Michaela Vidláková clausura las Jornadas del Holocausto: "Nos animaban a que no dibujáramos lo triste, porque hay que tener esperanza"

La presidenta de Iniciativa Terezin ha explicado a decenas de alumnos de Huesca sus vicisitudes entre el totalitarismo nazi y el Gulag checo

06 de Enero de 2025
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Clausura de las jornadas de 2025 del Holocausto y los Totalitarismos, foto de familia con Michaela Vidláková
Clausura de las jornadas de 2025 del Holocausto y los Totalitarismos, foto de familia con Michaela Vidláková

Michaela Vidláková (Praga, 1936) ha protagonizado en la clausura de las XII Jornadas Conocer el Holocausto y los Totalitarismos que se ha desarrollado desde el día 2 de enero bajo la organización de los profesores Jesús Inglada y Carlos Pérez (como el artesonado catedralicio, tanto monta...), responsables del Instituto para el Conocimiento del Holocausto y los Totalitarismos (IECHT) que iniciaron estos recorridos por los campos de concentración nazis y escenarios del Gulag, de los episodios más execrables de la historia de la humanidad.

Ha sido precisamente el profesor Pérez Vázquez quien ha presentado a Michaela Vidláková en el Instituto Cervantes en Praga. Una de las voces más autorizadas y una expresión de resistencia en los campos de exterminio del régimen de Hitler. La presidenta de la Iniciativa Terezin para la superación del Holocausto ha recordado sus orígenes con el nombre de Michaela Lauscherová. Acaba de cumplir sus 88 años.

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Tenía dos años cuando los alemanes les ocuparon y a los seis fue trasladada a Terezin. Cuando terminó la guerra, alcanzaba los ocho años y medio. "Esperábamos tener una vida nueva. Otros familiares no sobrevivieron". Estudió Ciencias Naturales, Biología y Química y trabajó en un laboratorio. "Toda mi vida ha estado influida por mi estancia en Terezin. Gracias al hecho de sobrevivir, puedo decir que fue la mejor escuela y lección de vida. Lo que aprendí en Terezin no se aprende en la vida normal. Aprendí a utilizar todo e influyó en mi futura carrera profesional, porque estuve muy enferma en Terezin. Cuando veía a los médicos intentar salvar la vida, quería también hacer eso. Me di cuenta de la responsabilidad del médico sobre la vida humana, porque cuando un médico hace un error puede tener un efecto fatal en la vida de su paciente". Trabajó en un instituto médico pero sin responsabilidad directa por los pacientes.

"Me di cuenta del valor de la vida en Terezin. Escapé de ese destino fatal que sufrieron millones de judíos". Vidláková ha parafraseado a Friedrich Schorlemmer: "Recordar no puede revertir la historia, pero podría ayudar a no repetirla". Y ha agregado, con gratitud a Carlos Pérez incluida: "¡Pero nosotros tenemos que hacer algo para prevenirlo!".

"El antisemitismo sigue estando de actualidad", ha añadido la presidenta de Iniciativa Terezin. Ha recordado que los judíos eran muy provechosos para todo el mundo, de hecho el bolígrafo o el ordenador portátil han sido creados por judíos, igual que la vacuna contra la covid. "No es verdad lo que decía Hitler de que los judíos eran enemigos de la humanidad. Nosotros siempre tratábamos de no ser enemigos de la gente, sino que tratábamos de ayudarnos a nosotros y a toda la humanidad".

"El antisemitismo sigue estando de actualidad"

Ha agregado que la historia del antisemitismo se remonta dos mil años atrás. Ha partido a continuación de la I Guerra Mundial, ha seguido con la Guerra Civil española y el icono del Guernica de Pablo Picasso. Uno de los peores regímenes totalitarios ha sido el de Hitler, "aunque también hay que mencionar el estalinismo que mató a millones de personas".

