"En voz baja" (Scribo Editorial), el segundo poemario de Nati Mendiara Callén que ve la luz, nos descubre la experiencia que abraza la madurez, como hilos dorados tejidos con sabiduría. Sus palabras, elegidas con precisión de orfebre, descansan en los pronombres tú y yo, y reconocen el amor, la amistad y la vida en un fugaz instante.
Se mecen al ritmo de una música suave, como hojas que danzan al compás del viento, y los versos son estrellas resplandecientes en la noche, que iluminan y se recrean en el pasado, para mirar después sin miedo a los ojos del presente.
La autora, catedrática de Educación Física y Deportiva, ha presentado el libro este martes en la librería Másdelibros de Huesca, acompañada de dos grandes amigos, Concha Generelo y Miguel Escartín.
“En este poemario está, como casi siempre en mis poemas, lo vivido y lo soñado; lo sentido, que quiere permanecer y permanece en el tiempo, ese tiempo que se refleja a veces como instantes y que atraviesa y se transforma en un poema; que pertenece y permanece en la memoria y que me enseña y nos puede enseñar a vivir mejor, de otra manera, en un mundo en el que realmente hay cosas que son penosas”, ha señalado.
Previamente, Concha Generelo ha recordado su trayectoria profesional en institutos de Madrid, Zaragoza y Huesca, y su labor como jefa de estudios y como directora general de FP en el Gobierno de Aragón. "No se ha contentado nunca con cumplir bien con su trabajo sino que siempre ha ido humildemente un paso más para ayudar a todo el mundo", ha comentado.
Generelo se ha referido también a ella como "una mujer muy inquieta, que ha leído muchísimo, a la que siempre le ha gustado la poesía y que ha llegado a ser poeta".
Tras la publicación de su primer libro, Donde se olvidan los relojes, le ha tocado ahora el turno a estos "25 poemas que son un pequeño tesoro, 25 cápsulas de paz y de sosiego".
"En un mundo en que todo es rápido, fungible, inane, feo, ella hace que el tiempo se pare, sea eterno, se detenga en un recuerdo, en una amistad, en un atardecer, en cualquier cosa -ha analizado-. Y lo hace con una poesía libre de fárragos, alharacas, sin ornamentos, como es ella: austera, honesta, sincera, en voz baja".
Concha Generelo ha terminado su intervención con un agradecimiento a la autora, "por salvarnos, contracorriente, del vacío y de la nada”.
Miguel Escartín ha comenzado destacando "la tranquilidad y la paz" que destila el poemario y esos "instantes infinitos" que normalmente pasan desapercibidos y "para Nati son una eternidad, un amor, una amistad".
También ha observado que todos los poemas tienen "un significado fundamental" y ha subrayado esa "sencillez extrema" con la que están escritos, por lo complejo que eso resulta.
Y todo, "desde la perspectiva de la tranquilidad, la madurez, de haber pasado por un cúmulo de experiencias vitales que pueden producir ese sosiego que todos anhelamos dentro de la imposibilidad de una paz total".
Miguel Escartín ha apreciado también que, además de una gran lectora, Nati Mendiara es una melómana, y eso se traduce en el hecho de que los poemas se basan en un ritmo interior fundamental: "A veces van despacio, a veces se aceleran un poco, pero con este libro reposan, no llegan a ser ni rápidos ni urgentes".
"Su experiencia vital es tan grande, tan intensa, tan conseguida, que el propio cansancio no tiene ninguna importancia y le da esa seguridad de restauración", ha concluido.
Por segunda vez, Nati Mendiara ha desnudado sus emociones en los versos y los ha compartido en este poemario, “En voz baja”, que respira el aroma cálido de un hogar reconfortante. Y así ha terminado la presentación, recitando algunos de los textos con su voz grave y profunda, cálida como un abrazo y segura como un refugio.