San Lucas y Federico Balaguer que lloraba a Huesca, un estímulo para recuperar la Universidad Sertoriana

Imponente acto conmemorativo de la festividad de apertura de curso promovido por Studiosi y el Ayuntamiento en el Colegio de Santiago

19 de Octubre de 2024
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San Lucas y la memoria de la Universidad Sertoriana de Huesca

El tributo a Federico Balaguer, el sabio "al que le dolía Huesca" y "lloraba a Huesca", protagonizó la ceremonia de San Lucas, festividad de apertura del curso en la Universidad de Huesca promovido por Studiosi pro Universitate de Huesca y el Ayuntamiento de Huesca en el Colegio Imperial de Santiago. Un homenaje, como era preceptivo en la apertura universitaria, y un estímulo para recuperar los años perdidos desde aquel 1845 de su desaparición. Una rebeldía intelectual para que "nuestro derecho y obligación de seguir luchando por la recuperación de este legado, orgullo y seña de nuestra identidad que hizo de Huesca ilustre ciudad universitaria desde 1354", como expresó en su Lección Magistral la profesora Laura Alins.

La alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, ha explicado en la apertura la riqueza cultural de la Huesca del pasado que se proyecta en el presente y se trasladará al futuro con una gran variedad de las manifestaciones como las que actualmente disfruta la ciudad con el Spin Festival o la inminente Feria del Dulce, además de otras inmemoriales como el Tota Pulchra. Tras su reflexión, se ha concentrado en la esencia de la Universidad Sertoriana con la creación en 1354. "Este legado de saber ha llegado a nuestros días aunque desgraciadamente nuestra universidad fuera injustamente suprimida".

Ha definido como "iniciativa de extraordinaria labor" la de Studiosi pro Universitate Sertoriana. "Vuestro trabajo nos obliga a persistir en el objetivo de que el patrimonio material e inmaterial de nuestra ciudad y nuestra historia sean elementos fundamentales que mantener y representen un orgullo de identidad de nuestra ciudad". Ha valorado el rigor y "el amor a la verdad que exige espíritu crítico, abierto, tolerante y con amplias miras que tiene que ser universal".

Ha celebrado la primer edil esta festividad de San Lucas, patrono de la Universidad, y ha recordado el cuadro de Goya que se expone en el Museo y que fue encargado por la Sertoriana, además de poner en valor el Colegio Imperial de Santiago, "uno de los más significativos de una época de siglos".

POR DON FEDERICO

Bizén d'o Río, vicepresidente de Studiosi, cumpliendo el antiguo protocolo durante 500 años en que se hacía memoria de alumnos profesores y personas vinculadas a la tradición cultural de la Sertoriana, ha realizado un homenaje a Federico Balaguer Sánchez.

Con una fotografía presente de don Federico, ha glosado su figura emergida el 28 de diciembre de 1912 en la "Sertoriana ciudad de Osca". Peculiar fecha por la que su amigo Damián Peñart sostenía que estaba predestinado a ser "espíritu puro".

La espléndida semblanza de Bizén d'o Río arranca por sus estudios de Filosofía y Letras en Zaragoza, su relación con el profesor y jurista Juan Moneva y su tesis doctoral sobre los esponsales y capitulaciones de Doña Petronila con el Conde de Barcelona. Se inició como profesor en el Instituto Ramón y Cajal, y sucesivamente asumió responsabilidades como las de Archivero del Ayuntamiento oscense, consejero, fundador y secretario de Instituto de Estudios Oscenses, consejero de la Societé des Sciencies, Letres et Arts de Pau, Cronista Oficial de la Ciudad de Huesca desde 1955, y miembro de las reales academias de la Historia, de San Luis y de Bellas Artes.

Premios como el Aragón de Historia o el Altoaragonés del Año en 1973, además de Hijo Predilecto de Huesca desde 1997 en medio de una intensa vida de trabajo como medievalista destacado y sobre el arte medieval, el gótico y los médicos artífices aragoneses. El estudio "Serrablo un topónimo en expansión abrió territorio y arte a Durán Gudiol, José Cardús, Domingo Buesa, Julio Gavín, Antonio García Omedes y otros muchos.