En el programa de Hitler, prometió acabar con las consecuencias negativas de la primera gran guerra y dar más espacio a los alemanes, pero también encontrar la Solución Final a los judíos bajo cuatro acciones que explicitó en su libro Mein Kampf: exclusión, persecución, deportación y exterminio. De repente, los judíos "perdieron todos sus derechos civiles y, cuando pierde la ciudadanía, pierde los derechos humanos". Los alemanes empezaron a declarar quién era judío, quién de origen mixto, y desde 1938 comenzó la persecución y "la noche de cristal" experimentó la capacidad de la violencia con quemas de sinagogas y destrucción de casas de judíos.

Fotografía de la familia de Michaela Vidlaková
Fotografía de la familia de Michaela Vidláková

La entrega de Austria, también derrotada en la I Guerra Mundial, acabó en la ocupación de Alemania. Mientras Checoslovaquia era "una pequeña isla de libertad", Hitler quería ocupar una parte donde vivían tres millones de alemanes. Ahí llegó el tratado de Munich en que ingleses y francéses (Chamberlain y Daladier) dejaron al Führer tomar los territorios. 

Ha mostrado una fotografía de su familia, que para ella era lo importante en aquella Checoslovaquia con derechos plenos. En marzo de 1939 las tropas alemanas les ocuparon y del país quedaron los protectorados de Bohemia y Moravia. En las primeras medidas, los judíos fueron desprovistos de sus derechos. La exclusión implicaba que los documentos estaban marcados y habían de llevar una estrella amarilla que significaba que "ya no éramos ciudadanos con los mismos derechos". Luego las confiscaciones de comercios, fábricas, casas y hasta las pertenencias de las familias judías. No podían llevar oro ni plata, ni tener efectos financieros, esto es, ahorros o reservas en oro o plata. Ni siquiera podían poseer mascotas en sus hogares. "Esto me enseñó lo poco que uno necesita para vivir. Lo más importante no está en el oro, la plata o la tele, sino que tenga un poco de pan, de agua, un techo para vivir y tener buenos amigos. Sobre todo, es importante vivir en libertad y en paz".

"La estrella amarilla significaba que ya no éramos ciudadanos con los mismos derechos"

El siguiente fue paso fue la pérdida de empleo, como su padre, que era especialista en la gestión de una fábrica de pieles. "Como era judío, no podía dirigir a personas, lo despidieron y buscaba un nuevo trabajo. Sòlo podía encontrar muy mal pagados, no cualificados. Logró encontrar uno como obrero en un pequeño taller carpintero. Él no tenía ni idea de que un día nos ayudaría enormemente".

Michaela Vidláková ha proseguido serenamente su alocución ante la atención y admiración del auditorio. Enumeraba todas las restricciones a pasear tranquilamente, leer prensa, ir a bañarse o acceder al transporte público, sólo tranvías en Praga y en días laborales y teníamos que sentarnos en la parte trasera. Su abuela se ocupó de ellos. A los niños checos, "sus padres les prohibían jugar conmigo. Estaba sola, sin amigos, y me afectó profundamente. Mi mamá me decía que no era su culpa: ellos tienen miedo por sus padres y sus hijos. Acabará un día la guerra y podrás volver a jugar con ellos". Aprendió "la esperanza de que la guerra terminara y que la cosa estuviera bien. Pero sabemos que no todo acabó bien", en alusión al régimen comunista que pronto asaltó la convivencia checoslovaca.

Vidláková ha desgranado lo que le impedía la cartilla de razonamiento: no podían comprar leche, huevos, pan, comidas variadas, dulces, miel, verduras, fruta, pollos, pescado, bebidas alcohólicas, cigarros o maletas. "Nos expulsaron de nuestra casa, una vivienda bonita y moderna. Nos pusieron en una casa antigua y fría donde vivíamos con otras familias judías. Sentí esto muy fuertemente, porque teníamos calefacción y agua corriente que perdimos, y todo eso se terminaba porque no había suficiente carbón para calentar el baño". Lavarse con agua fría "aumentó mi resistencia y gracias a eso creo que pude aumentar mi resistencia en Terezin".

