Xoel López es un artista de una dimensión extraordinaria no por lo épico, sino sobre todo por lo lírico en la música, y así lo ha demostrado esta noche en la Cartuja de las Fuentes, dentro del Festival Sonna de la Diputación, donde su riqueza de matices, de mensajes y de detalles ha encandilado a un público que no ha llenado el recinto, pero que no ha echado a nadie de menos. Los que han sido, que no han sido pocos, han gozado infinitamente con el indie riquísimo del último álbum del gallego, Caldo Espírito.
Noche fresquita en La Cartuja de las Fuentes, donde la expectación se concentraba también por la propia singularidad de Xoel López para mimetizarse en un entorno como el monegrino, plagado de ruralidad y de espiritualidad. Los instrumentos del viento han lanzado el arte que en el escenario rezumaba con una calidez armonizada por unos coros muy por encima de lo normal. Allí, ha sonado maravillosamente el temario de Caldo Espírito, que pronto se ha apoderado de un público entregado y muy participativo.
Del antiguo Deluxe al actual Xoel, vía argentina mediante, el camino ha confluido en una madurez que le permite una simbiosis prodigiosa con el publico, al que esta noche incluso le ha hecho bailar La Conga para aliviar la frescura ambiental algo excesiva, y es que ya se sabe que en Monegros no valen las medias tintas. Así, con todo, también han cantado los asistentes el Lodo de su álbum Sueños y Pan, que es como meter a Galicia en la casa de La Cartuja.
Un sabor extraordinario el que ha dejado Xoel López en el preludio del gran final de Sonna, el Festival Sonidos de la Naturaleza de la Diputación de Huesca, que cierra este sábado Malú en medio de una gran expectación.