El exhaustivo recorrido de Bizén d'o Río llevó por los estudios sobre el mundo árabe e islámico, por su pasión por Pedro Alfonso (Moseh Sefardí) la fundación del Centro de Estudios Judeo Cristianos y en 1976 del Instituto de Estudios Sijenenses Miguel Servet. Remembraba la conmemoración del IX Centenario de Huesca al reino de Aragón con un congreso de sociedades medievales en transición en el que Buesa afirmó que el medievalismo tiene nombre propio, el de Federico Balaguer.

Dedicó Balaguer Sánchez su vida a la investigación y a la creación de conciencia sobre regadíos, el Canal de la Hoya, el Canfranc y las comunicaciones, mientras se resistía al olvido de la Universidad Sertoriana demandando el retorno a la capital de las enseñanzas universitarias incluso recogiendo firmas y con la propuesta de la denominación Joaquín Costa por su adhesión al concepto de Escuela y Despensa.

Invadido por la emoción, Bizén d'o Río traía hasta el Colegio Santiago la tarde del 6 de junio del 2001 y aquella postrera orden: "Pase lo que pase esta noche, que pasará, tú mañana al juzgado apoyando a Daniel Calasanz con lo de Jara". Río Martínez cumplió el encargo. En el final del recuerdo, la donación de un millar monedas de Huesca, íberas, romanas y musulmanas, aragonesas de los Austrias, fruto de su afán coleccionista.

LA TERCERA EN LONGEVIDAD

Pablo Cuevas, presidente de Studiosi, dejaba un dato significativo en la recuperación permanente de la universidad oscense. "Después de 175 años que ya no está la Sertoriana, impresiona mucho que tiene todavía más vida universitaria que la mayor parte de las españolas. Sólo detras de la de Salamanca y la de Valladolid, la que más años de San Lucas y estudios universitarios tiene es la de Huesca".

Ha revelado la programación de Studiosi hasta Navidad, que comienza por la representación este próximo lunes 21 del Aula de Teatro y Poesía Leída de la obra inédita Loa, escrita por una monja carmelita descalza en la segunda mitad del siglo XVII. "Nunca se había representado fuera del convento. Le hemos querido poner música porque demuestra la fuerza del Siglo de Oro español y particularmente en Huesca".

Fruto de la investigación, se van a presentar tres libros próximamente. Uno de Antonio Naval, "Huesca, la ciudad desamortizada". Otro de Paco Bartol sobre el litigio entre Huesca y Zaragoza por la ruptura de esta última universidad de la exclusividad decretada por Pedro IV en Alcañiz para la oscense. Y el patrocinado por el Ayuntamiento, el IEA, Catedral con participación de profesores de 10 universidades distintas, editado por la Universidad Autónoma de México (la 20 en prestigio internacional), lo que demuestra "la repercusión universitaria y científica" de la Sertoriana.

Turísticamente, promoverá Studiosi rutas como la de los elementos sertorianos que protagonizarán el propio Cuevas, Sergio Paúl y Mariano Rodríguez, la de Ramón y Cajal que vivió seis años en Huesca, y un espacio importantísimo como el Claustro de la Universidad de Huesca en el Instituto Ramón y Cajal, que es todo el programa pictórico de la Universidad de Huesca.

Posteriormente a esta primera etapa de San Lucas a Navidad, están trabajando "de Navidad a Resurrección y de Resurrección a San Juan Bautista" con la Escuela de Restauración para que la herencia de la Universidad de Huesca sea Bien de Interés Cultural, igual que lo es el Tota Pulchra. "Ahí es un conjunto en que entra cultura, arquitectura, arte y paisaje, rincones que todavía quedan y hay que preservar".

Ha concluido que la finalidad de Studiosi es "recuperar la historia y la memoria de la Universidad de Huesca, porque así seremos más fieles a lo que fue el pasado universitario de Aragón, que fue más rico de lo que parece hoy en día. La Universidad de Aragón tuvo dos raíces muy importantes, lo que le da una potencia más grande. Y esas raíces, con la de Huesca, que era la más antigua y seguramente la más prestigiosa, y la de Zaragoza". Además, otros espacios como la ciudad de Alcañiz, que fue en 1354 el lugar donde se fundó la Universidad de Huesca. Como muestra de su arraigo puntero en el humanismo, el Instituto de Estudios Humanísticos está ayudando a la Sertoriana.

LA LECCIÓN MAGISTRAL DE LAURA ALINS

La profesora Laura Alins, otro de los grandes valores de Studiosi, ha pronunciado la Lección Magistral de San Lucas recordando a Federico Balaguer, al que conoció en los 80 y cuya figura valoró en su justa medida como "protector de la Universidad de Huesca". La verdadera finalidad de su acción y sus saberes fue el progreso de la provincia. Lo definió como un "archivo que respiraba y andaba" abierto a ofrecer a los estudiosos cuanto atesoraba de sabiduría.

