Juanjo Javierre, Jesús Estallo y Nacho Moya: el duro pero cautivador mundo de la música

El sector atraviesa ahora por un déficit de profesionales en especialidades técnicas

17 de Noviembre de 2022
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Los 5
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Juanjo Javierre, compositor, teclista y productor, comenzó a hacer música en un garaje situado enfrente del Juan Sebastian Bar de Huesca, cuando tenía 18 años. "Yo quería ser estrella del rock and roll", ha revelado. No se ha cumplido aquel sueño de juventud, pero parece haber alcanzado otros muchos. La próxima semana acudirá a Madrid al estreno de una película original de Amazon, "la primera empresa del mundo", que además es la primera producida en España. 

Su trabajo en un filme puede ser muy diverso, desde supervisar toda la música que suena en la película, realizar el control presupuestario y legal, hasta componer las piezas. "Me siento como que me he alejado tanto de la orilla, que voy saltando de piedra en piedra. Cuando empecé había una industria que hoy no existe. Voy ocupando el espacio que me deja el mercado".

Javierre, que ha participado en el Foro de empresa y autoempleo en el sector de la cultura Ideandando, ha explicado que ha sido autodidacta, que no tiene una formación específica de lo que al final ha terminado dedicándose.

Chema Paraled, Juanjo Javierre y Jesús Arbués. Foto Myriam Martínez
Chema Paraled, Juanjo Javierre y Jesús Arbués. Foto Myriam Martínez

"Tengo el síndrome del impostor, pero cuando has hecho 15 películas igual ya no lo eres tanto", ha comentado.

La técnica ha sido su aliada. Hace 20 años, "era inviable hacer una música para una serie o una película desde aquí, pero la digitalización lo ha cambiado todo", ha declarado. El precio que hubo que pagar fue el hundimiento de la música independiente, pero permitió el acceso a otras herramientas. "Tengo miles de orquestas en casa, trabajo con instrumentos virtuales. A una orquesta de Bratislava le enviamos partituras, la vemos en la sesión de grabación, podemos opinar, y al cabo de unas horas ya lo tenemos".

El oscense, que por cierto es el autor de la sintonía de los contenidos audiovisuales de EL DIARIO DE HUESCA , ha recibido numerosos premios y entre los encargos más curiosos que le han realizado, ha señalado la música para las 'cheerleaders' del Peñas. "Pero igual no es lo más raro", ha apostillado.

Jesús Estallo, Nacho Moya y Chema Paraled. Foto Myriam Martínez
Jesús Estallo, Nacho Moya y Chema Paraled. Foto Myriam Martínez

Le han acompañado en la tertulia Jesús Estallo, gerente de Rampa, y Nacho Moya, productor de música, Nax Studios, y componente del grupo Manacor.

Estallo fundó Rampa en 1978, para pequeños y grandes eventos. Se ha ocupado de la parte técnica de artistas como Antonio Orozco, David Bustamente y Ara Malikian, entre los más recientes. Ha explicado que, con la pandemia de covid, "se produjo la fuga de un montón de técnicos que se tuvieron que dedicar a otra cosa en ese momento" y, aunque ahora "se ha reactivado el negocio", sigue ese déficit de profesionales y "existen dificultades para que la gente joven entre en el sector". Ha agregado que "la cosa está complicada" y teme que aún se pueda enredar más.

Ha destacado que en Huesca hay un instituto que imparte formación de sonido con "calidad muy alta" y en su empresa acogen a gente en prácticas. Sin embargo, cada año resulta más complicado completar esas plazas. "Quizá es por los horarios, porque hay que trabajar los días de fiesta y porque hay una falta de regulación bastante grande, lo que no hace el sector muy atractivo. Nuestra generación éramos una cuadrilla de chalados, nos encantaba la música y, como decía Juanjo, todos éramos autodidactas y teníamos mucha pasión por ir a sitios a ver a gente. Te comprabas las pocas revistas que había aquí o que venían del extranjero, e ibas sacando conclusiones".

