Durante el primer cuarto del siglo XX, el debate público estuvo mayoritariamente presente en la prensa, pero los medios de información se movían con dificultad ante la censura previa que había sido impuesta por la Dictadura de Primo de Rivera, no obstante, existieron algunos diarios que defendían el pluralismo y trataban por todos los medios a su alcance, acercar a sus lectores distintas visiones y opiniones de la actualidad que se estaba viviendo en España. Desde “El Imparcial” unos artículos de Indalecio Prieto, mostraban en 1924 su inquietud por la ausencia de voces críticas en la opinión pública, defendiendo posiciones contracorriente ante el intento de silenciar las manifestaciones cívicas, como los intentos de desviar la atención pública hacia temas ajenos a la política, por parte de la dictadura de Primo de Rivera, que si bien no pudo convertir a toda la prensa en su vocero, si supo emplear estrategias adecuadas para transformar a un buen número de rotativos en sus aliados.
En octubre de 1924 “El Diario de Huesca” se hacía eco de un editorial de su colega “El Sol” titulando “El Cuarto poder… negativo” aludiendo que si en España la prensa era más “poder” que en ningún otro país, precisamente por la ausencia de opinión pública. Explicaba que ahora, sometidos los periódicos a esta rígida previa censura, este cuarto poder se había trocado en negativo. Lamentaba además este informativo oscense que, a la atonía universal de la opinión, se sumaba la atonía de la prensa.
El día 7 de noviembre el periódico “La Voz” propuso que independientemente de la solicitud de la supresión de la censura previa, que elevaran al Directorio las Asociaciones de la Prensa la demanda del restablecimiento de libertad de imprenta, firmando esta solicitud los periódicos y revistas de toda España. Este llamamiento que fue apoyado por “El Imparcial” y “El Liberal” fue combatido por “El Debate”, pero todos los presidentes de las asociaciones de periodistas constituidas en España firmaron y elevaron esta petición a la Presidencia del Directorio Militar, entregando al marqués de Magaz, el documento en el que se pedía que devolviera a los periódicos la normalidad que necesitaban para vivir.
Apoyando esta solicitud expusieron: Que la Prensa, según todos conocían, era institución indispensable; armonizaba la vida; ponía en contacto sus elementos, muchas veces antagónicos; conducía a las fuerzas que la integraban, ayudaba a los gobernantes, informaba a los gobernados, y con arreglo a los distintos casos, aparecía como anuncio, consejo, advertencia o dictamen. Aducían que la Prensa importaba lo mismo a quienes la ejercían que a quienes la utilizaban, pero se hallaba a punto de sucumbir por la censura, no limitada a determinados asuntos, para satisfacer necesidades urgentes y transitorias, sino ingerida en todos, para influir en cuantas manifestaciones sociales respiraran su atmósfera. Diariamente, seguía, sucumben publicaciones que en periodos normales se desenvolvieron con holgura; desaparecen hojas cotidianas, y también lectores que así dejan de asomarse a la información, en consecuencia, va reduciéndose hora por hora el campo de la intelectualidad española, y la tarea negativa destruye precisamente lo que más necesita acrecentarse.
La respuesta no se hizo esperar y así, sin desdeñar la petición y reconociendo con la mayor lealtad que la Prensa era institución indispensable de orientación y que en diversas ocasiones le fue rendido el merecido testimonio de reconocimiento, indicaba el Directorio que la previa censura originaba a los periódicos molestias y hasta perjuicios materiales; ¿Pero son ellos tantos que afectan la existencia misma de La Prensa? ¡Ciertamente no! Asegurando que las mayoría de los diarios y revistas anteriores al Directorio Militar, seguían editándose, así mismo, hablaba: Tarea en extremo difícil sería en ésta época de enorme desorientación política y de pugna constante entre antiguos y nuevos procedimientos, señalar los temas y concretar los asuntos que están exentos de censura.
“El Diario de Huesca” contestaba al día siguiente: La verdad, no nos ha sorprendido la negativa rotunda opuesta a la petición de los periodistas. Somos de aquellos que creen en la palabra de los hombres, y recordábamos que en repetidas ocasiones el presidente efectivo del Directorio Militar había anunciado que “la censura sólo se levantará veinticuatro horas antes de dejar el Poder el Directorio” y… nos consta que ese plazo de un día no coincide con la fecha actual.