Tres nabatas realizan un espectacular descenso por el Cinca que muestra el orgullo por esta tradición sobrarbense

Dieciocho nabateros han realizado el recorrido entre Laspuña y Aínsa, algo accidentado para una de las embarcaciones, que ha encallado en varias ocasiones y su tripulantes se han tirado al agua

Periodista
19 de Mayo de 2024
Las nabatas realizan un espectacular descenso por el Cinca.

Con el “honor y orgullo” de rememorar el transporte fluvial de madera que se realizaba por el Cinca, dieciocho miembros de Nabateros de Sobrarbe han realizado el descenso entre Laspuña y Aínsa por el río, que se encontraba en perfectas condiciones, aunque una de las tres naves preparadas ha encallado y sus miembros se han tirado al agua en varias ocasiones.

La sequía hizo que el pasado año el río no estuviera en condiciones para hacer el recorrido sobre las embarcaciones, por lo que este domingo se ha celebrado la 38 edición del descenso con más ganas incluso que las habituales.

Tres naves de dos trampos preparadas con anterioridad esperaban a los 17 nabateros y una nabatera. Han realizado el espectacular descenso, en la nave más accidentada, Paco Sierra, Teté, Víctor Caballero, Félix Buil, José Luis Palomeque y Luis Cánovas; otra ha estado guiada por Javier Garcés, Quiqe, Martín, Alba, Paco Lorite y Weldy; y de la otra nabata eran tripulantes Ángel Sellán, David Mur, Carlos Serra, Óscar Encuentra, Rafa Mainar y Roberto.

La jornada se ha iniciado en Laspuña con la misa nabatera, a la que ha seguido un almuerzo popular al aire libre con jamón, queso y longaniza para todo el que ha acudido, entre ellos un grupo de asturianos que estaban de visita en la zona.

Antes de la salida, se ha realizado el aguado de tres nabatas, con muchas personas acompañando en la orilla, quienes han tenido la oportunidad de subirse en las naves y hacer fotos para el recuerdo con los protagonistas de la jornada.

Pocos minutos después de las 11 horas han partido las embarcaciones para realizar el recorrido de 12 kilómetros hasta el puente de Aínsa, con el río con abundante caudal y en perfectas condiciones, y algo de lluvia. 

Las dos primeras nabatas han llegado sin problemas en el tiempo previsto, y sobre las 12.30 ya eran recibidos por quienes han esperado en la localidad sobrarbense. En la tercera, ha realizado el recorrido con sus compañeros Luis Cánovas, quien ha explicado que han encallado tres o cuatro veces. “Hemos tenido que barrear y nos han ayudado los bomberos del Speis para poder continuar”, ha explicado. En estas circunstancias, “nos hemos tenido que tirar al río y el agua estaba bien fría”, ha comentado. Fnalmente, han llegado al destino sobre las 13 horas.

Transmitiendo el sentir de sus compañeros, Cánovas ha expresado que “es un honor y un orgullo poder participar en el descenso. No hay que olvidar cómo tenían que hacerlo los antiguos nabateros, lo duro que era, y por eso organizados esta fiesta para recordar el oficio y guardar su memoria”, ha apuntado.

Los actos previstos para este 38 descenso de nabatas por el Cinca ha continuado depositando un ramo de flores en el Monumento Nabatero ubicado en el Castillo de Aínsa, seguido de un vermú y una comida de los Nabateros de Sobrarbe, acompañados de familia y amigos.

Se cierra así una edición que este sábado también reunió a cerca de 200 personas en una cena en la carpa instalada en Aínsa, a la que siguió una verbena previa a la jornada principal del descenso de nabatas, reconocido como Bien Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco desde 2022, además de Fiesta de Interés Turístico por el Gobierno de Aragón y Bien de Interés Cultural Inmaterial.

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