El Salón Social La Cultural de Tormos, enclave histórico erigido durante la construcción del pantano de La Sotonera, se llenó el sábado de magia y delicadeza con el concierto "Colores Sonoros" con el dúo navarro de Ekhi Ocaña a la flauta y Alicia Griffiths al arpa en un recital de la era impresionista, que abarca finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Suaves y evocadoras notas de Debussy, Ravel, Ibert y Satie recorrieron las paredes de la Cultura con bloques inspirados en las famosas pinturas de Claude Monet, quien capturaba la misma escena en diferentes momentos del día y en diferentes condiciones de luz. La fugacidad del momento y la sensación de cambio del impresionismo, utilizando pinceladas sueltas y rápidas, y una paleta de colores brillantes y vibrantes, se trasladó a la música que, más que descriptiva, era sugerente.
Cada bloque del concierto representaba distintas fases del día y estaciones del año: amanecer y primavera, mediodía y verano, atardecer y otoño, y noche e invierno. Esta narrativa se enriqueció aún más con fragmentos del libro "Platero y yo" de Juan Ramón Jiménez, que leyó Ekhi Ocaña, dando más profundidad al espectáculo.
El programa incluyó piezas emblemáticas del periodo impresionista, con obras de Claude Debussy como la suite "6 Epigraphes antiques", con movimientos como "Pour évoquer Pan, dieu du vent d'été" y "Pour la danseuse aux crotales", mitos y paisajes antiguos con una delicada sensualidad. También se interpretaron "Bruyères" del libro de preludios, que captura la esencia de los brezos en flor, y la popular "Syrinx", una pieza solista para flauta que es un verdadero despliegue de lirismo y técnica. No podía faltar "Clair de lune", una obra que por su belleza etérea y melancólica es sinónimo de la música impresionista, que Alicia Griffiths interpretó con el arpa mientras Ekhi Ocaña recitaba, y "La fille aux cheveux de lin", que con su melodía suave y ondulante evoca una tranquila escena pastoral.
Otras obras de compositores contemporáneos a Debussy complementaron esta experiencia sensorial. La "Pièce en forme de habanera" de Maurice Ravel, con su ritmo sensual y carácter exótico, añadió un toque de color y dinamismo. De Jacques Ibert, se interpretaron la vibrante y melódica "Entr'acte" y la "Pièce for Flute Solo", ambas mostrando la versatilidad y expresividad de la flauta. La interpretación de "Rêverie" y "Beau Soir", dos piezas llenas de una serena y contemplativa belleza.
Ekhi Ocaña y Alicia Griffiths demostraron una maestría y sensibilidad excepcionales en sus interpretaciones. La flauta, en manos de Ocaña, se prestaba maravillosamente a las sonoridades de la música de la era impresionista, mientras que el arpa de Griffiths, con su sonido cristalino y resonante, realzaba la riqueza armónica y la delicada belleza de las composiciones. Esta combinación de instrumentos creó una paleta sonora rica y colorida en las piezas que interpretaron juntos.