Elucidario del Silencio es un singular volumen realizado por el ilustrador aragonés David Vela, quien interpreta con sus dibujos una compilación de emblemas del Renacimiento y el Barroco.
El autor ha llevado a cabo el proyecto con la editorial Libros de ida y vuelta, de Javi Hernández, y ambos presentaron la obra en un acto celebrado recientemente, en la librería Anónima de Huesca, con el certero análisis de la profesora Rosa Tabernero, la bella música de violín de Raquel Sobrino y la calurosa acogida del anfitrión, José María Aniés.
Un elucidario explica cosas complicadas de entender y David Vela considera que el silencio, ahora mismo, lo es, especialmente después de la pandemia de covid, que ha dado paso “a la búsqueda de ruido”. El secreto y los peligros de la lengua serían otros dos grandes asuntos que se escrutan entre sus páginas.
La obra plasma emblemas originales y, sobre cada uno de ellos, una ilustración de Vela que los reinterpreta. Para la profesora Tabernero, el formato resulta muy atractivo, porque le da el empaque de un libro antiguo y, al mismo tiempo, se advierte una conexión con el siglo XXI.
Hace más de treinta años que al ilustrador zaragozano le interesa la literatura emblemática, que aborda temas como la poética del silencio o el arte de la memoria, y que se construye con un aforismo, una pintura y un comentario en verso. Recuerda las clases de Filología con la profesora Aurora Egido, “una número 1 en la literatura del Siglo de Oro”, y una “suerte” haberla encontrado en su camino.
Internet puso a disposición de David Vela todos los repertorios, los de la Biblioteca Digital Hispánica y también de la Universidad de Illinois. Pudo acceder a cerca de 400 títulos, de los cuales seleccionó 80. “Cuando manejas estos repertorios -afirma- te da una especie de vértigo, porque es un tesoro incalculable. Nosotros somos unos ignorantes, porque están en latín y, además, la mayoría no entendemos la iconografía. Hay una cultura de esa época que se nos escapa”.
La idea que tenía en la cabeza Javi Hernández, cuando se puso en contacto con el ilustrador, era publicar un libro de humor gráfico que recogiera aquellas obras inéditas premiadas que había recibido David Vela. Pero éste le convenció para que fuera el Elucidario el que viera la luz.
El oscenseargentino consideró que era “un libro necesario” para acercar esta literatura a todos los lectores, porque las “llamativas, potentes y modernas” imágenes de Vela constituyen un “gancho” frente a los atractivos pero diminutos emblemas y los complejos textos que normalmente cautivan a un público minoritario.
También se ha realizado una importante labor, para que el contenido sea “legible” y, tras iniciar el libro por el prólogo, como recomienda el autor, se puede ir “picoteando” de unas páginas y de otras.
Rosa Tabernero, con cariño y admiración, califica el Elucidario del Silencio como “la obra de dos locos” que se han unido para proporcionar al público “un objeto bellísimo”, “un homenaje al lenguaje verbal” y a la literatura de los siglos XVI y XVII.
Cada pieza del puzzle está puesta en el lugar correcto para que todo tenga sentido. Los textos están “bastante desbrozados”, es muy importante “el oxígeno” que aportan las páginas, la tipografía recomendada por Víctor Gomollón. Nos hallamos ante un libro “que realmente es una exposición y un museo”, observa la profesora, que también valora la capacidad de Vela para “mirar a lector a los ojos”, “romper las paredes” y para “invitarle a reírse”.
LIBROS DE IDA Y VUELTA
Javier Hernández creó la editorial Libros de ida y vuelta hace diez años, con el fin de desarrollar su trabajo como ilustrador. Cada título que publica debe ser un trabajo artístico en sí mismo, que aporte algo. “Éste es de los más convencionales -puntualiza-, pero hay otros que incluso tenerlos en las manos ya es un disfrute y te implica discurrir por dónde empiezo a leerlos. Y a mí estos juegos me parecen interesantes”.
El editor hace también hincapié en que, aunque vivimos en la era de la imagen, “a veces nos faltan herramientas para leerlas, para para convivir con ellas”, por lo que estima que el papel del libro ilustrado es ayudarnos a interpretarlas.
Elucidario del Silencio es el primer volumen que edita Javi Hernández en el que trabaja con un ilustrador que no es él. Recalca que se trata de alguien con mucho talento y recuerda que es la imagen de los Titiriteros de Binéfar, pero agrega de inmediato que, con ser esto último muy importante, Vela “es mucho más”, como así lo demuestra en este título o los numerosos premios que ha recibido, recientemente el de la Fundación Quevedo. “Se dice que Aragón es una de las comunidades con más ilustradores y que ha dado grandísimos nombres. David Vela es uno de ellos y yo creo, personalmente, que está poco reconocido”.
El editor asegura que para él era muy importante incluir su nombre en el catálogo de Los libros de ida y vuelta y comenzar con Vela una serie que aborde el trabajo de otros ilustradores.
Elucidario del Silencio es un proyecto editorial de gran calidad, para aprender y para disfrutar. Un libro didáctico que bebe de las fuentes, que tendría un buen acomodo en las escuelas, que puede mostrarnos el valor del lenguaje y el valor del silencio. Que puede enseñarnos a leer entre las imágenes y a escuchar en un mundo lleno de ruidos. La obra de “dos locos valientes”, que se apartan de los caminos comerciales para dar rienda suelta a sus deseos más personales.