No habían dado las ocho de la mañana y las calles de Siétamo ya eran un hervidero de actividad. Trincheras de sacos terreros, ametralladoras emplazadas, soldados de diferentes cuerpos, civiles armados o no, despachos de campaña, estampas que representan diferentes espacios escénicos, y público, mucho público.
Una vez más, las previsiones se han visto desbordadas y, cuando finalice el día, cerca de tres centenares de personas habrán pasado por la localidad, para presenciar las diferentes representaciones; de hecho, se hacen cuatro funciones que, con un contenido pedagógico y una intención nada doctrinaria, trasladan al observador a las primeras algaradas callejeras, con enfrentamientos entre facciones e intervención de los guardias de asalto.
De allí pasaremos a presenciar una reunión entre cabecillas del bando sublevado, a la instrucción y preparación militar de la falange y a las primeras escaramuzas tras el arresto del alcalde de Huesca. Y asistiremos, con auténtico horror, al llenado de un camión con personal cuyo final adivinaremos al término de cualquier curva.
Si bien la emotividad está presente en todo el recorrido, se dispara cuando una mujer de la localidad llega corriendo al camión de la muerte para presentar el aval que salvará a su padre del pelotón de fusilamiento; al menos uno de ellos podrá contarlo.
Y también se hará patente la emotividad cuando llega al pueblo una larga fila de refugiados (hombres, alguno mutilado, niñas y mujeres), trasladando unos pocos enseres ayudados por un par de animales de tiro.
La mañana acaba entre aplausos de los espectadores y con la fusión de éstos con los recreadores en una tertulia que se alarga tiempo.
A las 15:00, se escenifica el combate. Y entre representación y representación, se puede comer algo, curiosear en el mercadillo e interesarse por los mil aspectos por descubrir tras el trabajo de estas casi doscientas personas que, llegadas desde Cataluña, País vasco, Navarra y todo el territorio aragonés, escenifican uno de los dramas sufridos en este país en el siglo pasado.