La provincia de Huesca cuenta con cerca de una docena de templos y espacios sacralizados donde se producen diferentes efectos lumínicos, que el naturalista serrablés José Miguel Navarro y su equipo, junto con el realizador Eduardo de la Cruz, llevan investigando, interpretando y documentando desde hace cuatro años, junto con otros lugares de la península.
El fruto de este proyecto inédito es el documental Lux Sacra, dirigido por De la Cruz con su productora Donde van las nubes, se ha proyectado este lunes, a las 20:00, en la Catedral de Huesca, en un acto organizado en colaboración con el Museo Diocesano de Huesca, al que han asistido más de 500 personas.
El audiovisual cuenta con testimonios de astrofísicos, historiadores y arqueólogos de prestigio que refuerzan la teoría de que estos fenómenos fueron diseñados para conseguir unos efectos concretos, de gran elocuencia.
Han intervenido, en una breve presentación, Jesús Pérez, director del Planetario de Aragón, José Ignacio Martínez, delegado del Patrimonio de la Diócesis, José Miguel Navarro, autor de la idea y escritor del libro que acompañará a este documental, y Eduardo de la Cruz.
Este reportaje nos lleva a un fascinante viaje a lo largo de los siglos, explorando el uso de la luz solar en templos y lugares sagrados de la provincia de Huesca. Desde la antigüedad hasta nuestros días, descubrimos cómo las civilizaciones han aprovechado estos fenómenos lumínicos para transmitir mensajes y crear una experiencia espiritual única.
El proyecto, según explica De la Cruz, arrancó hace cuatro años, con el objetivo de narrar cómo se ha utilizado la luz del Sol desde la prehistoria. En ese proceso de búsqueda, se han encontrado con pistas que les daba la gente, relacionadas con iglesias y catedrales. En otras ocasiones, el azar ha jugado a su favor. No obstante, sabían dónde indagar y elegían los momentos que coincidieran con la advocación del templo. "Por ejemplo, en las Cinco Villas, la iglesia de Biota está dedicada a San Miguel y el fenómeno se produce en esas fechas".
La investigación se ha centrado en el Alto Aragón "por cercanía", porque había tanto material y tan dispar, que se vieron obligados a poner fronteras para que el proyecto no se eternizase. "De hecho -recalca De la Cruz-, el documental está terminado, pero nos siguen llamando para contarnos cosas".
El fenómeno más antiguo, aunque no necesariamente el más llamativo, se encuentra en la cuenca del río Vero, porque hay algunas representaciones artísticas de arte esquemático que conducen a las figuras del sol y tiene unos 200.00 años.
"Ahí pusimos el origen, para ir recorriendo distintas civilizaciones y épocas hasta nuestros días, desde el arte esquemático a la época romana. También hay cosas que no hemos encontrado, por ejemplo la civilización íbera, aunque hemos hallado un altar bastante olvidado en la comarca de la Hoya".
En las Cinco Villas, han identificado varios lugares de la época romana con claras orientaciones solares, y también incluyen en el estudio la época visigótica y románica, con exponentes en las iglesias del Serrablo, Loarre, Obarra, Agüero, Chalamera y otras más. "Nos vamos acercando a la precisión que es el gótico, donde ya hay un control absoluto de lo que hace la luz, como puede ser la Catedral de Huesca. Allí hemos documentado cuatro espacios diferentes donde se produce. Todo el mundo se fija en el retablo y en la capilla de la Inmaculada, que son los más preciosistas, pero hay dos más".
La película muestra cómo se utilizaba la luz del sol para iluminar un capitel y anunciar en un mensaje que va a nacer Jesús, o cómo recorre un retablo y va iluminando diferentes figuras que cuentan una historia como un libro abierto. La luz era un mensaje, que se lanzaba a creyentes o no, y ayudaba a interpretar a toda esa gente que no sabía leer.
Eduardo de la Cruz afirma que cada sitio tiene su encanto. "La Catedral de Huesca es un sitio grandioso y espectacular y ahí se luce más el sol como actor, pero hay iglesias muy pequeñitas en la Sierra de Guara, como la de Nasarre, que es una nave o mejor de 12 o 13 metros cuadrados, y se ve perfectamente cómo el sol va buscando el centro del altar".
El realizador destaca que estos fenómenos sólo se dan dos veces al año, en los solsticios y los equinoccios. Cuatro días antes de las jornadas centrales y cuatro después. Fuera de estas fechas, no ocurre.
En la Navidad tiene relación con el nacimiento de Jesús. El sol vuelve a alcanzar a partir de ese día las cotas más altas y ocupa más horas de luz. "Tiene una vinculación del cristianismo con la astrología. Es un juego entre la ciencia y la religión", detalla.
El director de Lux Sacra pone especial énfasis para referirse a la precisión con la que está hecho todo. Las Iglesias del Serrablo están todas orientadas al Este. El astrofísico Alberto Martos, que trabajó para la Nasa y ya está jubilado, escribió también una tesis sobre la orientación de las iglesias del Camino de Santiago. Las construcciones en el románico se acometían con un aparato que empleaban los romanos llamado Groma. "Respecto a los aparatos actuales, sólo existe una desviación de un grado", destaca.
Hace mil años antes la precisión era absoluta. Los maestros constructores conocían muy bien los ciclos solares, vivían en contacto con la naturaleza y la observación, cosa que la civilización actual ha perdido. Esa comunicación les llevaba a controlar y saber el sol, cuándo cosechar, qué plantas poner. De ello dependía un poco su vida.
Este fenómeno que el trabajo de investigación y la película ponen ahora en valor estaba algo olvidado, porque, además de que ahora ya no existe el mismo sentimiento religioso que antes, en los años 70 se colocaron alabastros en iglesias y ermitas para evitar que se metieran los pájaros, pero eso elimina el efecto solar y dejó de observarse. Una película muy interesante, que arroja mucha luz.