La Universidad de Huesca, a finales del XVIII y principios del XIX, fue un alto exponente de las tendencias científicas de la época. Numerosos hombres ilustres se formaron en ella en esta época y fueron puente para relevantes avances en las ciencias. Mariano Tomeo Lacrúe en su ”Aportación oscense a la ciencia española” (Rev. Argensola, Huesca) nos habla de algunos de ellos. Así cita a Ramón Solana y Bardají, gran estudioso de nuestra Historia Natural, Lorenzo Mallada, y Mariano Villa, profesores de Aritmética, Álgebra y Geometría, Francisco Carbonell Bravo, médico, transmisor de conocimientos científicos a otras regiones, Florencio Ballarín y Causada, médico de Sariñena y catedrático de la Sertoriana y de Zaragoza desde 1846…
También a finales del XIX, otros alumnos y profesores de la Universidad de Huesca, destacaron en el campo militar, legislativo o artístico; entre ellos, Pedro Abarca de Bolea, Conde de Aranda, militar, diplomático y estadista, Presidente del Consejo de Castilla y Secretario de Estado, Doctor en Leyes por la Sertoriana; José de Cistué, Barón de la Menglana, Colegial de San Vicente y Doctor y Catedrático de la Universidad, que accedió a Fiscal del Consejo y Cámara de las Indias; Antonio Veian y Monteagudo, Colegial de San Vicente, Doctor y Catedrático de Vísperas de Cánones, nombrado miembro del Supremo Consejo y Cámara de Castilla (columna vertebral de la estructura de gobierno de la Monarquía), en 1782; Pedro Ric y Egea, Colegial de San Vicente y Doctor y Catedrático de la Universidad, también fue miembro de la Cámara de Castilla; Valentín Carderera y Solano, alumno de la Sertoriana, pintor de Cámara de S.M. y miembro de las Academias de San Fernando y de la Historia; su hermano, Custodio Carderera y Solano, alumno y profesor de la Sertoriana, Capellán de Honor de S.M., Arcipreste del Pilar, Académico consiliario de la Academia de Bellas Artes de Zaragoza…
Pero nos centraremos en el siglo XIX ya que es muy amplia la lista de catedráticos y cursantes de la Sertoriana que, desde principios del siglo hasta su supresión, pasaron a ocupar cargos relevantes en la administración, en la vida eclesiástica, judicial o militar española, aunque consignaremos sólo algunos de ellos. Comprendemos que pueda resultar tedioso relacionar nombres y cargos, sin embargo no vemos otra manera de reflejar esta llamativa circunstancia que se dio en la Universidad de Huesca, y que nos habla de la categoría y consideración de la que gozaban sus profesores. En un escrito que la Universidad dirigió al Rey en 1813, rogándole su continuidad, leemos:.. ”Ninguna otra Universidad haya dado tal vez, en todos los tiempos, con proporción al número de sus cursantes, más prelados a la Iglesia, más hombres al cuerpo diplomático, más ministros a los Consejos, Chancillerías y Audiencias, Rota Romana y demás tribunales, ni más dignidades ni prebendados a las iglesias metropolitanas y catedrales, y a la Real Capilla de Su Majestad”.
”Ninguna otra Universidad haya dado tal vez, en todos los tiempos, con proporción al número de sus cursantes, más prelados a la Iglesia, más hombres al cuerpo diplomático, más ministros a los Consejos, Chancillerías y Audiencias, Rota Romana y demás tribunales, ni más dignidades ni prebendados a las iglesias metropolitanas y catedrales, y a la Real Capilla de Su Majestad”
Vamos pues con esa muestra
-1804, el Doctor Antonio Allué, Catedrático de Prima de Teología, es nombrado Capellán de Honor de Su Majestad. En 1816 pasó a Obispo de la Catedral de Gerona.
- 1805, el Claustro de la Universidad decidió hacerle un retrato al profesor Segismundo Monter, “Justicia que fue de Aragón”, y colocarlo en el Teatro de la Universidad.
-1805, el Dr. Manuel Rubio, Catedrático de Filosofía, fue nombrado por el Rey “Director de sus caballeros pajes”. Al año siguiente, el Dr. Orencio Antonio de Santolaria pasó a Corregidor Político de la ciudad de Alcalá la Real
- Pedro María Ric y Montserrat, Barón de Valdeolivos (sobrino del arriba citado Pedro Ric y Egea), Colegial de San Vicente, profesor y Rector de la Universidad de Huesca, fue Regente de la Real Audiencia del Reino de Aragón y miembro de la Junta Suprema de Aragón durante el segundo sitio de Zaragoza.
