“La estación de Canfranc se emplazó en la alta montaña para que los trenes franceses entraran lo menos posible en España”

El ingeniero de caminos Leonardo Fernández Troyano presenta en Huesca su libro "Los pasos históricos de los Pirineos entre la Jacetania y Aquitania"

Periodista
23 de Mayo de 2024
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Leonardo Fernández Troyano con su libro 'Los pasos históricos de los Pirineos entre la Jacetania y Aquitania" en el IEA. Foto Mercedes Manterola
Leonardo Fernández Troyano con su libro 'Los pasos históricos de los Pirineos entre la Jacetania y Aquitania" en el IEA. Foto Mercedes Manterola

El prestigioso ingeniero de caminos Leonardo Fernández Troyano ha presentado este miércoles en Huesca su libro Los pasos históricos de los Pirineos entre la Jacetania y Aquitania, una obra indispensable para conocer cada rincón de esta cordillera, que aúna ingeniería, geografía, montañismo y cultura, todo ello con mucho amor al territorio.

Con quinientas páginas y numerosas fotografías tomadas por el autor, además de mapas y grabados antiguos, entre otras ilustraciones, el libro es un auténtico tratado en el que recorre los caminos históricos y analiza su evolución, y profundiza en los puertos y valles, los puentes y vías ferroviarias, las iglesias románicas, los balnearios y también los aprovechamientos hidrológicos. La obra ha sido editada por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, y es el número 104 de la Colección de Ciencias Humanidades e Ingeniería, que también acoge otra afamada obra que este proyectista de puentes y escritor dedicó a los pasos históricos de la Sierra de Guadarrama.  

Leonardo Fernández Troyano (Madrid, 1938) ha presentado la obra en el Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA), acompañado por el decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Aragón, Ramón López Guarga, el escritor José Luis Ona y el pintor Pepe Cerdá, quien ha destacado la bonhomía del autor, con quien comparte una gran amistad, al igual que Ona.

José Luis Ona, Ramón López Guarga, Leonardo Fernández Troyano y Pepe Cerdá.
José Luis Ona, Ramón López Guarga, Leonardo Fernández Troyano y Pepe Cerdá.

“Empecé en la sierra de Guadarrama a recorrer los caminos históricos de montaña y continué en el Pirineo, y ha sido -ha valorado Fernández Troyano- una experiencia verdaderamente feliz en nuestra vida”, compartida con su mujer, Teresa Muñoz Moreno.

A este libro ha dedicado 10 años en los que ha estado viniendo a los Pirineos, buscando literatura y “andando los caminos”, para completar esta obra en la que “hay ingeniería, historia, geografía y montañismo”. Tras sus concienzudas visitas, si tiene que elegir, Fernández Troyano se queda con el Circo de Lescún y sus pasos de Petregeme y el puerto de Palo; “son realmente atractivos”, señala. Como obra de ingeniería, destaca el puente de España, en Francia.

El ingeniero señala que, de los caminos históricos de España, en el Pirineo están “los más potentes, con pasos difíciles. La misma orografía produce valles muy cerrados, con desfiladeros muy fuertes, conocidos en todo el mundo, que se pasan con gran dificultad”, ha apuntado.

La evolución de las rutas del Pirineo, Fernández Troyano ha trasladado que en la Edad Media, había cantidad de caminos de herradura en los Pirineos y se utilizaban mucho para viajeros y mercancías. Lo que ha pasado es que esos caminos se han abandonado, algunos, muy pocos, se han convertido en carreteras, pero los muchísimos que se usaban entonces ahora solo los utilizan los montañeros”.

El ingeniero considera que cualquier obra que se realice en el Pirineo debe alterarlo lo menos posible y cree que es complicado llevar a cabo nuevas grandes obras en esta cordillera. “Un túnel para alta velocidad es una construcción gigantesca, económicamente parece difícil”, ha señalado.

Presentación del libro de Fernández Troyano en el IEA.
Presentación del libro de Fernández Troyano en el IEA.

RECREACIÓN DE CAMINOS

Durante su intervención en la presentación, Fernández Troyano ha señalado que “la búsqueda de los caminos históricos es en cierta manera una recreación de ellos”, entendiendo recrear en sus acepciones de producir de nuevo algo y de divertir y deleitar, ambas acertadas para sus viajes al Pirineo.

Ha recordado el ingeniero que quien le enseñó a andar por los caminos históricos fue su padre, Carlos Fernández Casado, quien consideraba que en las vías de comunicación es donde “la sensación de lo histórico tiene su máxima intensidad. Exagerando su importancia, pudiéramos decir que la historia se ha hecho a lo largo de las vías de comunicación”, decía.

