El Premio Luis Buñuel de Cine se ha asido, con las garras del simbolismo de la hormiga de El Perro Andaluz, a las manos de Víctor Erice en una sobria pero profunda ceremonia en la que el vizcaíno ha volcado sobre el escenario del Teatro Olimpia toda la sabiduría acumulada durante sus casi ochenta y cuatro años de creación.
Víctor Erice ha recibido la de manos de Manuel Avellanas y Estela Rasal, presidente de la Fundación Festival de Cine y directora del certamen, la "Hormiga" buñuelesca diseñada por Isidro Ferrer en medio de una gran ovación tras la que ha firmado en la fotografía de su rostro con la siguiente dedicatoria. "San Luis Buñuel, Ora pro nobis. Gracias Festival de Cine de Huesca".
El director y guionista ha asegurado sentirse "muy honrado por recibir este premio que lleva el nombre de uno de los más grandes directores de la historia del cine: Luis Buñuel, aragonés universal". Tras el aplauso, la palabra ha vencido al nudo de la emoción acompañado de la conductora de la gala, Elena Gómez Zazurca, quien le ha pedido que presentara "Cerrar los ojos", el último largometraje.del cineasta vizcaíno que es proyectado en esta velada en el Olimpia.
"Antes de entrar en la épica personal que difunde la prensa y la publicidad, quisiera subrayar lo que Luis Buñuel significa, sobre todo para mí, como ejemplo moral. Él decía siempre que no podía dar consejos sobre técnicas de películas, que lo que recomendaba a cualquier cineasta que emprendiera la dura carrera del cine es que nunca traicionara sus ideas morales. En esto, Buñuel es un ejemplo moral que yo quiero recordar en estos tiempos que tienden a disociar del oficio de los cineastas".
Sobre "Cerrar los ojos", ha significado que "esta es la primera película que hago en no sé cuantos años. Yo doy similar importancia a los contrometrajes, instalaciones, video durante todo este tiempo. Es decir, que desde el cómputo que establece el audiovisual sólo parece que debe contar el largometraje, lo que tiene cifras. En mi actividad como cineasta doy tanta a los cortometrajes", y ha elogiado que sea sello de distinción del Festival de Huesca.
Con naturalidad, ha explicitado el recorrido de la película por las salas de distribución y por los festivales. "El resultado es muy positivo porque he encontrado distribución comercial en muchos países, no asistencia a festivales solo, que ha estado en Francia, Reino Unido, Japón, Estados Unidos, lo que significa que aunque sean tiempos difíciles como los actuales, yo soy un defensor de la sala cinematográfica, que es calificada por las grandes corporaciones como algo de nicho. De tal manera que exijo a los distribuidores internacionales que la pongan al menos una semana. Que el público la disfrute en una pantalla, con el sonido que hemos cuidado tanto y la imagen que hemos trabajado tanto. Es el mejor lugar".
Ha concluido que lo que da la entidad a una película es "la encarnación, que pasa por los actores, naturalmente, pasa por la formalización, por la escritura que se llama cinematográfica. Si eso no está logrado, poco sirve lo que diga el director. Es más, yo pienso que una película terminada pertenece legítimamente a los espectadores. Lo que más me gustaría esta noche es que ustedes hicieran suya esta película".