La Feria Internacional de Teatro y Danza de Huesca ha vuelto a celebrar una edición que deja muy buen sabor de boca en programadores, compañías, público y organización.
Con tres espectáculos menos, según ha explicado Pilar Barrio, coorganizadora de la muestra junto con Lucas Fernández, se alcanzado una cifra similar a la del año pasado, más de 7.500 espectadores, lo que arroja una media algo superior de audiencia por espectáculo.
"La programación ha sido muy variada, con muchos estilos y espectáculos diferentes para todo tipo de sensibilidades y hemos recibido un feedback del público muy bueno", ha declarado.
Guernika se ha confirmado como el "plato fuerte de esta 37ª edición, una obra teatral y de danza de Martin Harriague, representada por el Colectivo Bilaka, con música en directo, una potencia física tremenda y una estética que rindió a sus pies a público y programadores.
Los encuentros profesionales, por otro lado, también han suscitado muy buenos comentarios entre los asistentes. El último ha tenido lugar este jueves en el CDAN y la finca Beulas. "Los asistentes han valorado mucho la amabilidad de la ciudad de Huesca y la posibilidad que les hemos dado de tener encuentros libres para charlar distendidamente, de manera relajada y agradable".
Pilar Barrio ha señalado que, por lo general, no suelen cerrarse las contrataciones los mismos días de la feria, sino que se abre ahora un tiempo para que los programadores regresen a sus casas y puedan valorar las propuestas y las primeras tomas de contacto.
Ha subrayado, por otro lado, el trabajo realizado con los centros de enseñanza, que ha calificado de muy satisfactorio, especialmente con la escuela de arte. Barrio ha considerado que hay que continuar incidiendo en esta línea y fomentando estos espacios de encuentro.
Se ha referido también a la primera jornada de esta 37ª edición, que tuvo lugar en Bolea, con la feria Sin Condiciones. "Estamos supercontentos. Allí hablamos de la dificultad que hay para adecuar ámbitos complicados para que se puedan realizar espectáculos, pero Bolea fue una fiesta, con más de 300 espectadores por función".
El equipo que organiza la feria es pequeño y atiende muchos frentes, con su principal propósito de que la feria sea "lo más útil posible para compañías y programadores" y que los ciudadanos "se sumen cada vez más, que se impliquen, que se sientan orgullosos y sientan la feria como suya".