El reconocido cineasta y documentalista aragonés Eugenio Monesma ha dado a conocer su más reciente obra, 100 oficios para el recuerdo: Un viaje por la España rural en busca de las labores del pasado, un proyecto que recopila y celebra los oficios tradicionales de la península ibérica. Este libro, publicado por la editorial Lunwerg, se presentó el pasado miércoles en la librería Santos Ochoa, con una gran respuesta de público y el acompañamiento de lujo del escritor Severino Pallaruelo.
Durante la presentación, Monesma compartió los detalles detrás de la creación del libro, que es el resultado de años de trabajo minucioso junto a su hijo Eloy. “La idea surge trabajando con todo el material de fotografías y diapositivas que teníamos. Llevábamos tres años seleccionando fotos para los carteles de los programas que subíamos a nuestro canal de YouTube", explicó el autor.
Este proceso fue el que sentó las bases para la concepción del libro. Fue a principios de este año, en febrero, cuando surgió la posibilidad de plasmar todo ese contenido en papel. "Oye, podríamos hacer un libro con todos estos oficios", recordó Monesma, rememorando el momento en que el proyecto tomó forma.
El libro abarca una selección de 100 oficios, escogidos de entre los más de 1.000 que Monesma ha documentado a lo largo de su carrera. La tarea de elegir cuáles incluir fue uno de los mayores desafíos, como explicó durante el evento: "Fue una labor ardua. Hemos intentado que aparezcan oficios de todas las regiones de España, incluyendo las Islas Canarias, donde he grabado alrededor de 80 documentales". La selección también obedeció a un criterio geográfico, con el objetivo de reflejar la diversidad y riqueza cultural de cada región.
Entre los oficios recogidos en el libro, destacan algunos especialmente curiosos, como el del "batihoja", un artesano especializado en fabricar pan de oro en un pequeño taller de Madrid, o el nivelador de terrenos de los Monegros, que empleaba un sistema tan rudimentario como eficaz, utilizando dos botellas de agua conectadas como vasos comunicantes.
Monesma también relató cómo los cordeleros de Calatayud fabricaban sogas que luego vendían en Muxía o la impresionante labor de Olegaria, una alfarera de las Islas Canarias, que aún recoge manualmente la arcilla para crear sus piezas de cerámica.
El cineasta destacó que lo más sorprendente ha sido el perfil del público que sigue sus documentales en YouTube: “Pensábamos que nuestro público sería nostálgico, gente mayor que recordara haber visto estos oficios en manos de sus padres o abuelos. Sin embargo, el abanico mayoritario de espectadores tiene entre 25 y 40 años”. Este inesperado interés por parte de las generaciones más jóvenes reafirma la importancia de preservar y difundir estos saberes tradicionales, que en muchos casos han caído en el olvido.
La presentación del libro fue también una oportunidad para que Monesma compartiera algunas anécdotas de su vasta experiencia documentando los oficios tradicionales en diferentes rincones del país. Recordó con especial cariño las convivencias con los pastores trashumantes, como Enrique de La Colomina, con quienes pasó hasta 10 días compartiendo jornadas de trabajo y noches bajo las estrellas. "Son experiencias muy personales, se crea una relación casi familiar", comentó.
El éxito de sus documentales en YouTube ha sido tal que el propio Monesma no descarta la posibilidad de publicar más volúmenes en el futuro: "Si este primer libro funciona bien, quizá hagamos una segunda parte con otros 100 oficios". Aunque su trabajo ya es inmenso, está claro que aún quedan muchas historias por contar y oficios por rescatar.
El libro 100 oficios para el recuerdo no es solo una obra de referencia sobre la cultura tradicional española, sino también un testimonio del compromiso de Eugenio Monesma por mantener viva la memoria de los oficios rurales.