El Museo Diocesano de Huesca ha comenzado la celebración del Día Mundial de las Catedrales con la presentación de la obra que recientemente ha entregado Fernando Alvira al Museo, que refleja la portada de la Catedral con su estilo actual y ha servido también para la inauguración de un nuevo espacio expositivo dedicado a la pintura de los siglos XIX y XX. Ha pronunciado una conferencia sobre los pintores del XIX Valentín Carderera, León Abadías, Félix Lafuente, también inspirados en la seo oscense para sus creaciones.
El programa se ha completado con un recorrido guiado por la Catedral para disfrutar de las pinturas, personajes e historia a través del arte, centrado también en la arquitectura. A las 9 horas, se ha cerrado la jornada con una experiencia virtual y sensitiva titulada "Luz de Luz", para conocer su simbolismo, iconografía y arte a través de un juego audiovisual y sensorial que permite adentrarse en el sentido más profundo del templo, su singularidad y belleza trascendente.
A Fernando Alvira le han antecedido, como ha explicado Susana Sanvicente, otros grandes pintores que han sido donantes de sus obras para su exposición en el Museo Diocesano. Ha comenzado con José Beulas, que entregó en 2010 un cuadro de sus principios con sus influencias de la época italiana. Posteriormente, el acuarelista y dibujante Alejandro Brioso donó en 2015 un lienzo. En 2017, Ángel Santos Garcés dio una plumilla, que es una técnica que tanto define su estilo. Manuel Lorés también quiso entregar un cuadro a la Catedral en la que es tan común verle pintar cualquiera de sus rincones. Finalmente, los descendientes de Valentín Torréns ofrecieron un pequeño cuadro de un importante valor.
Fernando Alvira ha afirmado que el hecho de que el Museo Diocesano tenga pintura contemporánea "me parece realmente interesante. No sé si hay muchos museos que lo tengan. La directora hubo un momento en que me sugirió que podía tener un cuadro mío y le dije que sí. En medio de lo que estoy pintaando estos últimos diez años, encontré un rato largo para pintar una de las catedrales que he pintado durante estos sesenta años de pintura".
Sus trazos son propios del Fernando Alvira de hoy. "Cuando te planteas una tela en blanco, la resuelves con los modos que tienes ahora de trabajar. No es tan figurativa o tan realista como habían sido las anteriores desde el principio, porque en la primera exposición en la Diputación en el 68 ya hay una catedral. Y a lo largo de los primeros años es un tema que me interesa, no solo la fachada de la Catedral de Huesca, sino desde la plaza de San Vicente, desde el puente de tablas, que además lo has visto en pintores anteriores, sobre todo en Beulas por descontado, pero previamente en Valentín Carderera. Las acuarelas de Valentín Carderera son abundantes porque en su recorrido por España no se olvida de su ciudad. Y en su ciudad, las cosas que quiere que queden claras después de la desamortización son fundamentalmente la Catedral y San Lorenzo, que es lo que pintamos todos en los 60, 70 y 80".
Considera Fernando Alvira que la Catedral es "uno de los lugares de Huesca más interesantes como modelo para cualquier dibujante o pintor. No sólo el conjunto sino cualquiera de los detalles. En los cuadros que ya están colgados en esta parte nueva del Museo Diocesano, hay detalles de la portada, de las esculturas, o vista desde diferentes sitios tiene su tema". Recuerda a Félix Lafuente, uno de sus grandes artistas estudiados, que pinta la Catedral desde muchas perspectivas, o Ramón Acín y "hasta Martín Coronas se saca de la manga en algún momento vistas de la Catedral de Huesca, que las pone en sitios y momentos en que todavía no existían. Hay un boceto muy divertido del cuadro que está frente al de la Campana en el salón del Justicia del Ayuntamiento, que es la batalla de Alcoraz, y la ciudad que se ve tiene las cúpulas y las torres de la Catedral de Huesca, y en la vista de la derecha está la Ermita de San Jorge. Cuando lo pasó al cuadro, desaparece la ermita y aparecen en el otro lado unas cúpulas muy bizantinas, muy arabescas".
Miembro de la Asociación de Amigos del Museo Diocesano, recomienda una visita porque tiene "una cantidad muy importante de piezas muy interesantes. Es un Museo que merece una visita no sólo de la gente que viene de fuera, sino de cualquier persona. Hay piezas realmente tremendas tanto del románico como del gótico. Hay mucho que ver aparte de los propios espacios, que a veces también son una obra de arte".