Huesca se sumerge en el ambiente punk para celebrar la película Manolo Kabezabolo

La película de J. Alberto Andrés Lacasta ha clausurado en el Olimpia la Muestra de Realizadores Oscenses

Mercedes Manterola y Myriam Martínez
01 de Diciembre de 2023
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Estreno en Huesca de la película de Manolo Kabezabolo. Foto: Mercedes Manterola
Estreno en Huesca de la película de Manolo Kabezabolo. Foto: Mercedes Manterola

Manuel Méndez, conocido como Manolo Kabezabolo, ha asistido este viernes en Huesca al estreno en Aragón del documental que lleva su nombre, dirigido y producido por el oscense J. Alberto Andrés Lacasta, que desmonta leyendas urbanas y aborda aspectos personales íntimos de sus más de 40 años en la escena punk.

Manolo, que ha recibido el saludo de centenares de oscenses que sienten gran admiración y afecto por él y que no han querido perderse la proyección, ha destacado en una entrevista previa la satisfacción que le produce mostrar al público una faceta más completa de su persona, más allá de la imagen punk tradicional.

Manolo Kabezabolo ha confesado que disfrutó mucho con el estreno de este largometraje documental en Barcelona y su posterior réplica en Bilbao, donde las salas se llenaron en ambas sesiones. Aunque había visionado con antelación algunas pruebas, la experiencia de disfrutarla en pantalla grande fue muy especial. La recepción positiva del público podría ser un anticipo del éxito que se espera que coseche en las salas comerciales, donde podrá verse en el mes de enero.

El artista ha indicado que es una experiencia peculiar compartir con el público aspectos tan personales de su vida. Sin embargo, destaca que la película le ha permitido liberarse de ciertos pesos emocionales, lo que le ha procurado una sensación de alivio considerable. Este testimonio revela la carga emocional que conlleva abrirse sobre su vida en el documental, destacando la catarsis y liberación que ha experimentado al compartir estas experiencias.

Manolo Kabezabolo, en el Coso Alto de Huesca. Foto Mercedes Manterola
Manolo Kabezabolo, en el Coso Alto de Huesca. Foto Mercedes Manterola

 

Una de las historias apócrifas sobre su figura le vincula a un psiquiátrico del que sólo sale para tocar. También ha señalado, con cierta molestia, que un sector del público tiende a limitar su percepción de su obra a la imagen de la fiesta, el desfase y las referencias a la droga. "Yo recuerdo cuando estuve en el año 2008 en México y ahí me preguntaban si yo colgaba perros en los parques, la verdad que hay una una leyenda urbana bastante dura", ha señalado.

Por eso, afirma que es importante analizar la totalidad de su obra, explorar los temas que aborda en sus discos y reconocer que recogen más temas que la audiencia a veces pasa por alto y son mucho más profundos.

Manolo Kabezabolo ha revelado, por otro lado, que inicialmente le atraía más el heavy metal, pero se decantó por el punk "porque era más simple, no más sencillo", y lo utilizaba como una herramienta de crítica social y posicionamiento anárquico, subrayando su papel en la música y la sociedad. En esa línea, expresa su deseo de concienciar sobre el auge de la extrema derecha y la necesidad de no confiar solo en el voto cada cuatro años para generar cambios, destacando la importancia de organizarse y pensar en otras alternativas.

 

Manolo Kabezabolo reflexiona, además, sobre la paradoja de ser considerado un ídolo en el contexto del punk, un género que tradicionalmente ha desafiado esta dinámica. A pesar de esto, Manolo experimenta un profundo cariño por su público, que a su vez se lo de vuelve a él, incluso con más fuerza que otra gente más próxima. El músico se pregunta si a todos los artistas les pasa lo mismo.

Su vínculo con Huesca es bastante singular. Vivió dos años en la capital altoaragonesa, durante la pandemia, y su primera banda se creó en Monzón. Cuando finalice la proyección en el Olimpia, espera que el público se sorprende con nuevas perspectivas sobre Manolo Kabezabolo.

Antes del inicio de la proyección, el director de la película, J. Alberto Andrés Lacasta, ha dado las gracias a la Muestra de Realizadores Oscense por terminar la presente edición con esta película. "A la gente del Jai Alai, un lugar mítico donde nos criamos muchos oscenses dando brincos, al Juan Sebastián Bar que nos abrió las puertas de par en par en el rodaje y aquello fue fantástico. A la gente de Monzón que habéis venido, porque Monzón fue un lugar señero en la carrera de Manolo, a mis primos Toño y Macu, del Encanto del Barrio, que nos dieron melocotón y tomates frescos durante todo el rodaje, y al Candanchú, que nos cuida más de la cuenta".

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