Con los conciertos de Los Chikos del Maíz y Rapsusklei ha dado comienzo un intenso y largo fin de semana en Pirineos Sur. Y lo hizo con una noche dedicada al hip hop más combativo, con dos de los nombres más importantes del género de los últimos 20 años, con sendas carreras respetadas y referenciadas por multitud de artistas actuales.
Los Chikos del Maíz llevan casi 20 años de carrera y su último trabajo, “Yes future”, ha supuesto un cambio de sonido y también un nuevo punto de partida para un dúo que nunca ha pretendido acomodarse. Nega y Toni han optado por fusionar nuevos estilos sin salirse de sus planteamientos, con “Criptobros” o “Nómadas” como buenos ejemplos (que sonaron en su show, completamente asimiladas ya por su público). También sus letras son menos explícitas, pero no han perdido espíritu y así lo transmiten con esa forma de rapear, cargada de rabia e ímpetu inconformista; y los pequeños speech en los que no perdieron ocasión en lanzar sus críticas a ciertos estamentos.
Impulsados por las potentes bases de regusto old school de DJ Plan B, Toni y Nega arrancaron su directo con toda la intención de dejar recuerdo en el festival; uno en el que ellos mismos se alegraban de poder actuar por primera vez. Era su momento y no lo iban a desaprovechar. No necesitaron más que “No es para viejos”, “La estanquera de Saigon”, “Yugoslavia” y un mix de algunos de sus otros temas reconocidos, para revolucionar el anfiteatro. Con el show ya completamente levantado, dejaron solo a DJ Plan B -que con una clara intención de poner en valor el trabajo de los Dj- entregó una breve sesión en la que mezcló con rapidez y pericia clásicos de Rage Against The Machine, Cypress Hill, House Of Pain, Prodigy o Eminem. Después aún tendría tiempo para reivindicar el “Fuck the police” de N.W.A.
Y, precisamente, con la potencia de ese tipo de bases discurrió la segunda parte del concierto, con momentos álgidos como los protagonizados por “No pasarán” o “Comanchería”. Aunque no perdieron esa mala baba ni los momentos reivindicativos, cerraron el concierto animando al público a crear un corro para un abrazo colectivo. Consideran que su rabia es necesaria, pero como dirían posteriormente, “la paz y el entendimiento es más necesario”.
Rapsusklei publicó el año pasado “Cordura transitoria”. Ya hace tiempo que se desprendió de sus características largas rastas, pero no ha perdido por el camino ni un ápice del flow que siempre le ha caracterizado (de los más destacados de su generación). Una breve introducción en los platos a cargo de DJ Tillo sirvió como calentamiento del show, pero sin previo avisó se lanzó al escenario Rapsusklei, como un vendaval. Izquierda, derecha, arriba, abajo. Acompañado de Pulmón Beatbox dispararon rimas como una metralleta. “Enero”, “Drama RMX”, “Hiphopkresia”, “Dando y perdiendo” fueron escupidas a toda pastilla, al igual que los casi 40 temas que enlazaron con breves diálogos con el público.
Con la confianza adquirida durante casi 20 años, Rapsusklei no perdió ocasión para explicar el contexto de muchas de sus canciones, incluidos problemas de drogadicción y depresión. Recordando sus tiempos del niño de la selva rescató sus inconfundibles rastas, que aún guarda a buen recaudo.