Juanjo Artero representará en Huesca el 6 de octubre El milagro de la tierra: “No vayáis a verlo”

El actor ha abordado su trayectoria en el Festival de Cine, donde también ejerce de jurado

13 de Junio de 2023
Juanjo Artero en el Festival de Cine de Huesca. Foto Myriam Martínez

Juanjo Artero representará el 6 de octubre, en el Teatro Olimpia, El milagro de la tierra. “No vayáis a verlo”. Esta ha sido la “recomendación” del actor que, con cercanía, normalidad y mucha simpatía, ha protagonizado este martes la sección “Vermú con…” del Festival Internacional de Cine de Huesca, en la que, con este guiño, se ha referido al spot promocional que grabó con Tu Huesca y, además, ha abordado su trayectoria artística con un gran sentido del humor.

Artero ha señalado que es "un anuncio maravilloso" que ha tenido un gran éxito como reclamo turístico y además ha obtenido dos premios de publicidad muy importantes y ha sido motivo de inspiración para otras campañas nacionales e internacionales.

Hasta Huesca le ha traído también su papel como jurado del Concurso Iberoamericano de Cortometrajes y ha recordado que también participó, hace unos años, en la Feria de Teatro y Danza que se celebra en la ciudad oscense.

Asimismo, conoce varias zonas del Pirineo y se ha referido a Ultramarinos La Confianza, como “un trozo de historia y un museo viviente”.

La televisión es lo que más popularidad le ha dado, "después del anuncio de Huesca", ha bromeado. Le llegó ya de niño, con la aclamadísima serie Verano Azul, de Antonio Mercero, de la que ha hablado con mucho cariño.

En el colegio siempre estaba "montando obras de teatro" y el profesor de Historia le decía que tenía que ser actor. Antonio Mercero le vio un verano en la piscina y le llevó al casting. Recuerda sorprenderse cuando vio su imagen, por primera vez, en un monitor. "Cuando vi a Miguel Ángel Valero -Piraña- hacer también la prueba pensé, le van a coger porque es un sabiondo maravilloso". Al final, de todos los convocados, les pidieron que se quedaran a los dos.

Reconoce que, desde su juventud, pensó en aquel momento que se iba a hacer millonario. "No voy a decir cuánto me pagaron, pero he tenido que trabajar después", se ha reído.

La serie, según ha declarado, ni le dio dinero ni trabajo. Eso sí, ha indicado con tono jocoso, "es duro cargar con la fama de niño pijo de Madrid".

Comenzó a los 14 años, acabó la serie con 15 y volvió a estudiar. Considera que no se le subió la fama a la cabeza y ha recurrido de nuevo a su sentido del humor. "Todas las chicas me querían conocer y me decía: a ver si va a ser por la serie..." Sospecha que aquellos que se transforman rápidamente debido a la fama, quizá demuestran una falta de equilibrio.

Grabó un disco con Manolo de la Calva, a dúo con su compañero Pancho en la serie. "Soy de las personas que más han contribuido a la música, sobre todo cuando la dejé", vuelve a reír.

EL COMISARIO

Juanjo Artero, que estudió arte dramático con Cristina Rota, se dio cuenta de lo que le quedaba por aprender y se enamoró de la profesión de actor. Era famoso, pero no distinto a otro chico de 16 años.

Después montó una compañía de teatro y fue cuando actuó en la Feria de teatro de Huesca. "Quisimos llevar toda la escenografía que teníamos y no cabía, se enganchaba en la tela y fue un desastre. Fue una época de mucho crecimiento. Conducía, cargaba y descargaba, hacía las escenografías. Lo valoras todo más".

Durante 10 años, rodó un capítulo semanal de El comisario y durante cinco, 1.300 capítulos de la serie diaria Servir y proteger. "Grabar cada día te obligaba a estudiar y estudiar", algo que no le agrada demasiado, aunque asegura que lo hace todo siempre "con ilusión y ganas".

