Cristina Buil (Huesca, 1984) llena de amor y color el Centro Cultural Manuel Benito Moliner con una exposición de su obra que podrá visitarse hasta el 14 de julio. La muestra está formada por 60 pinturas de gran fuerza expresiva de la integrante del Grupo Zhebra de Valentia, que vive con intensidad la creación y la interpretación. “Soy artista, lo llevo en las venas”, declara rotunda.
La exposición titulada Alma y amor fue inaugurada este pasado viernes en un acto en el que las emociones estaban a flor de piel. En las paredes de la sala cuelga obras de gran pureza estética y con un amplio manejo de colores puros y vibrantes que componen su universo. “Te mueves en el campo de la abstracción y de la figuración, que habla de amor, de relaciones con personas que quieres”, le transmitió en la inauguración de la muestra Eduardo Cajal, responsable del Taller de Arte Grupo Zhebra de Valentia, palabras que fueron respondidas con un abrazo por parte Cristina Buil. “La actuación es estética limpia, pura, que nos mete en una relación con el arte en el que tu legado es muy importante. Enhorabuena”, le felicitó Cajal.
En el acto, en el que Cristina estuvo acompañada por su familia y numerosos amigos, participaron también la diputada de Servicios Sociales, Lola Ibort, la concejala de Huesca de Acción Social, Familia y Cooperación al Desarrollo, Marta Escartín, y el director del Centro Manuel Artero, José Ángel Sierra, quien pidió mirar las obras sin ningún tipo de filtro de la discapacidad. “Simplemente ver a una artista, porque es la importancia que tiene, una gran artista que expone sus obras”, dijo.
Cristina, junto con su madre Laudelina Fernández, leyó una poesía de su creación en la que puso en valor la amistad. “No hay dinero, coronas ni riquezas que se puedan pagar en este día tan especial para mí, acompañada de Valentia y de tantos amigos que me quieren”, apuntó y reiteró las gracias a los asistentes.
También la madre de Cristina agradeció a todos los profesionales su “tesón, trabajo, amor y cariño”, y que aportan “oportunidades e ilusión a todas las personas de Valentia”. Recordó momentos especiales, como que gracias al teatro Cristina pudo actuar en el película Incierta Gloria. “Se sintió como una reina, como cuando fue mairalesa de Huesca o como hoy, con sus obras de pintura expuestas aquí. Como dice Cristina, soy artista, lo llevo en las venas”, señaló y corroboró la artista.
Adelina invitó a los asistentes a que, al ver las obras, “imaginen y valoren lo que hay detrás de ellos, cuánto trabajo y amor de artistas y profesionales. Por todo esto, agradecer tanto a los profesionales de Valentía y a los amigos que estáis aquí para apoyar esta labor y hacer feliz a nuestra hija Crisitia. Gracias por este cariño, amor y fuerza para seguir adelante, gracias porque por nuestros hijos merece la pena vivir”, culminó.
Quienes acudan al Centro Manuel Benito Moliner encontrarán en la obra de Cristina Buil, como describe Eduardo Cajal, el amor a su familia, a sus amigos, a su pasión creativa... un proceso de catarsis donde la artista se libera emocionalmente para abrir una ventana a lo profundo de su ser, presentándonos piezas de gran formato compuestas principalmente por bloques de color, signos y palabras que vamos a encontrarnos repetidamente y que forman parte de su discurso creativo.