Rogelio Santolaria (Huesca, 1957) ha vuelto a alzarse con un premio en el Concurso de Pintura y Escultura "Trazos de Igualdad" que organiza Cermi Aragón. En esta ocasión, ha conseguido el primer premio de escultura y ha quedado finalista en el de pintura.
El fallo del jurado le ha llenado, por un lado, de "sorpresa", porque no se lo esperaba, y por otro, de "alegría", porque profesa a este certamen un cariño especial, puesto que tiene como propósito dar visibilidad a las personas con alguna discapacidad; en su caso, auditiva.
Rogelio Santolaria se presentó por la Asociación de Hipoacusicos San Francisco de Sales. "Para mi es muy emocionante", señala y agrega que las iniciativas que fomentan la inclusión y desafían estereotipos son muy necesarias. Además, "todos los años se presentan piezas que son verdaderas obras de arte".
La pieza ganadora es una estrella mudéjar, inspirada en las que observaba mientras viajaba por la autovía hacia Teruel. Después de cocer las figuras de arcilla en el horno de Ana Losfablos, inicia un proceso de envejecimiento mediante capas de óleo.
Con este son ya cinco los reconocimientos obtenidos -tres de pintura y dos de escultura-, que tienen como recompensa un viaje a Bruselas. Detalla que el último galardón fue en la categoría de escultura, mientras que en pintura quedó finalista. A lo largo de los años, ha obtenido tres veces el primer premio en pintura y dos veces en escultura, además de varias menciones como finalista.
CONCURSO DE BELSUÉ
Rogelio Santolaria comenzó a pintar de manera casual en 2016. Cuando trabajaba como chófer en Arcadia-Fundación Agustín Serrate, llevaba a Belsué a los usuarios que participaban en el Concurso de Pintura Rápida, que, poco a poco, le fueron animando a que cogiera los pinceles y que se sumara a la actividad, y así lo hizo en la sexta edición.
Bromeaba con ellos porque no ganaba ningún premio, hasta que en una edición le sorprendieron con un accésit. "Me hizo mucha ilusión, porque Belsué es el pueblo de mi padre", comenta, y ya no ha abandonado nunca esta afición.
Santolaría no pertenece a ningún grupo artístico, aunque comparte experiencias y momentos creativos en el estudio de Faustino Belenguer con Gonzalo Alfaro, Antonio Cuenca, Ana Losfablos y María José Lloro, y mantiene una excelente relación con Marisa Torres y María Jesús Olivan, del Grupo La Pataquera.
El taller, ubicado en la calle Sancho Abarca, se ha convertido en un agradable lugar para la creación artística y como espacio de reunión, desde donde colaboran en eventos como las fiestas del Casco Viejo.
El estilo de Rogelio Santolaria no es fácil de definir, no se adhiere a ninguno específico, asegura que se deja llevar por sus impulsos creativos del momento. La pintura y también la escultura le ayudan a relajarse, a distraerse y a establecer una serie de rutinas. Pinta para evadirse y dedicar tiempo a algo que disfruta y que le aleja temporalmente de las preocupaciones diarias.