Siempre es una felicidad asistir a la reapretara de la sala de exposiciones de la Casa del Pintor y ese momento llega, cada año, con motivo de la muestra que pone el colofón al curso 2023-2024 -y que se puede contemplar hasta este viernes, 28 de junio- de la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Nogués & hijos, que se puso en marcha en 1983.
“Un año más, lo hacemos con muchísima ilusión, porque creo que éste es nuestro momento favorito del año y yo creo que también de los alumnos. A ellos les hace también mucha ilusión presentar el trabajo y el esfuerzo de todo el curso a sus amigos y a su familia”, explica Nati Nogués.
Su padre, Cristóbal Nogués, fundó la escuela en 1983 y coincidiendo con sus cuatro décadas, la exposición de este año resulta especialmente significativa, porque marca la despedida de Javier Romera, el querido profesor que se jubila después de una larga trayectoria de 30 años de dedicación a este centro.
“Para nosotros, Javier es como de la familia, de la casa -asegura Nati Nogués con evidente emoción-. Ha sido un profesor que entendió muy bien la idea con la que mi padre empezó la escuela, las clases de dibujo y pintura, y lo ha sabido transmitir de manera estupenda a los alumnos, que lo adoran también, como nosotros".
“Tiene este talante, esta paciencia, este ánimo que les transmite, aparte de todos los conocimientos, pues hace que el ambiente de las clases sea un encanto. Nos da mucha pena, pero qué le vamos a hacer. Tiene que ser así y le deseamos todo lo mejor, claro. Y aquí tiene su casa, o sea, que aquí no se despide del todo".
Javier Romera, que comparte los mismos sentimientos, se refiere a su jubilación con una mezcla de nostalgia y satisfacción. "Me llevo un montón de experiencia, no solo profesional, sino también personal. Me ha supuesto esfuerzos, cómo no, pero también muchas gratitudes".
A lo largo de su carrera, ha madurado y aprendido tanto de sus alumnos como ellos de él. Su legado en la escuela y en las vidas de sus estudiantes es imborrable.
Mira a su alrededor y se siente orgulloso de la exposición. "Como todos los años, sirve para reflejar el esfuerzo y el trabajo que los alumnos han hecho de aprendizaje de las diferentes técnicas, los trucos y recursos a los que pueden acceder y que les capacite para pintar de una manera autónoma".
Tiene claro que lo fundamental de su metodología es "crear un buen ambiente, un ambiente de cercanía, de confianza, incluso", y si hace falta, recurre al humor para romper un poquito el hielo abrir y una vía que les hace más receptivos a lo que les quiera enseñar.
"Antes, había mucha más gente joven y mucho más adolescente apuntado, porque no había tantas opciones como ahora o si las había, no eran tan accesibles", comenta Romera.
El cambio en el perfil de los alumnos ha sido notable. Mientras que la juventud se inclina más hacia las nuevas tecnologías, la gente mayor ha encontrado en las clases de arte un espacio acogedor y gratificante. "Curiosamente, son los más fieles", destaca, y añade que se siente muy cómodo con ellos, "suelen ser muy agradables".
En cuanto a sus propios gustos personales, afirma que le gustan todo tipo de técnicas y no sigue una línea de trabajo concreta. Esta versatilidad le ha permitido mantener una actitud abierta y experimentar cualquier vía de expresión.
LA EXPOSICIÓN
Las obras expuestas en la Casa del Pintor son tan diversas como sus creadores, que abarcan una amplia gama de edades y niveles de experiencia. Desde los más pequeños hasta los veteranos que llevan años perfeccionando sus técnicas, la muestra ofrece una amalgama de estilos y medios que reflejan el recorrido pictórico de cada participante. Nati subraya la "riqueza y variedad" del trabajo expuesto.
Las clases se imparten durante todo el año, exceptuando el mes de agosto. Esta flexibilidad permite que cada uno asista según su disponibilidad, resultando en una mayor afluencia en los meses de invierno.
Las sesiones infantiles siguen el calendario escolar, comienzan en octubre y finalizan en junio, mientras que las de adultos fluctúan a lo largo de los once meses. “Es más, hay gente que durante el año no puede venir por motivos de trabajo y que aprovecha el mes de julio de vacaciones para venir un poco más", añade Nati.
Este año, se exhiben aproximadamente 45 obras de los más jóvenes y unas 30-35 de los adultos. Algunos participantes, especialmente aquellos que se acaban de iniciar, prefieren no exponer sus trabajos aún, mientras que otros más veteranos han solicitado exhibir múltiples piezas.
La exposición de este año no solo celebra el talento y el esfuerzo de los alumnos, sino también la trayectoria de un maestro que ha dejado una huella profunda en la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Nogués & Hijos. Javier Romera se despide, pero su espíritu y enseñanzas perdurarán en las paredes de la Casa del Pintor y en los corazones de todos aquellos que tuvieron el privilegio de aprender de él.