Érase una vez el Corral de Comedias de Robres... y lo será por los siglos de los siglos

El apretador, el director y el alcalde dan la bienvenida en las jornadas de puertas abiertas con la ilusión de la inminente inauguración

Carlos Neofato
30 de Junio de 2024
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La primera jornada de puertas abiertas del Corral de Comedias de Robres, con la sensación de acontecimiento grande. Foto Carlos Neofato
La primera jornada de puertas abiertas del Corral de Comedias de Robres, con la sensación de acontecimiento grande. Foto Carlos Neofato

Domingo, 29 de junio. Corral de comedias, Robres.

Alrededor de cuarenta personas esperan a que se abran las puertas de este edificio de Robres en cuyo interior espera una sorpresa difícil de imaginar desde el exterior. A mediodía, el preciso portón de manera se abre y el público visitante accede a una especie de hall donde el alcalde de la localidad, Alvaro Domec, y la teniente de alcaldía, Verónica Lecina, ejercen de primeros anfitriones. El primero relatando brevemente sus expectativas ante este edificio transformado y expresando su convencimiento de que ocupará un lugar relevante en el mundillo teatral. La segunda encargándose del aspecto gráfico, disparando su cámara a lo largo de toda la visita.

Casi sin permitirles terminar, es el actor Roberto Nistal quien acompaña al público hasta el patio de la Corrala. Sentido del humor en la descripción de sus menesteres como "apretador" y bonhomía tras una espectacular sonrisa, que culminan, en el escenario, con una aplaudida declamación.

A continuación será Luis Casaus (quien no conoce a esta persona y su relación estrechísima, casi a nivel de fusión, con Robres y el teatro) quien dará la bienvenida a los presentes, lanzando una alocución, en su ya conocido tono pedagógico, acerca del teatro en su versión Corral de comedias, describiendo cada una de las partes del mismo y trufando su intervención con anécdotas y curiosidades.

Desde el patio de mosqueteros, lugar de clás, contraclás y reyertas habituales, hasta el olor apestoso en el lugar tras varias horas de espectáculo escénico. E hilando con ello, el miedo al vacío, que hacía necesario que en los entreactos de una obra principal, se insertasen obritas cortas de un tono más ligero.

Por ello, en este momento, un cuarteto de jóvenes intérpretes representan ante nosotros la obrita "Las aceitunas". Voluntariosa y meritoria actuación de estas personas reproduciendo, con humor no exento de "segundas intenciones", el drama del desacuerdo entre adultos que acaba pagando la persona más joven y más débil del entorno.

Finaliza la visita entre decenas de foto-recuerdo y la firme convicción de recorrer muy en breve, entre bravuconadas de mosqueteros, voces de comadres y aventuras varias representadas a escasos metros, este espacio de magia teatral.

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