El escritor y periodista Sergio del Molino considera que Felipe González es "el gobernante más reformista de toda la historia de España", un político "táctico y muy buen estratega", nada ideológico y que sigue dividiendo a los españoles de forma muy pasional". Con los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) "superó las tragaderas morales de la sociedad española", que entendió que el Gobierno de Felipe González había traspasado una barrera que no debía y el ingreso de España en la OTAN fue "la ruptura fundamental" con buena parte de la ciudadanía.
El escritor y periodista Sergio del Molino realiza en su último libro, Un tal González, un recorrido novelado por la biografía del expresidente y por los cambios sociales y políticos que se produjeron en España, a partir de la Transición y en las décadas siguientes.
La politóloga montisonense Carmen Lumbierres le ha acompañado este miércoles en el Centro Cultural Palacio Villahermosa, donde han dialogado sobre este libro, en un acto enmarcado en la actividad que desarrolla la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
Sergio del Molino ha expllicado que, cuando se planteó realizar una aproximación literaria a la figura de Felipe González, se sorprendió del vacío que encontró. "Hay mucha biografía, literatura periodística, historiográfica, crónicas, pero no existía un libro así. Me extrañó que ningún escritor lo hubiera mordido", ha indicado.
Siguiendo la línea de sus últimos trabajos, centrados en España y su historia reciente, el autor, residente en Zaragoza, consideró que era un buen momento "para empezar dibujar la enormidad de esta figura, la grandeza de la figura de Felipe González asociada al cambio histórico más importante que ha habido en el país".
"Hoy es un personaje que todavía sigue siendo polémico y eso a mí me motiva mucho, que siga vivo y siga dando guerra, y dividiendo a los españoles de forma muy vehemente y muy pasional -ha recalcado-. Eso para mí era un acicate para escribir el libro ahora y no dentro de 30 o 40 años, porque muchas de las cosas que planteo en este retrato literario, cuando hayan pasado varios años de su muerte, serán lugares comunes, formarán parte del consenso de la imagen con la que los españoles le recordarán. Pero hoy no es así, hay mucha gente que no coincide con este relato. Todavía hay mucha división, mucha pelea y eso lo hace más hombre interesante".
Sergio del Molino comenta que los partidos a la izquierda del PSOE y buena parte de los socialistas son quienes reniegan ahora de su legado y le consideran que es "una especie de traidor".
"Hay una ruptura generacional lógica, un deseo de marcar la identidad propia desligándose de lo anterior, y hay un agujero negro enorme con los GAL (agrupaciones parapoliciales que practicaron terrorismo de Estado contra ETA y su entorno), que superó las tragaderas morales de la sociedad española y que nunca ha desaparecido del horizonte. Creo que eso dice cosas muy buenas de la sociedad española, porque hay otros líderes con manchas más grandes y con sombras mucho más oscuras en Europa, que no son recordados ni han generado ese nivel de rechazo. Mucha gente que podría estar en esa beta socialdemócrata, identificándose con él, no puede porque entienden qué pasó una barrera que no debía superarse".
Del Molino no cree que González se haya escorado a la derecha, como se le critica con frecuencia en foros políticos y periodísticos. En cualquier caso, asegura que el personaje que ya no es político ni poderoso, tras dejar en 1997 la secretaría general de su partido le interesa poco. "Hoy posiblemente tenga unas posiciones más conservadoras, pero durante los 14 años que estuvo en el poder yo creo que mantuvo unas posturas bastante consecuentes -ha estimado-. Muchas veces hubo un deseo de verle más izquierdista de lo que realmente fue nunca. Siempre se le han reprochado unas traiciones que no tuvieron lugar, sobre todo con lo de la OTAN, que fue la ruptura fundamental. Hubo muchos motivos para que la gente se sintiera traicionada, pero él no lo veía así. Para él todo era circunstancial. Tenía el objetivo de modernizar España y para conseguirlo, todo alrededor, incluido el Partido Socialista, incluida la tradición ideológica, incluida la chaqueta de pana, todo era coyuntural. Era muy táctico y muy buen estratega, pero no era ideológico y nunca lo fue".
Por ello, estima que pedirle explicaciones "por unas tradiciones que nunca tuvieron lugar porque no estaban en su mente" es elaborar "un retrato un poco infantil" de toda la figura, y agrega que la animadversión qué buena parte de la izquierda siente hoy hacia Felipe González es la misma que le profesaba la derecha cuando gobernaba y antes incluso.
Lo que Sergio del Molino sostiene que hay que reconocerle es que "heredó una democracia muy frágil y muy cuestionada que venía de un golpe de estado y en muy poquito tiempo la convirtió con su gobierno en una democracia equiparable a cualquier nación europea, muy asentada y difícil de cuestionar". Además, afirma que fue "el gobernante más reformista de toda la historia de España y consolidó un cambio que ha sido irreversible".
El Centro Cultural Villahermosa se ha llenado para ver al escritor y entre el público se encontraba el presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Miguel Gracia. El acto ha contado con la colaboración de la librería Anónima.