También ha citado que en la obra “Cien años de los Pirineos”, divide a los pirineístas entre los hombres de cumbres, los de semicumbres, los que aprecian la montaña desde los valles y los de casinos y aguas termales, secciones de las que surgen las diferentes literaturas de la cordillera. “El libro que presentamos es valles, ampliando su extensión a puertos y collados. De esta forma, quedan incluidos en su territorio los distintos tipos de caminos que recorren la cordillera: sendas de a pie, caminos de herraduras, de ruedas y carreteras modernas”, con trazados e infraestructuras diferentes, “que se acusan más en la montaña, donde condiciona el tipo de camino y éste su tráfico”.  

Se ha detenido Fernández Troyano en que las comunicaciones de los Pirineos, “tienen un carácter singular debido a su orografía que dificulta y a veces hace imposible el paso de los caminos por determinados lugares”, a lo que se suman las dificultades de las condiciones meteorológicas.

“Todo ello hace que los caminos de paso de una cordillera de las características de los Pirineos planteen mayores dificultades de trazado, construcción y mantenimiento que los caminos del llano, y estas dificultades tienen una influencia decisiva en la organización territorial de la región”, ha apuntado.

Además, destaca en los Pirineos su carácter de frontera, “la raya que une o la barrera que separa, lo que ha supuesto una dificultad mayor o menor al paso de los viajeros según los distintos periodos. Sin embargo -ha continuado-, también es cierto que las gentes de la montaña son diferentes de las del llano, y hay más afinidad entre los habitantes de un lado y otro de la montaña, a pesar de ser de países diferentes, que entre los del llano y la montaña de un mismo país”.

El autor ha llamado la atención sobre que, al ser frontera, la cordillera y sus caminos se han enfocado desde cada uno de los países, “dando lugar a que la mayor parte de los trabajos estudien únicamente una vertiente, lo que ha acentuado las diferencias entre ambas laderas, llegándose a decir en Francia que África empieza en los Pirineos”. Sin embargo, este libro marca la diferencia, “no sin dificultad”, ya que “ha tratado de estudiar por igual las dos vertientes, tanto en los caminos como otros temas que afectan al conjunto”, ha valorado Fernández Troyano.

También el carácter de frontera de los Pirineos ha dado lugar, como ha explicado el autor, a “una excesiva intervención de los militares en lo referido a los caminos y comunicaciones, retrasando la construcción de algunas carreteras hasta que se hubieran construido los fuertes para su control y defensa o dejando el emplazamiento de la estación de Canfranc en la alta montaña, para que los trenes franceses entraran lo menos posible en España”.

Los caminos han sido, y siguen siendo, elementos en constante mantenimiento y evolución, por lo que Fernández Troyano considera “fundamental conocer su desarrollo desde su origen hasta nuestros días, si siguen en uso, o hasta el momento de su abandono. Debajo de muchas carreteras actuales están los caminos anteriores”, ha constado, “y con frecuencia es difícil identificar el origen del camino que estamos recorriendo, muchas vías pavimentadas en la edad moderna se han considerado romanas”.

Esta evolución es “muy evidente en los Pirineos, donde se ha pasado de innumerables pasos a lo largo de la cordillera, todos ellos de herradura salvo los de los extremos junto al mar Cantábrico y Mediterráneo, a un reducido número de carreteras, abiertas la mayoría en el siglo XIX y principios del XX, por donde pasa todo el transporte de viajeros y mercancías actual”, ha expuesto. “La mayoría de los innumerables caminos de herradura que han sido fundamentales para el tráfico de viajeros y mercancías".

El libro se divide en tres partes. La primera, que ocupa más de la mitad del texto, es un estudio de los caminos de todos los Pirineos, desde el golfo de Vizcaya hasta el Mediterráneo. “En esta parte, se da una imagen general de los Pirineos y de los problemas singulares que planean en los caminos, como los desfiladeros, paso de los puertos y de los ríos, y las actuaciones que han afectado a los caminos, como los poblados, edificios civiles y religiosos, y la construcción y explotación de los aprovechamientos hidrológicos, que incidieron en la cordillera y sus caminos”, ha apuntado.

La segunda parte está dedicada a la geografía y el seguimiento sobre el terreno los caminos entre la Jacetania y la Aquitania, y la tercera su evolución y desarrollo a lo largo de la historia.

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