El espectáculo Con “J” de Jairo transformó este sábado el Olimpia en una máquina del tiempo que embarcó a un teatro abarrotado en un viaje emocional inolvidable. El escenario no fue sólo un gran escaparate artístico de los 40 años de trayectoria del jotero monegrino, sino que dio pie a una experiencia sentimental que trascendió el arte.
Arrancó la velada con la proyección de una entrevista en la que el protagonista de la noche se desnudó para los que no le conocían, y eligió con mucha intención cómo y con quién quería iniciar los números artísticos, con un baile en solitario y dos de sus amigos íntimos "de toda la vida", Óscar Badía y Lorena Laglera.
La pareja cantó La jota del ay, con una letra que Périz había compuesto para la ocasión, y sus movimientos de baile embelesaron a la sala. "Quería que fuera un momento muy íntimo", ha señalado.
El espectáculo fue dando pinceladas de su camino artístico y de todo aquello que más le representan en el momento actual. En distintos momentos, fue compartiendo las tablas con Roberto Ciria, Sofía Bueno, Mercedes Budiós, Rafa Casanova, Salvador Cored, Olga Orús, Sergio Rodrigo, Lalo Pardo, Rodrigo Elpuente, Ana Navarro, Nacho Villagrasa, Laura Rovira, Viginia Costea y su querido Grupo Folclrórico San Lorenzo.
La parte técnica y audiovisual corrió a cargo de Rafael Martos, en una gran labor, y la voz que acompañaba los vídeos era de Sara Ezquerra.
A lo largo del espectáculo, se sucedieron piezas instrumentales donde el monegrino bailó, como Morena, sí y otras que le apetecían especialmente, como La Ronda klezmer. Todas las letras del espectáculo fueron de su autoría, incluyendo dos piezas instrumentales. En un emotivo momento, reveló que una de las composiciones era de su padre, convirtiendo ese instante en un hermoso homenaje a su progenitor.
La trayectoria del espectáculo incluyó la presentación de una versión tecno de El cántaro, un género musical que le gusta mucho, y a esta pieza y todavía instalados en la música electrónica, se bailó El paloteao de Panticosa. Para este momento tan especial, contó con la participación del Grupo San Lorenzo.
La gala recorrió el último tramo con una jota grupal escrita por Jairo Pérez para el libro Sobrehumanos y La jota de la Dolores, una pieza que ha resonado en teatros de todo el mundo, desde Rusia hasta Estados Unidos.
Jairo Périz ha confesado que este domingo, "la resaca emocional" era muy fuerte. Tras agradecer, por enésima vez, la implicación de todos los artistas que actuaron el sábado y destacar su talento, ha asegurado que lo más importante para él de esta iniciativa, además de mostrar cuál ha sido su recorrido artístico, ha sido poder ejercer de nexo de unión entre todos los amigos que le acompañaron en el escenario, muchos de los cuales no habían trabajado nunca juntos hasta ese momento.
También se queda con detalles que le han llegado al corazón, como el hecho de que la Asociación de Amas de Casa de Lalueza, su pueblo, fletaran un autobús, para facilitar así que todo el mundo pudiera asistir al espectáculo. "No hay palabras suficientes para expresar lo agradecido que estoy".
Entre el público había muchos amantes de la jota y otros menos puristas pero que, sin embargo, encuentran un mayor atractivo en la perspectiva con la que Périz afronta el folclore, una mirada que apuesta por la renovación, sin renunciar a las raíces, que le merecen el máximo respeto.
Al final, objetivo más que cumplido. "Aquellos que estaban en el escenario era quienes yo quería tener a mi lado. Y en el público, también mi gente mas próxima, mis amigos. Más satisfecho y más contento no podía estar".