Los equipamientos también son ahora más importantes, al igual que las exigencias. Un solo foco de un concierto de rock puede costar 6.000 euros. "Los equipos son más grandes y es necesaria una mayor especialización y más horas de trabajo, que además no se pueden aplazar. Eso genera una presión que quizá es difícil de aguantar". Jesús Estallo ha añadido que, posiblemente, habría que efectuar una reflexión para saber qué es lo que está pasando, "porque sin técnicos la música en directo y el teatro desaparecerían", ha manifestado.

Rampa se puso en marcha en un momento en el que había un nivel musical y social "perfecto" para su nacimiento. "Luego nos metimos en el circuito nacional y ya no lo hemos dejado, ahora sería más complicado", ha considerado. Pero su lugar de residencia sigue siendo Huesca, porque no hay problema para competir económicamente con Madrid "y la calidad de vida es bastante atractiva".

Nacho Moya, con el micrófono. Foto Myriam Martínez
Nacho Moya, con el micrófono. Foto Myriam Martínez

Nacho Moya es postproductor de sonido, tiene su estudio de grabacion y es también profesor. "Aprender" ha sido una búsqueda constante, a la que se sumó el objetivo de ganar dinero y pagar facturas cuando se hizo profesional. Imparte clases en un módulo de sonido del Instituto Ramón y Cajal y titulación de vídeo Disk Jockey. "A los alumnos les digo que deben tratar de ser curiosos, de aprovechar oportunidades, que tengan experiencia profesional, porque llegará un momento en el que se sentirán cómodos".

Ha explicado que su labor puede ser la de un técnico, hacer mezclas, grabar un disco, llevar la dirección musical, direccionar el estilo de grupo, realizar trabajos de postproduccion de sonido, es decir, retocar diálogos, añadir efectos que no se graban directamente cuando ruedas y tareas de compositor, porque le encargan bases musicales.

En cuanto a la orquesta Manacor, ha explicado que cuentan con dos formatos: uno para todo el año, con más de cien actuaciones, lo que implica mucha dedicación. Otro para el verano, por el volumen de contrataciones, "muy exigente porque puedes estar tres o cuatro meses sin volver a casa" y que hay que compatibilizar con otras actividades.

Se ha sentido muy orgulloso de sus alumnos de sonido. "Tienen 19-20 años y los veo muy motivados, es una gozada, me llenan mucho. Vienen dispuestos a aprender y te exprimen al máximo. Me veo reflejado en ellos, me hubiera gustado cursar una titulación como ellos. Que sigan con ese afán de aprender siempre, la vida laboral es el comienzo de tu aprendizaje". 

Ha observado que las posibilidades de oficio son muchas, pero es un trabajo duro. En este sentido, ha coincidido con Jesús Estallo: "Horarios nocturnos, hay que desplazarse kilómetros y kilómetros, y hay que saber de sonido, electricidad  y química, además de saber resolver problemas con rapidez. Es complicado, pero al que le gusta es una forma de vida.

Además, "hay mucha demanda de post producción de videojuegos y de sonido en general, debido al incremento de plataformas".

Nacho Moya ha confesado que tuvo "equipitis", es decir, que hubo un tiempo en el que buscaba lo último y lo más caro del mercado, en altavoces, micrófonos y otros materiales, hasta que se dio cuenta de que basta con que el equipo "cumpla mínimos", ya que lo importante es "respetar al grupo y no estropear sus canciones".

Jesús Estallo, que le ha pedido a Moya su "receta" para curar la "equipitis", ha señalado que en los últimos años la empresa privada ha ganado mucho protagonismo a la hora de las contrataciones, y ha criticado que el modelo que se ha instalado en la promoción pública se basa meramente en la cuestión económica, en buscar lo más barato.

 

 

 

 

 

 

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