Julio Luzán, su familia y su empresa, Tecmolde, han sido uno de los protagonistas del programa "Vuelvo a empezar" que se emite los sábados en RTVE. En este espacio, han mostrado diversos ejemplos de gente que dejó en su día una gran ciudad, para iniciar otro modo de vida en el medio rural. Ha asegurado que, si tuviera que resumir todos los años que llevan residiendo en Loporzano, diría que han conseguido un sueño que albergaban desde que eran muy jóvenes, lo han mantenido hasta ahora y espera poder continuar más tiempo por el mismo camino.
Julio Luzán residía en Madrid con su esposa, Lidia Gállego, y sus hijas, Irene y Marta, pero la familia decidió trasladarse a Loporzano, lugar que conoció años antes cuando fue destinado a Huesca a cumplir el servicio militar. No tiene sensación de haber dejado algo atrás, sólo cambió de entorno para seguir trabajando en el mundo de la escenografía y los decorados.
De alguna manera, Julio quedó atrapado por la luz y el paisaje de este territorio, allí esaban de manera latente y tarde o temprano afloraron y le empujaron a regresar. "Madrid es una ciudad difícil para vivir", declara, y contó con el respaldo de Lidia, que aunque había estudiado Turismo en Zaragoza y quería desarrollar su profesión, decidió apoyarle y dar con él ese giro a sus vidas. Y asegura estar "muy contenta" de haberlo hecho.
Dejaron su apartamento, próximo a la Castellana, y se instalaron en Loporzano: un pueblo donde solo había dos niñas, las suyas, y que carecía de cosas tan básicas como el teléfono o luz de 220 watios.
PROYECTOS MUY IMPORTANTES
Tecmolde ha participado en películas como Lo Imposible, Un monstruo viene a verme, o Éxodus, ha realizado anuncios de televisión, la Lotería Nacional, Juego de Tronos y muchos parques temáticos, que ham tenido como destino países como Rusia, China y Dubay. Todo se traslada en grandes contenedores y barcos.
Uno de sus primeros encargos más populares fue la reproducción de la famosa Ruperta del 1, 2, 3, para una promoción dle programa. "Sentaban" a las calabazas en la acera paras que se secasen "y los abuelos y parte del pueblo" les ayudaban a lijarlas. "Es una estampa muy especial", asegura Julio Luzán.
Observa que, para realizar proyectos destinados al mundo del cine, hay que estar muy dispuesto a viajar. "He ido a Madrid a una reunión de veinte minutos y he vuelto. Te posicionas y ahora vienen más ellos, y eso está bien", señala.
Su hija Marta la ayuda desde que era muy pequeña y su padre, con orgullo, subraya que "ha cogido esa técnica de la pintura del cine que es tan importante".
Algo que ha caracterizado siempre a Julio Luzán es su curiosidad y su interés por las nuevas tecnologías, siempre ha estado muy pendiente de los mercados, y esa apertura a todas las novedades le ha llevado asituarse en la vanguardia e ir un paso por delante. De ahí su estudio de fotogrametría, con 150 cámaras, que le permiten trabajar en 3D con el máximo de detalles.
En el programa aprecen también otros vecinos de la zona, como María José, que nos muestra un molino de aceite, el alfarero de Bandaliés Raimundo y el ganadero Carlos, que tiene una pequeña explotación con 120 cabezas de ganado.
En la actualidad, Tecmolde cuenta con 28 trabajadores, en un pueblo de 60 habitantes. Y Julio y su familia siguen viviendo felices y a su ritmo, no al que marcan los relojes de las grandes ciudades.