Michaela Vidlaková
Michaela Vidláková

1942. La escuela se circunscribió a las judías que había en el Protectorado, tres en concreto. De una fotografía que ha mostrado con sus compañeros, tres años después de la guerra sólo quedaba una chica. "Eso era el crimen más horrible. Pueden imaginar que estos niños podían haber sido obreros, representantes comerciales, padres, madres... Matando a los niños están matando a las generaciones futuras. Esa era una de las grandes atrocidades que hicieron los nazis. Mataron al futuro de nuestra nación. Nadie sabe cuántos artistas o científicos hubiera habido entre estas personas".

LA DEPORTACIÓN

"Todo empezó por las deportaciones". En otoño de 1942 recibieron las cartas por las que iban a ser trasladadas a casas de reunión en Praga. Cada uno recibía un número, el suyo el 539. Podían llevar 50 kilos de sus pertenencias en el tren. "¿Quién podía llevar 50 kilos durante tres kilómetros?" 

Eran conscientes de que "en Terezin no había tiendas. Tuvimos que llevar todo", vestidos para invierno y verano, zapatos, higiene personal, toallas, pañuelos, sábanas, edredón, almohadas, recipientes para la comida, cubiertos, lapiceros, papel... Su padre había adquirido ingenio y habilidades para crear sus propias baterías o para afilar lapiceros u otros productos, incluso para fabricar un juguete "que nos salvó la vida".

Ha comenzado la descripción de Terezin, donde antes de la guerra había 6.000 soldados y 1.500 civiles, y, de 1941 a 1945, llegaron 141.000 judíos, de ellos 90.000 deportados y 32.000 murieron. Del total, sólo quedaron 11.000 judíos.

El Consejo de Ancianos dirigía la vida diaria, bajo la dirección de los nazis, como las ubicaciones, los trabajos o la salud. Llegaban desde el Protectorado, Países Bajos, Eslovaquia, Austria... Los alemanes "construyeron los campos de exterminio lejos, en el este, por eso nadie sabía lo que pasaba con la gente que salieron de Terezin".

Su padre explicó lo bien que sabía trabajar la madera y les enseñó su juguete. "Ese fue el momento decisivo que nos salvó, porque necesitaban urgentemente carpinteros, porque llegaban órdenes de armar casas de madera para transportar material al frente, construir paneles para equipamiento de emergencia en Alemania, y los carpinteros tenían un montón de trabajo. Como seleccionaron a mi padre, nos quedamos mi familia y yo. La mayoría de los que iban en nuestro transporte se fueron a Auschwitz. No tuvieron ninguna oportunidad. Mi padre la consiguió en Terezin".

"Mi padre les explicó que sabía trabajar la madera y les enseñó su juguete: ese fue el momento decisivo que nos salvó porque necesitaban urgentemente carpinteros"

Ha recorrido con dibujos las estancias y fotografías en el Museo de Terezin. "Sólo un grupo de personas tenía cierta ventaja: los niños y los jóvenes. La dirección judía se daba cuenta de que era lo más importante para el futuro, y procuraban mejorar las condiciones de vida. Lógicamente teníamos pulgas donde vivíamos, pero estábamos todos juntos". Los padres les visitaban después de trabajar. Tenía seis años cuando empezó a vivir en el hogar infantil. "Aprendí a vivir en un colectivo donde no te quejabas para no ser considerada débil. Para que no se rieran de mí, tenía que aguantar. Aprendí a tener amigos. Aprendimos a pertenecer, a apoyarnos mutuamente. Este es uno de los grandes regalos de la vida: tener buenos amigos".

Vidlaková ha recordado a los maestros y a los rabinos que les enseñaron a celebrar en condiciones complejas las fiestas judías. Por la mañana, tenían clases a pesar de que "el enemigo nos prohibía aprender, y por eso queríamos aprender. Cuando terminamos la guerra pude pasar a cuarto de Primaria. Los maestros arriesgaban su vida con estas clases clandestinas. Mi madre también se convirtió en mi maestra. Las clases por las mañanas eran muy importantes".

