Loa: la iglesia de Santa Teresa abre en Huesca para el estreno de un auto teatral inédito

La representación este lunes de escenas de la comunidad carmelita oscense se enmarca en las jornadas sertorianas de Studiosi

DH
20 de Octubre de 2024
Huesca acoge la representación del auto teatral inédito Loa

La Observancia, el Placer, el Disimulo, la Prudencia y el Apetito tomarán el semblante, la voz y la representación de María Pilar Goded, Amalia Foncillas, María Jesús Porta, Ana Aller y Javier García Antón, respectivamente, para recuperar Loa, un texto original fruto de la investigación de Pablo Cuevas, que a la sazón será el director literario este lunes desde las 19:00 horas en la Iglesia de Santa Teresa de la Plaza de Navarra en Huesca.

Bajo la dirección de Pilar Goded y la asesoría artística de Julia Lera, con arreglos musicales e interpretación de María Jesús Porta, el entretenido auto plasmado por el Aula de Teatro y Poesía Leídos se adentra en el ambiente del Siglo de Oro español y de la Universidad Sertoriana de Huesca, en la que el nivel teatral era extraordinario. En el convento de Santa Teresa, se componía una dramaturgia sobresaliente, conservando el espíritu de Santa Teresa de Jesús.

Loa rebosa alegría, cultura y espíritu, además de retratar la condición humana y trascendental de las monjas descalzas en su admiración por su fundadora Teresa de Cepeda y Ahumada (la fundadora) con una alabanza (tal es el significado del término Loa) que no empece para que la vida en plenitud incorpore las religiosas oscenses quieran relajar las costumbres las Carnestolendas para preparar con alegría las tristezas en ciernes de la Cuaresma.

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Diversión, erudición y virtuosismo musical con la canción "Une singulière méprise" de la madre Marguerite Marie du Sacré-Coeur, del convento del Carmelo del Santo Nombre de Jesús de Lourdes, arreglada por María Jesús Porta que interpretará con Ana Aller y el acompañamiento con flauta travesera de Julia, la nieta de la arreglista y en sus últimos compases de Conservatorio.

Este acto concluye las jornadas "Los espacios sertorianos en su entorno 2024: el Colegio de San Alberto y el Carmelo Descalzo en Huesca", organizadas por Studiosi pro Universitate Sertoriana y el Ayuntamiento de Huesca.

Pablo Cuevas, que consiguió rescatar este texto anónimo de una carmelita descalza del siglo XVII, afirma que la obra se ha recuperado con las monjas de Santa Teresa del archivo. "Se representaría en el siglo XVII o XVIII. Se desarrolla en el Carnaval, semanas anteriores a la Cuaresma. Las monjas piden a la priora que relaje las normas, que no siempre se puede estar viviendo con las reglas estrictas de la observancia del carmelo descalzo. El Placer, el Disimulo, son personajes alegóricos que acaban convenciendo a la priora de que debe tener manga ancha con las monjas porque en la vida no todo es sufrimiento".

Con esa humilde conquista, llegan días "de placer moderado, honesto. Hay bailes. Es una obra muy interesante, las monjas van dándole vueltas a las reglas de la Observancia, explicando mientras cantan y bailan las reglas que se van a saltar. Cuando estén en el coro se dormirán, cuando vayan al refectorio saldrán con un mendrugo de más en la manga o la hermana que está en el torno se alargará unas horas hablando con quien quiera".

Pablo Cuevas con el altar de Santa Teresa a sus espaldas

La segunda parte, que fue escrita después, "es muy interesante. Aparece el personaje del Apetito. Hay algo interesante y es que en el Siglo de Oro el placer se presenta negativamente y aquí se presenta positivamente. El placer es necesario, el disimulo es necesario. El Apetito es el desenfreno, la pura carnalidad, que se intenta inmiscuir en la vida del convento y le para los pies la priora. Llama en su ayuda a la Prudencia y la Observancia y el Apetito, muy pagado de sí, que presume de haber conseguido grandes maravillas en la historia, fue el que venció a Adán, David y otros personajes, no piensa que pueda ser vencido". 

Entre todas, le dan una lección y una paliza al Apetito. "Avanza la obra y vuelve a aparecer el Apetito, pero reformado. Es decir, la obra tiene una moralidad. Se puede disfrutar, se puede mantener el placer, pero sin abusar. Así se cierra la obra. Es un desenlace intelectual, moral". Una invitación a la diversión y la reflexión con el Aula de Teatro y Poesía Leídos.

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