El Palacio de Congresos de Huesca se convirtió este sábado en un auténtico viaje a través del tiempo, en una travesía musical liderada por el inimitable grupo aragonés B Vocal. Bajo el título de Evozlution, este espectáculo transportó al público desde que se descubrió que podía ser una herramienta de poder y emoción, hasta las maravillas de la tecnología moderna.
El escenario, sin demasiados artificios -no hacían falta-, brilló por la presencia de los virtuosos integrantes que conforman B Vocal: Fermín Polo, Augusto González, Carlos Marco y Juan Luis García junto a Carlos Valledor. Todo lo necesario estaba en sus gargantas, en su humor contagioso y en esa maravillosa loop station, que descubrieron casi al final de la tarde: un dispositivo "mágico" que parecía ampliar las posibilidades de la voz humana infinitamente. “Me encanta", proclamó Carlos.
Mucho antes, Augustó compartió algunas reflexiones sobre la evolución de la música a lo largo de los siglos, destacando cómo la humanidad ha ido transformando su expresión vocal y artística desde tiempos ancestrales hasta el siglo XXI. Con su característico estilo entusiasta y cercano, Augusto inició su discurso hablando sobre el enorme recorrido que ha atravesado la humanidad para llegar al virtuosismo actual.
Desde los primeros compases de la tarde, B Vocal rescató algunas de las piezas que mejor simbolizan la evolución vocal. Y entre canción y canción, el grupo deslumbraba con su capacidad para combinar espectáculo y pedagogía, como si cada armonía fuera también una lección sobre el increíble poder de la voz a lo largo de los siglos.
"Es un placer volver siempre, amigos de Huesca. Os puedo tutear porque siento esa cercanía, ese calor", le dijo también al auditorio.
En medio de todo este torbellino de sonidos, los momentos de humor y creatividad no cesaron. Los cinco artistas implicaron al público y sacaron al escenario a Santiago y Sofía, de la que Fermín quedó "profundamente enamorado" y a la que citó en varios momentos del espectáculo, ante el regocijo de los espectadores.
Y así, a partir de 2001: Una odisea en el espacio de Kubrick, se fueron sucediendo temas creados en distintas épocas, igual Gregoriano, la 5ª Sinfonía de Beethoven, Only You o Help, ayúdame, a música del Renacimiento, como Hoy comamos y bebamos, ópera, y las sucesivas décadas en las que tuvieron cabida, entre otras muchas, La chica ye ye, Fiebre del sábado noche, o cualquier tema de Miguel Ríos, Hombres G, Los Secretos, Duncan Dhu, Lady Gaga -imposible no pensar en Juan Luis al escuchar Bad Romance- o Rosalía.
Y como si todo esto no fuera suficiente, el momento cumbre llegó cuando B Vocal, tras las explicaciones de Carlos, se lanzó de lleno a la fusión de voces acumuladas en su loop station, creando capas de sonidos, añadiendo pistas vocales, generando un ambiente envolvente que parecía abrir las puertas a una nueva dimensión musical. La tecnología y la música se unieron de manera casi mística, y por un momento, parecía que todo el universo estaba contenido en esas notas flotando en el aire.
La noche cerró con una ovación ensordecedora, no sin que antes el público se entregara a la tarea de cantar Prefiero tu voz, que ya casi es más de B Vocal que de Coti. Así, Huesca fue testigo de que, aunque la tecnología avanza, la esencia de la música sigue siendo la misma: una manera de conectar, de comunicar, y sobre todo, de emocionar.