La noche de ayer, la emblemática banda de rock andaluz Medina Azahara ofreció un concierto inolvidable en el Palacio de Congresos de Huesca, como parte de su gira de despedida "Todo tiene su fin". Este tour marca el cierre de una carrera que abarca más de cuatro décadas, consolidando al grupo como una de las leyendas del rock español.
Un auditorio Carlos Saura, lleno hasta la bandera, coreo con ilusión los temas míticos de la banda liderada por Manuel Martinez Rabadán. El cordobés de 73 años mostró un estado de forma espectacular haciendo honor al dicho de que “los viejos rockeros nunca mueren”.
La expectación ante la irrupción de la banda andaluza era palpable, y no se trataba de algo baladí: Medina Azahara se despidía de los escenarios tras una trayectoria que ha dejado una huella imborrable en la música nacional.
El concierto comenzó con una energía arrolladora, interpretando clásicos que han acompañado a varias generaciones. La voz inconfundible de Manuel Martínez y el virtuosismo de la guitarra de Paco Ventura resonaron con fuerza en el Palacio de Congresos de nuestra ciudad, demostrando que, a pesar del paso del tiempo, la pasión y el talento permanecen intactos.
Un público, entregado desde el primer acorde, coreó cada canción, creando una atmósfera de comunión entre la banda y sus seguidores. Momentos emotivos se sucedieron, especialmente cuando Manuel recordó a su hijo fallecido en el 2021. A lo largo de dos horas interpretaron temas emblemáticos que han sido banda sonora de tantas vidas. Los cordobeses demostraron su maestría en cada solo y riff, en cada golpe de teclado, recordando por qué Medina Azahara es sinónimo de calidad y autenticidad en el rock español.
A lo largo del concierto se fueron reproduciendo diversos videos de artistas, periodistas y famosos que mandaron mensajes de felicitación y apoyo a la banda andaluza en esta gira de despedida. Un hecho que quizás paro el ritmo del concierto en algún momento.
La actuación no solo fue una celebración de su legado musical, sino también una despedida emotiva que quedará grabada en la memoria de todos los asistentes. El grupo agradeció profundamente al público oscense por su apoyo incondicional a lo largo de los años, cerrando el concierto con uno de sus himnos estrella, la versión de Los Módulos “Todo tiene su fin” y una ovación que resonó en todo el recinto. Sin duda, una noche mágica que celebró la música, la trayectoria y el legado de una de las bandas de referencia del rock andaluz.