en el sur de Francia, pero todavía afronta algunas dificultades y cierta resistencia en España, donde es una tendencia reciente. "Este enfoque tiene una parte experimental, pero ofrece una alternativa sostenible y económica. Es un modelo que minimiza el uso de agua y se adapta mejor a las condiciones del clima y del suelo", ha explicado Carballo.
En cuanto a la intervención técnica, Carballo ha detallado que la clave estaba en trabajar con las condiciones naturales del terreno. "Hemos elegido especies que son muy resistentes a condiciones extremas, tanto de sequedad como de frío, y que pueden soportar las grandes fluctuaciones térmicas de la región de Huesca".
Además, se implantó una capa de grava para proteger el suelo, controlar las malas hierbas y ayudar a preservar la humedad, lo que reduce la necesidad de riego. "Queremos que el jardín se desarrolle con un mínimo aporte de agua, y esta capa de grava contribuye a evitar la transpiración excesiva", ha añadido.
El proyecto, aunque se presenta como una prueba piloto, tiene la intención de expandirse a otras zonas del jardín en el futuro, tras evaluar cómo evoluciona. "Nuestra idea es seguir aprendiendo de esta intervención, ver qué plantas funcionan mejor y cómo podemos expandir este modelo de jardín seco a otras áreas del centro", ha comentado Carballo. La experimentación también tiene en cuenta que algunas especies pueden no adaptarse como se espera, pero "esto es algo previsible en un proyecto experimental", ha afirmado.
Una de las mayores satisfacciones del proyecto ha sido la colaboración con los alumnos del CPIFP Montearagón, quienes han trabajado de manera entusiasta en la ejecución del diseño. "Ha sido un privilegio contar con jóvenes tan comprometidos y apasionados por el proyecto", ha destacado Carballo.
Esta iniciativa ha servido como anticipo de una gran exposición que el CDAN está preparando para la primavera de 2025 sobre el jardinero y ecologista francés Gilles Clément, cuyos cuadernos de trabajo y diseños innovadores serán presentados como un referente en la gestión sostenible de jardines.