Pilar Nasarre y La Tribu de los Locos: "Cuesta entender que los partidos nacionalistas gocen de tan buena fama y salud"

La escritora oscense reflexiona en su novela sobre la familia, las políticas identitarias, la salud mental y otros temas de actualidad

02 de Junio de 2024
Pilar Nasarre ha publicado una nueva novela, "La Tribu de los Locos".

"La Tribu de los Locos" es la novela más reciente de la oscense Pilar Nasarre, un libro donde la autora reflexiona sobre la esencia de las raíces y la identidad, y e la que destaca la vital importancia de los vínculos en nuestras vidas. Desde la familia hasta la conexión con nuestras ciudades, la obra explora cómo estas relaciones moldean nuestra salud mental en una sociedad marcada por la soledad y el individualismo.

Críticamente, aborda también el nacionalismo exacerbado y la fragilidad de la convivencia en contextos políticos como el procés en Cataluña. A través de los protagonistas, Ana y Matías, la novela propone una 'tribu' nueva, la de los 'locos', como unión frente a la división, promoviendo la fraternidad y la esperanza de una humanidad común.

Con una mirada sincera hacia temas contemporáneos, este libro se erige como un homenaje a las relaciones profundas y a la búsqueda de un sentido de pertenencia en un mundo cada vez más fragmentado.

La tribu de los locos es una reflexión sobre la importancia de las raíces y la identidad, ¿qué relevancia tienen para usted los vínculos, cómo le han marcado y en qué le ayudan?

Los vínculos nos marcan a todos. Son el núcleo de nuestra biografía y de ellos depende en buena medida nuestra salud mental. Todos necesitamos pertenecer a algo, a alguien.  Quien no ama ni es amado quizás no sufra, pero acaba enfermando.  

En su opinión, ¿cómo ha evolucionado el papel de la familia en la sociedad actual y qué cambios son más significativos en comparación con generaciones anteriores?

Hoy se habla de "relaciones líquidas", en el sentido de efímeras, carentes de compromiso. Aumentan las personas solitarias y las separaciones, lo que afecta necesariamente a esa imagen sólida de la familia. Además, vivimos una época de hiperconsumo donde ser feliz se nos impone como la meta fundamental, casi un acto egoísta, lo que nos hace frágiles, incapaces de enfrentarnos al sufrimiento y la frustración. Decía Dylan hace mucho que los tiempos están cambiando: siempre lo hacen; pero nosotros también tenemos que cambiar, humana y moralmente, de lo contrario no hay progreso posible.

Usted critica el nacionalismo exacerbado y excluyente. ¿Cómo se llegó hasta el procés y cuál cree que es su impacto en la sociedad española actual?

Somos seres gregarios. Y hacedores de relatos. Nos cuentan y nos contamos la realidad. No es difícil imaginar cómo se puede llegar a persuadir a un grupo humano de que es diferente, a inculcarle la creencia, en definitiva, de que es mejor que los otros. Son relatos identitarios que, utilizando las peculiaridades propias o la memoria mítica de un pasado agraviado que no tiene fecha de caducidad, a menudo se elaboran para justificar determinados intereses insolidarios o la simple ansía de poder. Y si cuajan es porque unen emocionalmente, de un modo tribal y, en cierto modo, animal y autoprotector. Los nuestros y los otros, los diferentes, que son el adversario. Lo que más cuesta entender es que estos sentimientos se viertan en un programa político y que los partidos nacionalistas gocen de tan buena fama y salud.

¿Cómo le afectó personalment?

Viví y padecí el procés en Cataluña. Fue duró comprobar la fragilidad de la convivencia y cómo la toxicidad de estos sentimientos e ideas provocaron, y siguen provocando, división, rechazo, a veces miedo.

En el libro, al hilo de lo mencionado seguramente, brinda usted un homenaje a Madrid y Barcelona, en este momento de confrontación política y no sé hasta qué punto ciudadana. 

Sí, hay algo de homenaje sentido a Madrid y Barcelona, las dos ciudades donde transcurre el relato y que se hermanan en él. En ambas hay gente muy querida por mí y llevo a las dos en el corazón.

¿Entiende o comparte la relación del Gobierno con Puigdemont? ¿Qué consecuencias puede tener?

Un partido que se proclama progresista y de izquierdas no debería coquetear con el nacionalismo, ni blanquearlo. No me parece justificable claudicar de los propios principios para obtener o mantener el poder. El fin no justifica los medios

Ana y Matías son personajes muy diferentes pero logran una conexión profunda, ¿simbolizan algo más allá de ser los protagonistas de la historia?

Toda la gama de las conductas humanas está presente en cualquier ciudad, ya sea Barcelona o Madrid. Todos estamos hechos de la misma materia. Dicho esto, en mi novela, he recurrido un poco al tópico y Matías, funcionario, un hombre de orden, solitario, encarna la ciudad de Madrid, y Ana, seductora, alocada y cambiante, la de Barcelona. Son los dos polos opuestos de un problema que a ambos les provoca ansiedad: los vínculos. Matías por defecto y Ana por exceso. Son distintos y son únicos, como cada uno de nosotros. Lo que me propuse es juntarlos, complementarlos.

Pilar Nasarre critica los "intereses insolidarios y las ansias de poder".

En su novela, aborda la soledad y la salud mental, temas muy relevantes hoy en día. ¿Qué diagnóstico hace?

Vivimos en una sociedad individualista que genera  expectativas que pueden provocar frustración, por lo que no es descartable que se resienta nuestra salud mental, aunque también es cierto que ahora se le da mucha más importancia a estos temas que antes. En la novela me he centrado en la familia, porque es el nido donde crecemos y son los vínculos más hondos. Precisamente, lo poderoso de estos lazos hace que se puedan dar situaciones enfermizas, a menudo, por falta de afecto. 

El título La tribu de los locos es muy sugerente. ¿Podría explicarnos cómo llegó hasta él?

Partía del rechazo hacia las políticas identitarias y la reagrupación tribal que conllevan. Mis dos personajes principales padecen ansiedad y se redimen queríéndose en un ambiente tóxico y divisivo, el procés. Es Ana quien plantea crear una "tribu" nueva, la de los "locos", la de la gente enferma, la de los solitarios, la de los que en realidad no encajan en ninguna otra tribu. Y fomentar entre todos la unión, la fraternidad, la esperanza de una humanidad común. Y Matías, que gracias a ella está experimentando el efecto sanador del amor, se sumará a su “alocado" proyecto. Esta novela habla, entre otras cosas, de lo que nos une: una historia compartida que se pierde en el tiempo, una trama de antepasados y afectos.

¿Qué importancia tiene para usted este libro en su trayectoria literaria?

No lo sé. Cada vez que empiezo una novela quiero que sea mejor y distinta a la anterior. Tener esa ambición o ese deseo no tiene nada que ver con lograrlo. Esa valoración se la dejo a los lectores. 

¿Cómo es su relación actual con Huesca y qué imagen le transmite la ciudad y su provincia en la distancia?

Huesca es mi nido. Me emociona cómo huele a albahaca el 10 de agosto, las calles de mi infancia y el perfil de la ciudad y de la sierra a lo lejos. Compruebo que en la actualidad es una ciudad hermosa, cuidada, con calles peatonales y un parque que guarda las Pajaritas de Ramón Acín y la Casita de Blancanieves. 

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