Un cronista apasionado de los hechos más trascendentes de su patria chica, y también de los más sencillos. "Supo reseñar casi todo lo importante ocurrido en Huesca prácticamente hasta su muerte". Rememoró Laura Alins la tertulia en su trastienda en la calle Villahermosa, acompañado de su gato, y el tema siempre era Huesca. Con él, Bizén d'o Río, "un polígrafo al servicio de Huesca", el magistrado Cecilio Serena, el farmacéutico José Antonio Llanas Almudébar. el doctor José Cardús Llanas, Ignacio Almudévar que fue alcalde de Siétamo, los hermanos Joaquín y Luis Lafarga, especialista el primero en heráldica vaticana y segundo director del Ramón y Cajal, y Pedro Lafuente Pardina que fue la voz de las costumbres del Alto Aragón...

"A Federico Balaguer le dolía Huesca" y la falta de interés por su patrimonio cultural y sus posibilidades industriales, turísticas, agrarias, de los regadíos... Rechazó la Cruz de Alfonso X el Sabio porque, "mientras hubiera un agricultor que no pudiera regar, no quería ninguna condecoración". "Lloraba a Huesca y denunciaba el desparpajo con el que erea ninguneaba y poco reconocida y promocionada por sus herederos. Era la única voz que clamaba en el desierto, en palabras de Bizén".

Ignacio Almudévar Zamora trajo a la actualidad cuando falleció un viejo artículo de Federico Balaguer titulado "Gigantes de Huesca": "Se dice que los aragoneses somos Gigantes y Cabezudos... Quizás el aragonés en general sea así, pero, ¿y los oscenses? Dudo mucho que se nos pueda aplicar esta expresión, al menos en la manera de actuar colectivamente. A veces, en lugar de dedicarnos a empresas que hagan grande a Huesca, nos entretenemos con pequeños problemas y, con frecuencia, la inconstancia y no la tenacidad predomina en nuestra conducta ciudadana".

La conferenciante reflexionaba sobre estos problemas y la afección a una gran empresa como la Universidad Sertoriana. "Federico Balaguer me transmitió el cariño por Huesca y su egregia Universidad que tanto reivindicó, pues nunca cejó en su empeño por la recuperación de los estudios universitarios".

Lamentaba Laura Alins el desconocimiento y por eso se adentró en la investigación. Refirió a Francisco Diego de Aynsa, el padre Ramón de Huesca o Ricardo del Arco en distintas épocas, aludía al marco histórico definido por Balaguer o Durán, y a la primera tesis de Laureano Menéndez  y luego la de José Arlegui, además de Gracia Vicién sobre las rentas de los estudiantes de la Universidad, a las que se añadió la tesis de José María Lahoz sobre Leyes y Cánones, con una base de datos de 40.000 estudiantes y profesores. Finalmente, el estudio de Macario Olivera: La Universidad de Huesca, entre la memoria y el futuro.

Alins comenzó a estudiar en los ochenta los últimos años de la Universidad llevada por el interés en conocer las verdaderas causas de su supresión. Valoró el papel de Pablo Cuevas y los miembros de Studiosi, como Sergio Paúl con el que el presidente editó Examen de Ingenio para las Ciencias de Juan Huarte de San Juan, o la recuperación del Claustro de la Universidad en el Ramón y Cajal.

La profesora dimensionó el extraordinario trabajo de Cuevas y la asociación, en la que ha enrolado grandes investigadores como "Bizén d'o Río, Paco Bartol, Antonio Naval, Macario Olivera, Sergio Paúl, Rosa Marina, Antonia Buisán, José Luis Pueyo, Mariano Rodríguez, Javier García Antón, personas que han contribuido a este fin con conferencias y artículos periodísticos publicados regularmente en EL DIARIO DE HUESCA". Studiosi, respaldada por el Ayuntamiento, está obteniendo un gran reconocimiento en la ciudad. Es "reconfortante que hayan salido a la luz los dos volúmenes de la colección Palmirenus bajo la coordinación de Pablo Cuevas, en los que se recopila la historia de la institución" y se abren nuevas líneas de investigación.

