La escritora Sandra Araguás ha enviado una 'cartica coloradica' de las que unen. Ha reunido a dos artistas, ha fusionado el pasado con el presente, la realidad con la imaginación, ha juntado a niños y mayores y ha unido vidas. Además, ha unificado dos aniversarios, la obra 25 de su Editorial Sin Cabeza, que celebra sus 10 años de vida.
Es La cartica coloradica, que fue presentada este pasado viernes con la presencia de Sandra Araguás, la ilustradora onubense Virginia Ogalla, la docente Paz Barraca y Chema Aniés, de la Librería Anónima, en el salón azul del Casino oscense lleno de público infantil con ganas de descubrir este nuevo cuento.
“Esta propuesta es algo muy diferente a todo lo que nos has presentado hasta ahora”, trasladó Barraca, gran conocedora del mundo del cuento infantil. “Yo le digo, tú eres nuestra Andersen, nuestra Perrault y, en su línea de humilde y cercana, se pone 'coloradica'. Pero es verdad, y es así porque su profesión, su vida, entre otras muchas cosas, es un compromiso con la tradición oral. Está dando su sitio a un montón de historias que se conocían en algunas localidades y que, gracias a su empeño, a su trabajo, a su vocación, podemos descubrir”, valoró.
“Cada vez que Sandra nos brinda la oportunidad de conocer una de estas historias, nos hace cómplices a todos en esta tarea de continuar con los cuentos, con las leyendas -consideró-. Ella nos hace el trabajo más complicado, que es recogerlo, explicarlo, contarlo y encontrar a alguien tan especial como Virginia para ilustrarlo, pero nosotros y nosotras tenemos que continuar y contarlo en casa, que los docentes también hagamos esa labor, que los abuelos, las abuelas nos lo recuenten… En esta tarea estamos todos”.
La cartica coloradica es una historia encadenada en la que, en opinión de Paz Barraca, “Sandra y Virginia no se han dedicado únicamente a recoger la historia y plasmarla en un libro. La han engrandecido y enriquecido. Nos desveló más, pero aquí hay un dos por uno. Yo diría que esto no es un cuento, que nos han engañado un poco. Esto es un libro de poesía. Es un cuento poético absolutamente”.
Barraca describió las ilustraciones de Ogalla como “superdelicadas, los rostros son expresivos, realistas, con colores que te transportan a otros momentos y con una técnica muy personal y muy depurada”.
La docente valoró que ambas artistas, “con una sensibilidad especial”, han puesto el alma en esta obra para “hacer este regalazo, que es precioso”.
Sandra Araguás contó en la presentación cómo conoció a Virginia Ogalla en un festival en Huelva, a través de Diego Magadaleno. Ya entonces pensó que tenían que trabajar juntas y, cuando volvieron a verse, comprobó que ella también quería. “Ha sido un proceso muy fácil, muy cercano, a pesar de los kilómetros que nos separaban, muy muy bonito”, compartió.
El otro protagonista en la presentación fue Lorenzo Cebollero, quien le contó el cuento del que ha nacido La cartica coloradica. “Estuve haciendo un trabajo de campo en 2014 en La Hoya de Huesca -relató Araguás- y, cuando estuve en Arguis, todo el mundo me decía que fuera a ver a Lorenzo. Y era cierto. Es una pasada lo que sabía, no solo de cuentos, sino de refranes, romances, adivinanzas, trabalenguas. Tenía cuadernos escritos, quería contármelo todo y no se podía saltar ni una línea. Y entre las muchas cosas que me contó, me gustó mucho ese cuento y se me quedó en la cabeza. Es un cuento que se llama de fórmula. Son unos cuentos -del estilo de El castillo Chuchurumbel- que van encadenados, que necesitas una cosa para poder pasar a la siguiente”.
Sandra Araguás hizo una adaptación, primero oral, y ha contado este cuento durante muchos años. “Al final, tenía ya a Virginia en la cabeza y veía los paisajes de Lorenzo” y llegó a la conclusión de que tenían que estar juntos. “Hubo un doble trabajo -explicó la autora-. A Virginia le propuse una nueva interpretación del cuento que luego ella trabajó”.
La autora había escrito la adaptación que estaba contando de La cartica coloradica, “que era una historia lineal que como tal funciona ya superbien y es completa”. “Pero cuando la imaginé ilustrada era en muchos espacios grandes, abiertos y había mucho sitio para poder contar más cosas. Entonces pensé ¿qué debe haber en esa cartica que le ha llegado? Y si esa 'cartica' se la hubiera mandado… No voy a decir nada más”, dejó con la intriga Sandra Araguás.
Virginia Ogalla, quien agradeció a Editorial Sin Cabeza contar con ella, destacó del texto que, aunque en un primer momento pueda parecer sencillo, “cuando te paras un poco más a escucharlo, transmite muchas más cosas, es un texto que te invita a pensar en la relación entre seres, en la interdependencia. Es muy bonito para hacer un viaje y en eso es en lo que me he querido detener para para crear estas escenas y contar esta historia ensanchada, en la que podéis encontrar más de una. Está lo que cuenta el texto, lo que cuentan las imágenes y lo que cuentan ambos lenguajes juntos”, explicó.
La ilustradora tampoco quiso profundizar más en el libro, pero sí destacó que “es una invitación a viajar desde algo muy posible, como que un día nos encontremos una carta en nuestra mochila, hasta otras cosas que pertenecen más al mundo de la imaginación”.
Por otra parte, Sandra Araguás quiso dedicar unos minutos al doble aniversario. “Cumplimos 10 años y 25 libros y es un momento muy emocionante para nosotros. Coloraditos estamos de esta aventura sin cabeza que empezó con el nombre inspirado por Ana Mora. Cuando un día en la Anónima contamos que íbamos a hacer una editorial, ella dijo: “¿Pero habéis perdido la cabeza?”, y pensamos, ¡qué nombre más bueno!. Gracias a la librería Anónima por acompañarnos hoy y estos 10 años que han sido una maravilla”, dijo.
Para finalizar la presentación, Sandra Araguás, avanzó una parte del cuento. “¿Sabéis qué ha pasado hoy? Que el cartero me ha traído una cartica coloradica…”.