El largometraje documental dirigido por J. Alberto Andrés Lacasta "Manolo Kabezabolo (Si todavía te kedan dientes es ke no estuviste ahí)", y producido por Du Cardelin Studio, cierra este viernes, 1 de diciembre, la 29.ª Muestra de la Asociación de Realizadores Oscenses, con una proyección a las 20.00 en el Teatro Olimpia de Huesca, que viene precedida ya de una gran acogida en Barcelona y Zinebi de Bilbao. La cinta se podrá ver en cines comerciales el próximo mes de enero.
Manuel Méndez, también conocido como "Manolo Kabezabolo", ha consolidado su posición como un icono perdurable en la escena musical punk con más de 40 años de carrera. La película sumerge al espectador en los inicios de Manolo, destacando su transición de punki a los 16 años hasta convertirse en la figura emblemática del movimiento, en el que sigue inmerso casi a los 60 años de edad. Este enfoque busca plasmar no solo su historia musical, sino también capturar la esencia de un ser humano que ha mantenido su atractivo a lo largo de décadas.
El director enfatiza la importancia de situar a Manolo Kabezabolo adecuadamente en la historia de la música punk de los años 90, y resalta su compromiso social. "El punk no solo fue una expresión artística periférica, sino también un fenómeno con repercusiones políticas, económicas y culturales", recuerda J. Alberto Andrés Lacasta.
El documental se extiende hacia la enfermedad mental que ha acompañado a Manolo Kabezabolo desde los doce años y aborda este aspecto de su vida de manera cuidadosa, desentrañando las diversas facetas de su personalidad y desmintiendo "historias apócrifas" que han contribuido a tejer una literatura paralela en torno a su figura.
El equipo de producción ha recorrido múltiples localidades, desde Huesca hasta Madrid, pasando por Monzón, para capturar la esencia de la vida de este singular artista. Cada lugar, desde el Jai Alai donde fue descubierto por J. Alberto Andrés Lacasta, hasta el Juan Sebastián Bar, se convierte en un punto de referencia.
"Hemos tenido la oportunidad de filmar en Huesca y se reconocen varios lugares e interiores de la ciudad, especialmente el Jai Ala y el Juan Sebastián Bar, puntos de referencia queridos para él, pero también el canal del Isuela", explica.
El realizado explica que Manolo Kabezabolo formó su primera banda en Monzón, una ciudad crucial en los inicios de su carrera profesional, y en la película no podía faltar un lugar tan emblemático como el Café Bar One, que celebra su cuadragésimo aniversario.
"Comenzamos a trabajar en todos los aspectos de la producción, con partes de la filmación en el País Vasco, donde Manolo es famoso. Queríamos explorar estos viajes con él, y lo mismo sucedió en Madrid, donde filmamos en la Gruta 77, una sala mítica donde ha actuado en 50 ocasiones -explica el director y productor-. Hace tiempo que no actúa en Zaragoza, la última vez fue hace tres años y medio, durante dos noches consecutivas, y ambas con entradas agotadas".
El músico y J. Alberto Andrés se reencontraron después de 30 años y el cineasta el propuso realizar el documental, desde un punto de vista muy profesional. Después, enseguida encontraron el respaldo de Aragón Televisión.
"Desde el principio, comprendimos que debía ser un proceso de acompañamiento, construir la historia mientras convivíamos con él. Realizamos una extensa labor de archivo y documentación y rescatamos mucho material de conciertos de los años 90".
J. Alberto Andrés insiste en la buena acogida que sigue teniendo el músico, como comprobó en su primera salida con él al pueblo navarro de Villava, ya se lamenta de las mentiras que rodean su historia, muchas vinculadas a su salud mental. "La socidead debería reflexionar sobre eso y cambiar su perspectiva sobre estas enfermedades, para acabar de una vez con los estigmas", sostiene.
En la actualidad, Manolo se encuentra en una actitud "hipercreativa y en un estado de serenidad", es "meticuloso en todo lo relacionado con la escritura y composición musical" y no pierde su sentido del humor. Reside en un pueblo del Prepirineo leridano y tiene previsto viajar a Huesca este viernes. Durante la pandemia de Covid-19, Manolo vivió en Huesca, en el Coso, muy cerquita de tanta gente que le adora.