Humanismo y Poder en la Universidad de Huesca: "Podemos sentirnos muy orgullosos de un pasado tan ilustrado y progresista"

Pablo Cuevas y José María Maestre ponen en valor la gran transformación que la Sertoriana propició en la ciudad durante cinco siglos en la que todavía sigue siendo la tercera más longeva de España

18 de Noviembre de 2024
Libro Humanismo y poder, la Universidad de Huesca, una reivindicación histórica y presente

Entre el rigor histórico y la reivindicación de tiempos pasados que en el futuro debieran ser mejores, se ha presentado en el Colegio Imperial de Santiago el libro colectivo "Humanismo y poder. Circunstancias de la Universidad de Huesca" con la presencia del anfitrión, Pablo Cuevas Subías, a la sazón presidente de Studiosi pro Universitate Sertoriana, y el director del ente editor, José María Maestre Maestre, en representación del Instituto de Estudios Humanísticos de Alcañiz. Una puesta en escena con la palabra también de la concejal de Cultura, Sonia Latre, y la directora del Instituto de Estudios Altoaragoneses, Susana Villacampa.

Pablo Cuevas, nobleza obliga, ha recordado la raíz identificada en el IES Ramón y Cajal en el que durante una década organizaron decenas de actividades dentro del Grupo de Trabajo denominado "La Herencia de la Universidad de Huesca", gracias a personas como Rosa Boned, Lorenzo Mur, Amparo Roig, José Ramón Serra y María Costa, directores del centro. Ha remembrado la consecución de la Declaración de Bien de Interés Cultural del Tota Pulchra, la reconstrucción del Claustro de la Universidad y el impulso del primer volumen colectivo en el Instituto de Estudios Humanísticos: La Universidad de Huesca (1354-1845). Quinientos años de historia. Del mismo centro emanó la asociación Studiosi pro Universitate Sertoriana, con el apoyo de la entonces alcaldesa Ana Alós y la edil Antonia Alcalá.

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Aquel primer libro brotó en la pandemia del coronavirus y fue presentado en el salón del Tanto Monta el 12 de marzo, conmemorando el privilegio de Pedro IV, 12 de marzo de 1354, cuando el monarca quiso reactivar una ciudad "herida de muerte por la peste fundando la Universidad de Aragón en las Cortes de Alcañiz". En 2021, gracias al apoyo de la ciudad bajoaragonesa y del Instituto de Estudios Humanísticos y su director José María Maestre, se retomaba el prestigio de la Universidad de Huesca "cuya brillantez se hallaba sepultada".

La gran repercusión del primer tomo en universidades españolas y extranjeras ha sido un acicate, pues se adquiría consciencia con el subtítulo de Quinientos años de historia de que, 180 años desde su desaparición, seguía siendo la más longeva de España después de Salamanca y Valladolid.

De aquel árbol del primer libro ha surgido este nuevo prologado por Manuel Martínez Neira de la Universidad Carlos III que estima que la de Huesca es un "ejemplo paradigmático para entender la universidad del Antiguo Régimen".

Pablo Cuevas ha iniciado un recorrido por la obra, comenzando por los capítulos sobre el Renacimiento de María Celia Fontana, de la Universidad Autónoma del estado de Morelos en México, sobre el obispo Juan de Aragón, introductor del Humanismo; y de Sergio Paúl, que revela la entrada de los clásicos en la Librería de la Universidad.

Dos capítulos penetran en el "espinoso asunto" de la fundación de la Universidad de Zaragoza: José Antonio Beltrán que enumera las gestiones del humanista Simón Abril para el propósito finalmente realizado en 1583, y Alberto Aguilera -del Instituto Fernando el Católico- que incide en la instrumentalización de la historia por medio de la heráldica y la emblemática a cuenta del conflicto.

Miembros de Studiosi, autoridades y José María Maestre junto al escudo imperial

La Facultad de Derecho Civil es objeto de análisis a través de tres figuras reseñables. Francisco Bartol, "con maestría jurídico-latina, junto a Belén Minguijón de la Uned, analiza la enseñanza del Derecho Romano en José Santolaria en el siglo XVII; Guillermo Vicente -Universidad de Zaragoza- expresa la influencia jurídica del oscense Diego Vidania en Italia en la primera mitad del XVIII, y José María Lahoz, de la Universidad de La Laguna, narra la formación filosófica de Victorián de Villava, con gran influencia en Hispanoamérica.

Los colegios en torno a la Sertoriana son objeto de divulgación por Miguel Paniagua en torno a la aportación del Colegio de San Agustín a la Sertoriana (hoy es Santa María In Foris), que dio hasta 23 catedráticos de Filosofía y Teología entre los que se encuentran discípulos célebres de Fray Luis de León. También de José Antonio Ferrer Benimelli que se concentra en las escuelas de Gramática y Latinidad del Colegio de Jesuitas desde donde desarrolló su obra Baltasar Gracián. Y Antonio Naval ( de la Universidad San Jorge), alude a la continuidad de la pedagogía sertoriana en el colegio Seminario tras quedar suprimida la Universidad.

Precisamente, dos trabajos se centran en el método con el uso del latín como herramienta poética, "el latín humanístico" enseñado tanto en la Universidad como en jesuitas. Rosa María Marina (de la Universidad de Zaragoza) estudia los que se publicaron en un certamen de 1650 para celebrar el matrimonio de Felipe IV y Mariana de Austria; y Gonzalo Fontana alude a la lírica sobre la misma monarca con motivo de su óbito en 1696.

