Juan Yzuel presenta "Lamberto 1.9.9": "Las heridas tienen que hablarse y reconciliarse"

El autor tiene como objetivo en su primera novela presentar la Guerra Civil desde el punto de vista de la reconciliación

Periodista
18 de Junio de 2023
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Juan Yzuel presentó recientemente su libro en la librería Santos Ochoa.
Juan Yzuel presentó recientemente su libro en la librería Santos Ochoa.

“Presentar la Guerra Civil desde el punto de vista de la reconciliación” ha sido el objetivo de Juan Yzuel en su libro Lamberto 1.9.9, que quiere contribuir a “cerrar el círculo del sufrimiento que nos ha venido arrastrando en los últimos 80 años”, explica. Un mensaje también a los políticos para que dejen de confrontar permanentemente derechas e izquierdas y busquen el bien común.

Juan Yzuel (Sariñena, 1960), presidente de la Asociación Esparanzarte, Sijena Sí, profesor, también misionero, presentó recientemente en la librería Santos Ochoa su primera novela, aunque ha publicado doce libros de texto con SM y Santillana. “Ya tenía ganas de que no me dijeran de qué tengo que escribir”, dice entre risas. Acompañado por el editor Salvador Trallero y el profesor, psicólogo y director durante muchos años de San Viator, Rafa Gállego, explicó que la obra nació del proyecto que llevó a cabo con sus alumnos dentro del programa “Aprender a emprender”, un corto de 19 minutos titulado Lamberto 1.9.9, basado en investigar la historia de un esqueleto que está en el colegio Escolapios de Zaragoza. Yzuel hizo el guión y la película en la que se involucraron también las familias fue un éxito.

“Pensé que esta historia tenía más miga y me lanceé a hacer una novela”, en la que ha empleado siete años, más concretamente “siete veranos en Sariñena arañando el tiempo que podía”, pero sobre todo “sumergido en el ambiente”, destaca Yzuel.

Desde el principio deja claro el autor que el objetivo es “presentar la Guerra Civil desde el punto de vista de la reconciliación”. Como señala, “todos hemos visto películas y leído novelas, pero había que añadir algo más, algo que nos hiciera sentir que todas nuestras familias estuvieron pringadas en la Guerra Civil, unos en un bando, otros en otro, y la mayoría en los dos”.

Lo que pretende Yzuel es “que se cierre el círculo de ese sufrimiento que nos ha venido arrastrando en los últimos 30 años, y que los jóvenes deben conocer para sanar la herida de los bisabuelos”. Para ello muestra la Guerra Civil a partir de un “cuidadoso estudio de los datos objetivos. Si uno lee la novela y no sabe nada de la contienda va a saber que en Gernika no murieron 2000 personas sino 125, y que murieron 4700 italianos”, pone como ejemplo.  Pero añade que “también tienen corazón”.

Los protagonistas de la novela se encuentran, al poco de investigar sobre el esqueleto, que pertenecía a un miliciano anarquista, excavado de la sierra de Alcubierre, lo que les genera la necesidad de conocer la Guerra Civil. “El profesor que supuestamente se va a encargar de explicarla -narra Yzuel- los lleva justo al 18 de julio de 1936, y a partir de ahí les dice que pregunten a sus bisabuelos”. A partir de esa labor, “se topan con que ninguna familia quedó ilesa en la guerra, que todos nuestros bisabuelos, abuelos o padres estuvieron envueltos de una manera u otra”.

Se refiere el autor a que lo que ocurrió es que “nadie ha querido hablar de la guerra, porque se casaron unos con otros, y la solución fue no hablar, pero hay heridas que necesitan hablarse y reconciliarse”.

Los estudiantes protagonistas de esta novela se encuentran “al otro lado del espejo -explica Yzuel-. Hay muchas familias que buscan a sus seres queridos, un bisabuelo que puede estar en una cuneta que quieren excavar para darle digna sepultura. Y ellos, al revés, tienen un esqueleto al que quieren dar digna sepultura, pero quieren saber quién es su familia”.

En ese recorrido lo van a pasar mal, “poque la Guerra Civil es un laberinto del que es muy difícil salir ileso”, adelanta el autor. Y no solo eso, la contienda “sigue levantando pasiones y van a sufrir presiones políticas tremendas para que aparquen ese proyecto”. No concreta Yzuel cuáles, pero sí avanza que son “las razones que estamos viviendo ahora mismo en España. Al final -continúa- nos lleva a la idea que intento reflejar”.

Porque Yzuel proclama algo que cree: “Vivimos en el mejor país del mundo, pero no nos lo creemos”. El autor señala que contamos con una democracia muy avanzada, “más que la de EEUU”, donde ha vivido años, “y sin embargo, lamentablemente nuestros políticos se encargan de estar echándose basura permanentemente". "Yo creo que en algún momento tenemos que decirles: cállense ya y pensemos en el futuro -agrega-. Que hay problemas muy graves que resolver, como el cambio climático, las crisis migratorias, la desigualdad en el mundo, la situación de las mujeres en muchos países, las guerras; actualmente hay 56 conflictos armados en el mundo…”.

Según señala Juan Yzuel, “nuestros políticos tienen que decidir aparcar la Guerra Civil, dejar de estar permanentemente entre derechas e izquierdas y busquemos el bien común. Si esta novela a contribuido una poco ha eso, ha merecido la pena esos siete veranos en Sariñena”.

El autor quiere que sea una novela que se disfrute, emocione y que se recomiende “para que sea como una mancha de aceite que también llena de alegría y emoción a mucha más gente”.

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