Una década de convivencia convirtió al equipo de El comisario en una gran familia y todos se guardan mucho cariño. Incluso todavía conservan un wasap grupal. "Cuando te reencuentras con alguien en otro proyecto es como encontrar a tu prima en el mercado. Pero es bueno cambiar y conocer a gente nueva y relacionarte con gente joven".

Ha contado algunas anécdotas, aunque podrían ser inagotables. Entre otras, ha recordado que "un policía jubilado sacó un día una pistola, cuando se encontraban rodando un atraco".

Parecía emocionarse un poco al referirse a María Garralón, la entrañable Julia de Verano azul, con la que coincidió en la ficción, en una escena de Servir y proteger. "La adoro. Es como el personaje de Julia. Si hay un pedazo de pan, si hay un pedazo de actriz, se llama María Garralón".

Ha reconocido que este tipo de encuentros son muy bonitos, pero aparejan también un inevitable punto de tristeza por los que ya no están. "Es la vida".

EL TEATRO, SU PASIÓN

Aunque la tele es lo que más fama le ha dado, lo que le hace más feliz es el teatro y "su enganche" con el público, que es "lo que te enseña a ver y a jugar la obra cada día mejor”. Le gusta interactuar con los compañeros, “tiras una pelota y te la devuelven de otro color”.

El milagro de la tierra, la obra que interpretará en el Teatro Olimpia, es un monólogo que recoge todas sus inquietudes. "Es un regalo de Juan Carlos Asperilla, en el que Lola Herrera pone la voz de su madre.

La actriz es muy importante en su vida, la quiere y ha trabajado dos veces con ella. La conoció en un cumpleaños de la dramaturga y actriz Natalia Menéndez,  cuando rodaba El comisario. Lola Herrero, que para él es como "un mito viviente", le vio, se acercó y le dijo que le encantaba su carrera, que veía de vez en cuando su serie, le había visto alguna vez en el teatro y que le admiraba mucho. Artero repuso que era él quien la admiraba a ella, pero Lola Herrera le replicó: "¿Quién se ha acercado tú o yo?" y añadió que algún día le gustaría mucho trabajar con él.

Y lo hicieron en Seis clases de baile en seis semanas, una experiencia de seis años, y en La velocidad del otoño. "Lola te devuelve la pelota de una manera que es mágica", ha subrayado.

Juanjo Artero ha mostrado, en otro momento, unas grandes dotes de imitador al recordar algunas palabras del gran actor Fernando Fernán Gómez, a quien le escuchó referirse a Tom Cruise con su socarronería. "Cobra 300 millones por película y sigue haciendo cine, eso es vocación".

Trabajar con Álvaro de Luna también fue "un regalo de la vida" y ha dicho de él que "tenía el alma del Algarrobo, pero escucharle era aprender".

A lo largo de su alocución ha dejado varias frases y reflexiones, como que "si haces una serie diaria y teatro al mismo tiempo, no tienes vida; pero más cornadas da el paro", "las pequeñas cosas son las que te dan credibilidad", o "me encanta hacer reír y me encanta hacer llorar, pero me lo paso muy bien cuando la gente se parte de risa".

Ahora que ha acabado una serie y se dedica al teatro, asegura que vive muy bien sin estudiar, eso sí chupa mucha carretera.

Su hijo y su hija siguen sus pasos y los dos quieren dedicarse a su profesión. Admite que le hace ilusión comprobar que lo que él hizo en su día ahora lo repiten sus descendientes. "Cuando tienen un casting me piden que se lo pase. Todavía no les ha salido ninguna cosa, igual no deberían consultar conmigo", ha vuelto a bromear.

Le gustan los cortometrajes, le aportan energía nueva y un enfoque distinto. Ha recordado la serie Libres que rodó en el Pirineo y en la Sierra de Madrid con Alex Rodrigo, con quien También trabajó en Un millón.

Desea tener la experiencia de ser director y si no le sale bien, tampoco pasa nada, cree que como más puede aportar es como actor. Entre otras cosas, prepara  un espectáculo de poesía de Neruda, Cernuda y Alberti, con Luisa Gavasa y tres tres músicos. Un placer asistir a su paso por el Festival de Cine de Huesca, la naturalidad de los importantes de verdad.