Ha remembrado a Petr Ginz, dentro del grupo de 10 a 15 años. Fundó una revista. "En vez de quejarse, se puso a trabajar y a escribir. La revista refleja cómo se vivía en Terezin y recoge dibujos. Había lo que ahora se llama arteterapia. Nos animaban a que no dibujáramos lo triste, porque hay que tener esperanza. Nos pedían que dibujáramos la vida después de la guerra". Ginz era muy talentoso. Escribió la novela "Una vista desde la prehistoria", que narraba las condiciones sociales de los indígenas de África en el siglo XIX. Tenía 13 años. "Temo que surja algún monstruo peor que el que acabo de describir", había dicho refiriéndose a Hitler. Pintó la llegada del hombre a la Luna. Le dio su clase la madre de Michaela. Con 16 años, le llevaron a la cámara de gas de Auschwitz.

En Terezin, tenían acceso al arte e incluso se organizó una ópera infantil porque una comisión de Cruz Roja Internacional visitó este "campo de muestra" para que vieran lo bien que trataban los nazis a los judíos. "Crearon un pabellón musical. Querían que se viera que el arte era accesible, el día que llegó la comisión había un café y llenaron uno de los comercios con mercancías de toda clase, imprimieron dinero como si pudiéramos comprar algo. Prepararon una broma propagandística para la comisión y la comisión se lo creyó y escribió un informe de que los judíos estaban siendo tratados bien". Algo que distaba de la realidad.

Petr Ginz con 13 años: "Temo que surja algún monstruo peor que el que acabo de describir". A los 16 fue gaseado en Auschwitz

Escarlatina, sarampión y fiebre tifoidea asediaron a Michaela una noche. "Sólo tenían los tratamientos más primitivos. Les dijeron a las enfermeras que me envolvieran en mantas frías y mojadas varias veces al día. Con la fiebre tifoidea me pusieron a dieta, pero era lo que normalmente comía. Los tres primeros días sólo me daban agua, y luego sopa que era agua con un poco de fideos. Esa era mi nutrición". También padeció hepatitis y una inflamación de corazón. Pasó un año en el hospital en que no podía estar con sus padres. Les veía por la ventana y les escribía cartas. Ha leído esta mañana una. Emocionada. Tenía 6 años. "Hay solamente un error de gramática", ha apostillado.

Tras salir del hospital, ya no existía el edificio anterior, y pasó a vivir con su madre en un lugar habilitado por su padre. "No había calefacción, pero había una ventaja: como hacía bastante frío, no había pulgas". Iba al hogar infantil pero dormía con su mamá. Había desarrollado un carácter solidario y, cuando una anciana le pedía su sopa, se la entregaba porque le recordaba a sus abuelos.

El otoño de 1944, les llegaban noticias de que la guerra se estaba acabando y de que sólo había un campo de exterminio: Auschwitz-Bikernau. Llegó una orden de transporte y su padre estaba incluido. Prohibió a Michaela y su madre ir juntos. El viento nocturno rompió el techo de una casa de Terezin donde se organizaba la producción para el ejército alemán. Su progenitor se presentó voluntario con otros dos hombres y trabajaron en el tejado. Ese tren fue enviado a Auschwitz y el viento salvó la vida de su padre, y la familia quedó junta en Terezin. Ya no recibió Auschwitz más transportes.

Llegaron en 1945 judíos esqueléticos, que dieron infinita pena a Vidláková, muchos murieron de fiebre tifoidea. Vino el ejército rojo, los saludaron como liberadores, la guerra terminaba y ellos tres tenían una felicidad infinita por haber sobrevivido.