LA SUPRESIÓN DE LA UNIVERSIDAD

Con sentimiento de esperanza y optimismo por el creciente interés oscense por descubrir "su gloriosa universidad" e iniciar una nueva etapa historica, se adentró a la supresión de la universidad y los argumentos básicamente económicos, que "no son suficientes".

Los siglos XVI y XVII fueron de esplendor de la Sertoriana. En el XVIII, la universidad española en general sufrió un cierto decaimiento, pero la de Huesca se mantuvo en un digno nivel entre las más grandes de España. En 1795 tenía 25 cátedras de propiedad, 3 extraordinarias de Medicina... Once españolas tenían menor número y sólo siete una cifra mayor. Matriculaba a 450 alumnos.

En el XIX, la situación económica empeoró. La pérdida de rentas fue generalizada, sobre todo desde 1830. Siete años después, entra de lleno la ciudad en la guerra civil carlista, pierde el diezmo que era su principal fuente de ingresos por las desamortizaciones... Sin embargo, en 1841, "había iniciado una leve y esperanzada recuperación que no fue contemplada desde la administración".

La reforma Pidal de las universidades en 1845, que suprimió la de Huesca, despojó de sus bienes a todas las universidades y los centralizó en la Dirección General de Instrucción Pública, con lo que el Estado se obligó a sostener la enseñanza. "A la Universidad de Huesca no se le dio esta oportunidad".

En 1845, la Sertoriana contaba con un volumen considerable de alumnos, catedráticos y cátedras. En los dos últimos años de vida, tuvo matriculados 308 y 309 alumnos, muchos de Cataluña, navarros, de Cinco Villas, de Barbastro. La de Salamanca tenía 642 y Zaragoza 765.

De 1800 a 845 se concedieron 2.505 grados académicos, 70 en el año en que se suprimió. Modernizó los órganos y modificó los textos de acuerdo con los planes de estudio, como el de las leyes patrias del Derecho Aragonés. "La decisión del cierre fue más bien de carácter político" y del concepto napoleónico y centralizador de grandes universidades e impersonales. Esta deriva propició los planes Caballero de 1807 que suprime once universidades, y se salva Huesca. El 1836 y 1842 desaparecen Alcalá y Cervera. El Plan Calomarde de 1824 pierde la facultad de Medicina. Y el de Pidal de 1845 suprime Huesca, San Cristóbal de la Laguna y Toledo, y quedaron sólo diez en las ciudades más grandes.

"Las consecuencias de la supresión fueron calamitosas. La vida cultural de la ciudad que, desde siglos, había girado en torno a la Universidad, sufrió un daño irreparable. En Huesca, quedó un gran vacío. La universidad era el canal, el puente cultural a través del cual llegaban las corrientes de pensamiento que imperaban en la Universidad española", agregaba. "La economía de la ciudad de Huesca sufrió un golpe durísimo". En 1829, la universidad reportaba a la ciudad 800.000 reales.

Tan necesaria era para la provincia que en 1820, cuando se empezaron a huir rumores, Barbastro, Jaca y las Cinco Villas rogaron al Congreso su mantenimiento. Los barbastrenses aducían que en Huesca podían estudiar por quinientos o seiscientos reales por curso, mientras necesitarían cuatro veces para trasladarse a otra universidad.

En 1845, estos estudiantes no pudieron continuar sus estudios universitarios, por cuanto el decreto de supresión fue el 17 de septiembre, con el que se creó el Instituto Literario Oscense o Colegio de Segunda Enseñanza que se transformaría en Instituto Ramón y Cajal. Dejó de existir la Universidad de Huesca el 9 de octubre a las 12 de la mañana en que el rector Sichar entregó la comunicación al gobernador provincial Felipe Nasarre. El primer director de instituto fue Pascual Gonzalvo, catedrático de filosofía de la Universidad. Muchos profesores como el rector Sichar, Claver, Falces, pasaron como profesores a la de Zaragoza.

"La historia de la Universidad oscense es un eslabón más de la historia de Huesca. Quizás no el más importante o trascendente, pero sí un eslabón necesario para entender mejor nuestro pasado. Esta joya constituye además un pilar clave para la lucha por nuestro futuro universitario. Nos recuerda nuestras indiscutibles y sólidas raíces académicas, y nuestro derecho y obligación de seguir luchando por la recuperación de este legado, orgullo y seña de nuestra identidad que hizo de Huesca ilustre ciudad universitaria desde 1354". El final de Laura Alins. Entre el epitafio y la esperanza.

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