La enumeración de autores y temáticas ha concluido con tres capítulos. El de José Antonio Gracia con su "panorama magistral de las rentas de la Universidad de Huesca" desde el origen hasta su extinción. El de Juan Francisco Baltar que corrobora la herencia de la Universidad de Huesca en el Ramón y Cajal. Y, finalmente, el del propio Pablo Cuevas Subías, "Circunstancias de la supresión de la Universidad de Huesca en 1845" que ser apoya en la tesis de Laura Alins complementada por nueva documentación para interpretar la "supresión final que se debió a razones estrictamente políticas".

"VAMOS A SEGUIR TRABAJANDO"

Se ha comprometido Cuevas Subías. "Vamos a seguir trabajando. Ya van 15 años de insistir e insistir, pues tienen que venir otros 15, nosotros hasta que podamos o los que nos sigan. Tenemos que rescatar las cualidades pedagógicas de la Universidad de Huesca, resaltar sus figuras prominentes y explicar sus logros. La ciudad y el Alto Aragón podemos sentirnos muy orgullosos de un pasado tan ilustrado y progresista. Estas raíces universitarias autóctonas pueden ser luz y esperanza para nuestros jóvenes, unos fundamentos solidísimos sobre los que reedificar un edificio semejante al que Huesca levantó, hasta que fue sajado, destruido, demolido, en 1845". 

Ha concluido recomendando la conferencia de este jueves del doctor Alberto Aguilera sobre "Sertorio y Huesca: la constitución de una pequeña Roma en suelo oscense". Y la semana siguiente, el jueves también, Luna Clavero tratará sobre las poetisas del Siglo de Oro en Huesca. Y el 3 de diciembre, el profesor Guillermo Vicente lo hará sobre Diego Vicencio de Vidania.

Susana Villacampa, directora del Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA), ha reconocido a la Universidad de Huesca como "extinta y añorada", que quieren entroncar con la historia del IEA en su 75 aniversario, que se considera heredera de "esas otras instituciones que vivieron en Huesca al amparo de la cultura y que consiguieron difundir, investigar, crear, generar estudios y proyectos ilusionantes vinculados a las distintas áreas".

Ha estimado Villacampa Sanvicente que es un volumen muy riguroso que describe de manera esclarecedora estos estudios fundamentales en el desarrollo de la ciudad junto con el concejo y el Cabildo Catedral. "Generaron cultura y una sociedad diferente dentro de la ciudad y el territorio. Una institución que definió una etapa muy brillante de la historia de la ciudad y la colocó a la vanguardia cultural de otras ciudades del Occidente europeo. Que fue apoyada por gobernantes, por nobles, por clero, por burguesía, por intelectuales, pero también por ciudadanos que siempre vieron en la Universidad una oportunidad de desarrollo".

Ha agregado que fue una parte "esencial y definitoria del carácter y la riqueza cultural y patrimonial de la que ahora somos herederos" que forma parte intrínseca e indisoluble de la identidad de esta ciudad y de este territorio del Alto Aragón. "Lo que somos desde lo que hemos sido". Ha parafraseado el prólogo de Martínez Neira: "Conocer el pasado para construir el futuro es algo fundamental y no sólo para constatarlo como una realidad pasada y como una nostalgia romántica de lo que hubo y se perdió, sino para reflexionar como se hace con los estudios que se aúnan para reflexionar en el porqué y en el cómo para desarrollar un aprendizaje profundo".

Público asistente a la presentación

Ha agradecido a los 17 doctores sus contribuciones en Humanismo y poder "para que no se olvide, se conozca y difunda entre los oscenses, muchas veces grandes desconocedores de su propia historia y de su memoria. Es fundamental este trabajo".

"La Universidad de Huesca es memoria, pero es memoria viva, que se va recuperando gracias a los estudios de este volumen pero también a las iniciativas ciudadanas de grupos como Studiosi pro Universitate Sertoriana, este grupo de oscenses que sigue poniendo hoy en día todo su empeño en devolver el valor de la Universidad de Huesca, que sirvió para crear una ciudad más justa, fuerte, progresista y sabia, porque la cultura debe servir para crecer y hacer brillar a las sociedades", ha concluido la directora del IEA.

Sonia Latre, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Huesca, ha afirmado que el Colegio Imperial de Santiago se ha convertido en referente de Studiosi. "Es una cuestión de justicia histórica. Para una entidad consagrada a la recuperación de la historia de la Universidad de Huesca debe contar por parte del Ayuntamiento con el mayor apoyo posible".

Ha valorado el carácter colectivo que habla "bien a las claras del interés que despierta la Universidad Sertoriana" y a la capacidad de Studiosi para concitar a grandes expertos para conformar esta obra. "Segundo, el hecho de que la edición haya contado con el apoyo de varias universidades y el Instituto de Estudios Humanísticos de Alcañiz, la ciudad donde Pedro IV decretó la fundación de la Universidad Sertoriana". Y, en tercer lugar, ha valorado la programación estable de actos, actividades e iniciativas que consolidan a la entidad como la asociación de referencia para investigar y difundir un ámbito glorioso de la ciudad de Huesca". "El orgullo de ser oscense debe nutrirse, en una buena parte, del conocimiento de nuestro pasado".

Echará en falta el lector la intervención de José María Maestre Maestre, el director del Instituto de Estudios Humanísticos y gran referente de la universidad española y de las materias humanísticas de las últimas décadas. Pero ese es asunto de otro artículo que mañana estará a su disposición. Merece la pena el aparte.