Familiares de Michaela y amigos que no sobrevivieron al Holocausto
Familiares de Michaela y amigos que no sobrevivieron al Holocausto

Sin embargo, recordaban a quienes no habían disfrutado de esta suerte, su abuela, su abuelo, su tío, muchos de sus amigos que sufrieron muchísimo en los viajes a los campos de exterminio en vagones donde no se podía respirar. No sabían que un miembro de las SS los iba a enviar a morir y sólo algunos iban a salvarse por un tiempo corto. El engaño de la ducha que, en realidad, era una sala donde en lugar de agua caía polvo con químicos y un gas venenoso. La última respiración. "En unos momentos había muerto niños, adultos, personas mayores. Les quitaban dientes de oro y les cortaban el pelo a los mujeres". Gafas amontonadas a miles, pares de zapatos... el rastro de los crematorios. "Esto fue el holocausto real. Por eso digo que soy un caso atípico, porque sobreviví, me escapé de ese destino".

Un emocionado aplauso ha cerrado la clarividente exposición de Michaela antes de un turno de preguntas: "No vais a tener muchas oportunidades ya de preguntar a una persona como yo", en referencia a su edad.

EL RÉGIMEN COMUNISTA

Volvieron a Praga y recibieron un piso en una casa moderna con su calefacción central, más pequeña que la anterior pero con muchas comodidades. "Era un lujo para nosotros. Esperábamos a ver si alguien iba a volver, pero nadie volvió".

En 1948, llegó el régimen comunista, "otro totalitario. Y nosotros intentamos en 1953 escapar de este régimen por vía ilegal porque por la legal era imposible. Un hombre nos iba a ayudar a cruzar la frontera, pero trabajaba para los comunistas y en la frontera nos detuvieron. Tenía dieciséis años, me pusieron las esposas y me metieron a la cárcel. Murió Stalin y el primer presidente comunista checo, y el sucesor decretó una amnistía general". Tras año y medio, retornó a Praga, le habían expulsado del Liceo, pero pudo estudiar y el 17 de noviembre de 1989, "cuando finalmente ganamos la libertad de nuevo, viví para ver esa alegría, lamentablemente mis padres no. Por eso entiendo lo que es la libertad y por eso la aprecio tanto".

JESÚS INGLADA

El presidente del IECHT, Jesús Inglada, ha acudido tras la conferencia de Vidláková al viejo adagio español "de bien nacidos es ser agradecidos", para expresar su gratitud a todos los supervivientes con los que se han reunido a lo largo de todos estos años. Ha enumerado a varios de ellos, con especial alusión a Karolina Radil y su hijo (nietos del científico también represaliado Tomás Radil), Hana Hnatová, que también sobrevivió a cuatro campos de exterminio como Helga Weissová.

Agradecimiento al Instituto Cervantes en Praga, en el que se ha apoyado la iniciativa oscense desde 2014-15 para irradiar a la práctica totalidad de los campos de concentración. El proyecto "se ha integrado desde hace muy pocos años en el IECHT". "Como acaba de decir Michaela, este pueblo ha sufrido el totalitarismo nazi del 39 al 45 y el de raíz soviética desde el golpe de estado de 1948 hasta la revolución de terciopelo de 1989". De ahí su objetivo de divulgar ambos totalitarismos.

"Este pueblo ha sufrido el totalitarismo nazi del 39 al 45 y el de raíz soviética desde el golpe de estado de 1948 hasta la revolución de terciopelo de 1989"

Y reconocimiento a la representante del Museo Judío de Praga, Susana Paulosca, de la Cámara Oficial de España, Verónica Machacová, a la delegación de Huesca representada por Iván Rodríguez, teniente de alcalde, y la edil Belén Almudévar, y al artista oscense de ascendencia asturiana Julio Luzán, que ha creado a raíz de un dibujo de Helga Weissová una escultura sobre la imposibilidad de escapar de Terezin. También a Roberto Dieste, miembro del IECHT, que ha traído el trofeo para arropar a las supervivientes. Y a Alicia Poyo, Luisa Estacho, Pedro Ibaibarriaga y su esposa Tere que han servido como monitores de los adolescentes que han participado en las jornadas.