- 1808, el Dr. Manuel Villava, pasó a Ministro de la Real Audiencia de Aragón. Al año siguiente el abogado y Doctor en Leyes, Lucas Malo, es nombrado Corregidor interino del reino; y en 1810, el Dr. José Bueno, Catedrático de Instituta, ascendió a Corregidor de la ciudad.
- El Dr. Lorenzo Riera, Catedrático de Anatomía, fue, durante la Guerra de la Independencia Primer Ayudante de Cirugía de la Plana Mayor del cuarto Ejército, y el Dr. Leonardo Beyán, Catedrático de Cánones, encargado por S.M. para la Auditoría de Guerra del Ejército del Centro
-1813, el Maestrescuela Dr. Mateo Ara dejó su Cátedra de Instituta al ser nombrado Diputado a Cortes. Al año siguiente José María Puig, Ministro Director de la Sertoriana y Mariano Lobera fueron nombrados Oidores de la Real Audiencia de Aragón; el primero de ellos, en 1832 pasaría al Supremo Consejo.
- 1816, Dionisio Bardaxí de Azara, doctorado en Cánones, fue proclamado Cardenal. Gerónimo Castillón, que fue Rector de la Universidad, pasó a Obispo de Tarazona.
- 1818, Mariano Castillón, Catedrático de Prima de Cánones fue nombrado Alcalde del Crimen de la Real Chancillería de Valladolid; en 1821 Pablo Santafé, Catedrático de Prima de Leyes, Magistrado de la Audiencia Territorial de Oviedo, y meses más tarde, Magistrado de Sevilla. Este mismo año, el Dr. Miguel López, Catedrático de Prima de Teología, promocionó a Magistrado del Supremo Tribunal de Justicia.
-1825, Fray José Simón Gil, profesor de Teología, fue nombrado Rector del Colegio de Zaragoza. El Dr. Florencio Subías, Catedrático de Instituciones Canónicas, opositó y obtuvo la Canonjía Doctoral de la Catedral de Barbastro.
-1826, Joaquín Abarca de Bolea, Doctor en ambos derechos por la Sertoriana y Obispo de León, pasó a Consejero de Estado. El Doctor Leoncio Ladrón de Cegama, Catedrático de Prima de Leyes, fue designado por el Rey para una plaza togada como Alcalde de la Corte Mayor de Navarra, en 1832 se trasladó a la Real Audiencia de Barcelona, y a los pocos meses ascendió a Oídor del Consejo Real de Navarra
- 1829, el Dr. Severo Andriani, Maestrescuela, Cancelario y Rector de la Sertoriana, fue nombrado Obispo de Pamplona
- Felipe Perena y Casajús, profesor, Doctor en Leyes y Maestro en Artes, nombrado en 1822 Comandante Militar de Huesca y en 1830 Teniente General de los Reales Ejércitos. En 1831 el Doctor y catedrático de Instituciones de Leyes Luis Moragas, pasó a la Alcaldía Mayor y Tenencia de Corregidor de Palma de Mallorca y su distrito
- 1832, El Dr. Jaime Salas, Catedrático de Instituciones civiles de la Sertoriana promovió a Tercer Oidor de la nueva Real Audiencia de Puerto Rico. El Dr. José Vallés, Catedrático de Instituciones canónicas, pasó a la Capellanía de Honor de la Corte. El Dr. Biec, catedrático de Instituciones Teológicas, promocionó a la Canonjía de la Catedral de Huesca
-1834, Evaristo Pueyo de Urriés y Latre, Catedrático de Instituciones Civiles, es nombrado a Alcalde del Crimen de la Audiencia de Aragón en Zaragoza y los catedráticos Pablo Santafé y Alejandro Naya Procuradores del Reino en Cortes por Huesca.
- 1836, Luis María de Cistué y Martínez de Ximién-Pérez, Barón de la Menglana, Doctor en Leyes, e hijo del arriba citado José Cistué, fue designado por el Rey Mariscal de Campo y Segundo Comandante General de Aragón
- 1838, Pedro María Escudero, Catedrático de Instituciones Canónicas, fue nombrado Auxiliar de Secretaría de la Dirección General de Estudios. En 1844, Pedro Mª Escudero, entonces Vicerrector y Catedrático de Jurisprudencia, ejerció también como Juez de Primera Instancia de Barbastro.
En el siglo XIX la Universidad de Huesca, gracias a sus profesores y alumnos, se mantuvo conectada con la sociedad del momento, en la que imprimió el sello de su buen hacer y de su categoría académica.