Los versos de Susana Díez de la Cortina en el tiempo de las grullas

El paso postnupcial de estas aves nos invita a disfrutar del nuevo poemario de la escritora oscense

09 de Diciembre de 2024
Susana Diez de la Cortina. Foto Antón Castro

En los meses de noviembre y diciembre se produce el "paso postnupcial" o '"la invernada" de las grullas, que migran desde el norte de Europa hasta África en busca de temperaturas más favorables. En Aragón se pueden avistar junto a ornitólogos especialistas en lugares como la laguna de Gallocanta, que el pasado 9 de noviembre organizaba la XXVII Fiesta de las Grullas, con la que cada otoño se da la bienvenida a esta ave, o en la alberca de Alboré, que invita a disfrutar de la invernada de 4.000 grullas. El centro de interpretación de Montmesa abrirá los fines de semana y los días festivos de noviembre y diciembre con actividades de observación de grullas y estrellas y paseos interpretativos.

La oscense Susana Diez de la Cortina, afincada en Madrid, también es experta en viajes migratorios debido a su discurrir vital y al amor que siente por las aves. De la unión de ambos es su poemario que ha titulado Migraciones, editado por Olifante Ediciones de Poesía.

Susana, además de autora de numerosos poemarios, es doctora en Filología, investigadora y profesora de Literatura en la Universidad de Córdoba. Ha trabajado, también, en Educación Secundaria como profesora de Lengua Castellana y Literatura, especializándose en la enseñanza del español como lengua extranjera y creando AulaDiez español online en 2002. Asimismo, es la fundadora de la Tertulia Cultural María Moliner de la Casa de Aragón en Madrid, que coordina desde 2017. Y canta maravillosamente.

Nos hemos acercado a ella para conocer esta última obra poética que sigue la temática de las migraciones, ahora que nos encontramos en el tiempo de las grullas.

¿Qué importancia tiene la migración en su vida?

Considero el movimiento como una característica esencial de la vida, todo lo que está vivo se mueve, cambia de estado, de propiedad o de emplazamiento. La posibilidad de migrar es, para mí, un signo de libertad.

¿Qué pierde y qué gana en cada migración?

Simbólicamente, todo, pero efectivamente, nada. ¿Qué gana o pierde el agua que se evapora y se convierte en nube, el ave que cruza el océano, la luz cuya velocidad nos pasma, la serpiente que muda de camisa, el girasol que busca la luz? Aceptar el movimiento es asumir sin miedo el cambio constante que es la vida.

¿Se considera un ave de paso?

No, aunque todos lo seamos, en algún momento y para ciertas personas; el movimiento migratorio es siempre de ida y vuelta. Hay lugares, gente, libros a los que regreso cada tanto. Uno de mis estudiantes escribió en un examen lo que su abuelo le había dicho cuando emigró del pueblo con sus padres: “El camino es más fácil si sabes que tienes un lugar al que volver”.

¿Cuál es su lugar favorito y por qué?

No recuerdo qué escritor dijo aquello de que la verdadera casa de cada hombre está en el cuarto de su madre. Por supuesto, los lugares familiares, donde uno ha pasado la infancia, son muy importantes, pero también lo son los que uno, por elección o no, va haciendo suyos a lo largo de su peregrinaje vital. Tengo varios lugares favoritos de estos últimos en Galicia y Aragón: las fragas del río Eume, Villarrube, la peña Oroel, Loarre… Y, más lejos, un camino que atraviesa una pradera en dirección a dos hermosos tilos; el fondo intensamente violeta del cielo, más al norte; y más cerca, los serenos olivares…

¿Qué le aporta vivir en Madrid?

Ahora que ya no vivo en ella, si tuviera que decir cuál ha sido la ciudad de mi vida, tendría que decir sin la menor duda que ha sido Madrid. A pesar de todos los pesares con los que se la maltrata desde hace años, siempre ha sido una ciudad abierta, simpática y acogedora, poblada por inmigrantes venidos de todas partes.

¿Cómo describiría Huesca?

Huesca es preciosa, es la ciudad donde nací, pero para mí, que apenas he vivido en ella, tiene el aroma de un territorio mítico.

¿De qué manera se puede traducir la ornitología al lenguaje poético?

La poesía es también una forma de volar, usamos la pluma para adentrarnos en lo abierto, en lo inmenso…

¿Cómo definiría su forma de escribir poemas?

Como una actividad silenciosa y solitaria. Escribo de una manera sumamente reflexiva y casi nunca  impetuosa, es una forma elevada de unir el intelecto a la sensación y al sentimiento; hay mucho de juego y de experimento, es algo placentero y a la vez esforzado…

¿Nos puede hablar de sus próximos proyectos?

Hace ya casi dos años que trabajo en el último poemario; necesito apenas un par de meses de trabajo intenso y concentración para poder acabarlo, pero tengo que poder dedicarme de una manera casi exclusive a esa tarea. Trata de paraísos, y de inviernos.

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