Jesús Inglada considera un privilegio participar en "esta aventura que es el Holocausto. Aquí hemos aprendido las mejores lecciones de humanidad, ética, sacrificio, generosidad, de compromiso con la dignidad humana que, desde el año 2014-15, nos han regalado de forma altruista todos estos supervivientes".

Jesús Inglada durante su intervención
Jesús Inglada durante su intervención

Ha enumerado a Helga Weissová, Hana Hnatová Lustigová (ambas supervivientes de los mismos cuatro campos de concentración), Tomás Radil, Dagmar Lieblová (vino dos veces a Huesca), Michaela Vidláková, María Dorezalova, Karol Tendera, Jiri Fischer (gemelo checo superviviente del doctor Mengele), Rena Rach, Sofía Racicovka, la familia católica de Anna Hackl e Irena Fischer Monteagudo, "símbolo de la unión y lazos de amistad entre España y la República Checa". Y el alma mater del proyecto, Carlos Pérez Vázquez, que, trasladado por la docencia a Oviedo, sigue participando.

Ha concluido Jesús Inglada con un poema de Tycho Brahe para definir a los supervivientes como "seres copernicanos" a través de los cuales llegamos "al aprendizaje en la ternura" porque "iluminan la mustia sombra de nuestra existencia". Para nosotros, ellos "tienen que ser las luminarias que marquen nuestro recto camino".

Iván Rodríguez, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Huesca, ha agradecido el valioso testimonio de su vida, su sufrimiento y su sacrificio a los supervivientes. Se ha referido a los totalitarismos "que han sido tan destructivos en la historia de Europa". "Necesitamos personas que cuenten los peligros de la intolerancia, de la xenofobia, del odio por razón de raza, religión, pensamiento, por ser o sentirse diferente del otro".

Belén Almudévar, que participó en ediciones pasadas como alumna, ha estimado que el viaje que han emprendido los jóvenes no sólo es geográfico, sino que también "es un viaje al corazón de uno de los capítulos más oscuros de la historia de la humanidad. La educación sobre los totalitarismos y sus consecuencias como el Holocausto o el Gulag es fundamental para entender cómo y por qué sucedieron estos terribles acontecimientos". Al estudiar el Holocausto, además de honrar la memoria de las víctimas, "también nos armamos con el conocimiento necesario para prevenir que tales horrores vuelvan a suceder".

Los supervivientes, ha añadido, son la muestra de la "crueldad humana" pero también de la resistencia para la esperanza, y ha parafraseado a Ana Frank: es "maravilloso que nadie tenga que esperar a mejorar el mundo". "Vosotros tenéis el poder de ser este cambio, los guardianes de la memoria y los defensores de la democracia. Gracias por vuestro compromiso".

Verónica Machacová ha considerado que la vida de Michaela Vidláková es increíble. "Es muy importante conocer la historia" y aprender de ella.

Carlos Pérez en la clausura
Carlos Pérez en la clausura

Ha cerrado el acto Carlos Pérez recordando que 1.186 jóvenes oscenses consecutivamente han participado en un programa cuyo objetivo "es la defensa de los valores humanos y la democracia, porque la democracia se gana cada día en cada uno de nosotros, en nuestros trabajos, nuestros quehaceres diarios y nuestra forma de entender el mundo. Compartir y construir. Lo contrario nos llevaría a ese caos donde vivieron Michaela y todos los supervivientes con los que hemos estado estos años".

Ha explicado los premios que se van a entregar en el II Foro Internacional Democracia y Totalitarismos, con ese icono de la mariposa detrás de la alambrada de Helga Weissová interpretado por Julio Luzán. Esta mañana, se han otorgado cuatro. A la memoria de Hana Hnatová, ha recogido el trofeo su hija. A la de Tomas Radil, lo ha recibido Karolina Radilová, su hija. En nombre del Instituto Cervantes en Praga, ha obtenido esta obra de arte Petra Skládalová. Y, finalmente, con todo el cariño de todos, el teniente de alcalde Iván Rodríguez ha entregado tan simbólico obsequio a Michaela Vidláková.

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